![](https://www.nacion.com/resizer/v2/HAZAZGENRRC7BO2MEO5X25UEKI.jpg?smart=true&auth=8f0affc16ed334860ac5970615646a46bdfa2edc366d366a21e22ef554972ee8&width=643&height=856)
La puesta en vigencia de un nuevo requisito al gestionar ante el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) el permiso para exportar, pone en peligro el envío desde Costa Rica de un promedio de 30.000 pupas de mariposa, cada semana.
Las pupas son el estado previo al brote de la mariposa. Se trata de una especie de crisálida o seda, etapa en la cual se exportan para que empresarios en países como Estados Unidos, Canadá, Holanda, Dubái y otros, sigan el proceso hasta el brote para exhibir en mariposarios especies de la zona tropical del planeta.
La regla en discusión está vigente desde agosto del 2017, incluida en el reglamento a la Ley de Conservación de la Vida Silvestre, pero hasta la semana pasada no se había puesto en vigencia por desconocimiento de los tramitadores. El requisito consiste en una nota acreditada por un regente autorizado (generalmente un biólogo), donde se determina el origen de las pupas por exportar y cuyo fin es la conservación de la vida silvestre.
“Esa norma se puso en vigencia intempestivamente y se pide para cada una de las exportaciones. El problema es que algunos de los exportadores compran las pupas a todas las 150 familias productoras y, entonces, para cada cargamento deben aportar 150 notas firmadas por regentes”, aseguró Sergio Siles, vocero de los exportadores.
Además, el reglamento otorgó un mes al Departamento de Conservación y Uso Sostenible de la Biodiversidad para resolver acerca de los permisos, periodo que no es aplicable en algunos casos de exportación altamente perecederos, como el caso de las mariposas (el estado de pupa es de 15 días) , según reconoció el jefe de esa unidad del Sinac, Henry Ramírez.
LEA MÁS: La declinación progresiva de mariposas preocupa a los especialistas
El funcionario, empero, rechazó que la regla sea totalmente nueva, pues dijo que está incluida en el reglamento de agosto del 2017, pero por desconocimiento hasta ahora no se había solicitado.
También, rechazó que las exportaciones estén paralizadas, pues se siguen tramitando permisos, aunque reconoció algunos problema suscitados por la escasez de personal, el derecho a las vacaciones y otros aspectos.
Concentración
Entre los problemas se incluye que la ley concentró en las oficinas centrales del Sinac el trámite de los permisos de exportación, pese a que esa entidad tiene 32 oficinas en todo el país, explicó Ramírez. Esto causa que solo uno de los tres funcionarios del Departamento de Conservación se puede dedicar al trámite de permisos de exportación, situación que se agrava cuando hay vacaciones o días feriados.
Adicional a eso, continuó Ramírez, cuando la semana pasada se solicitó el requisito, se encontró que la mayoría de los regentes no están autorizados, es decir, inscritos ante el Sinac, para lo cual deben capacitarse en el colegio profesional respectivo. Esto causa que los pocos autorizados acaparen la emisión de los documentos y manejen los precios.
![](https://www.nacion.com/resizer/v2/T2EHPFQK5BHNJMBRJOBFDQIJZ4.jpg?smart=true&auth=e66166445eea7a5f9ce1f88b83572da28487f8b1ee66f52df81178494d935106&width=648&height=924)
Según Ramírez, el Sinac y el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), al cual está adscrito, son conscientes de la situación y cómo puede afectar a las exportaciones (unos $100.000 semanales), pero adujo que como funcionarios públicos la ley los obliga a cumplir con las reglas establecidas.
Ante la situación de entrabamiento, el departamento encargado del Sinac deberá presentar, el martes venidero, una propuesta de “decreto de vida corta”, con vigencia de unos tres meses, cuyas reglas se usarían como puente mientras se revisa el reglamento.
Mientras tanto, el jefe del departamento del Sinac dio que desde luego para los casos donde no es posible, como las pupas de mariposa, no se tomarán el mes que da la ley para resolver, pues, repitió, son conscientes de la situación de sector.
Siles advirtió que los ingresos de exportación benefician a empresas exportadoras, pero también a familias de zonas rurales, como Pérez Zeledón, Pococí, Guácimo o cantones de Guanacaste, quienes tienen más de 30 años de dedicarse a esta actividad y nunca antes estuvieron en una situación como la actual.
En su estado de pupa la mariposa tarda unos 15 días, por lo cual si no es exportada llega a su estado adulto y se pierde su venta al exterior, detalló. Así que, además de esa pérdida local se está ante la amenaza de menoscabar el prestigio ante los compradores internacionales y de perder mercado frente a países emergentes en esta producción que acudirían a suplir el faltante de Costa Rica, entre ellos, Colombia, Ecuador, Perú y El Salvador.