Kelly Ortberg, que toma este jueves el comando de Boeing, dijo en un mensaje a los empleados que hay “mucho” trabajo por hacer para restaurar la confianza en el fabricante de aviones y se mostró optimista sobre el futuro.
“Tenemos claramente mucho trabajo por hacer, pero tengo confianza en que, trabajando juntos, devolveremos a la empresa a la posición de líder que se espera de ella”, expresó Ortberg, de 64 años, en un mensaje a los empleados publicado por el grupo.
Es la primera declaración desde el anuncio de su nombramiento el 31 de julio para suceder a Dave Calhoun, número uno de Boeing desde enero de 2020. Calhoun permanecerá como consejero especial del directorio hasta su retiro en marzo de 2025.
El principal desafío del nuevo director general de Boeing será restaurar la calidad de la producción de la rama de aviones comerciales (BCA) de Boeing.
“Hay vidas que dependen de lo que hacemos cada día y debemos tener eso en mente como una prioridad en todas las decisiones que tomemos”, añadió el nuevo titular del fabricante, ingeniero de formación y ex número uno de Rockwell Collins (convertido en Collins Aerospace, filial de RTX).
Confirmó además que se instalará en Seattle (noroeste), tierra natal del grupo, “para estar más cerca de las líneas de producción y de los programas de desarrollo”.
Ortberg llega a Boeing en momentos en que el fabricante de aviones intenta recuperarse de una serie de problemas de seguridad, control de calidad y de una baja en la producción.
Boeing publicó a fines de julio los resultados para el segundo trimestre, muy por debajo de las previsiones de los analistas, con una pérdida neta de $1.440 millones por menores entregas de aparatos comerciales. Los ingresos retrocedieron un 14,6%, a $16.900 millones.
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Boeing está bajo la lupa de las autoridades estadounidenses luego de que en enero un 737 MAX, operado por Alaska Airlines, tuvo que aterrizar de emergencia después de que un panel de fuselaje se desprendiera en pleno vuelo.
El incidente causó indignación en el Congreso estadounidense y preocupación entre los clientes.
Tras dos accidentes en 2018 y 2019, con saldo de 346 muertos, Boeing aceptó declararse culpable de fraude en la certificación del modelo MAX, como parte de un acuerdo con el Departamento de Justicia, informaron las autoridades el 24 de julio.