Una nueva ley permite la creación de fondos de capital de riesgo y capital semilla, con avales o aportes de recursos del Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD), para que por medio de ellos empresas incipientes pueda acceder a financiamiento.
La ley, aprobada por los diputados el 23 de mayo pasado y pendiente de la firma del presidente de la República, Carlos Alvarado, tiene como objetivo incentivar la apertura y el fortalecimiento de nuevas empresas en Costa Rica.
Para ello, reforma artículos de las leyes del Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD), de Fortalecimiento de las Pequeñas y Medianas Empresas, de Promoción del Desarrollo Científico y Tecnológico y del Mercado de Valores.
La reforma a esas leyes crea un marco general que incentiva no solo la apertura de empresas sino también su fortalecimiento, según sus impulsores.
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José Rafael Brenes, gerente general de la Bolsa Nacional de Valores (BNV) consideró que la apertura a fondos de capital semilla y de riesgo es un mecanismo interesante y que, por ejemplo, ha tenido éxito en Colombia.
Detalló que, según la experiencia de otros países, este mecanismo es utilizado por empresas que ya pasaron por la etapa de viabilidad de mercado y ya tienen, por lo tanto, un producto listo con opciones de crecimiento. Con esas etapas superadas, agregó, el nuevo empresario establece que debe crecer para atender un mercado y es cuando acude a un fondo de capital semilla o de riesgo.
Este fondo es el que acude al mercado a realizar colocaciones (bonos o papeles) para financiar a la empresa. No es la compañía quien acude directamente al mercado de valores, detalló Brenes.
En este punto, la deuda adquirida por la nueva empresa es respaldada con un aval de fondos procedentes del Fondo Nacional para el Desarrollo (Fonade), uno de los fondos del SBD.
Según Brenes, en algunos casos y países se ha preferido en lugar de los avales o garantías un sistema de inyección de capital a las nuevas empresas, a partir del cual si pueden acudir a financiarse en el mercado de valores.
Le nueva ley fue impulsada por la diputada Karine Niño. La legisladora explicó que en general se pretenden incentivar emprendimientos innovadores y dinámicos con una facilitación al acceso de recursos.
Detalló que hay recursos para apoyo a quienes busquen iniciar una empresa, pero no existe un marco regulatorio claro para las diferentes leyes que se amarrarán.
Las nuevas normas fortalecen cambios ya vigentes en el SBD. Estos entraron en vigor en marzo pasado, con la publicación de las reformas a la ley del sistema aprobadas en la Asamblea Legislativa en diciembre del año anterior.
Esa reforma a la ley autorizó al SBD a destinar recursos del Fonade para dar avales y garantías a créditos solicitados para las primeras etapas de apertura de una empresa, mediante la utilización de hasta un 25% de sus ingresos. Ahora se incorpora a fondos en el mercado de valores.
De acuerdo con Niño, se calcula que unos ¢3.400 millones anuales de los recursos que entrarán al Fonade representan ese 25%. El Fonade recibe recursos frescos mediante un impuesto del 15% a la denominada “banca maletín” o la colocación de dinero en el país procedente de bancos radicados en el extranjero mediante la visita de un ejecutivo. Este impuesto se aprobó en las reformas de diciembre pasado.
Los avales aprobados en la nueva ley pueden ser de hasta el 75% de la deuda adquirida por el emprendimiento, es decir, el Fonade destinará recursos para responder por esa cantidad. Empero, en caso de desastres naturales con declaratoria de emergencia se elevará al 90% por una sola vez, para las operaciones de crédito productivo.
Se pueden otorgar garantías para créditos tramitados en todos los operadores autorizados por el SBD.
También se autoriza al Consejo Rector del SBD a establecer convenios y alianzas estratégicas con las instituciones u organizaciones integrantes de ese sistema, con el propósito de desarrollar programas de incubación y aceleración de empresas.