Grupo Lala cerró sus operaciones en Costa Rica hace poco más de dos meses −el pasado 11 de diciembre− y su salida del país dejó secuelas como 130 personas desempleadas y una abrupta negociación para colocar la producción de leche en manos de otras empresas nacionales.
Aunque La Nación quiso conocer de primera mano cómo se ha llevado a cabo el proceso, qué sucederá con la antigua planta de producción ubicada en San Ramón de Alajuela, y si continuarán con la importación de productos para distribuirlos en los diferentes puntos de venta en el país; la compañía mexicana declinó responde las preguntas enviadas.
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El grupo de capital mexicano había invertido $14 millones en su fábrica, en 2019, con el objetivo de modernizar los equipos y ampliar la capacidad de producción. La compró a Florida Ice & Farm (Fifco) en julio del 2016, que la había adquirido en marzo del 2012, cuando estaba en manos de la Cooperativa Agropecuaria Regional de Productores de Leche R.L. (Coopeleche).
Tras el cierre de la operación local de Lala, Dos Pinos anunció que recibiría los currículos de los 130 desempleados para evaluar la posibilidad de contratarlos e incluirlos en sus procesos.
“Como se estila en el gremio de recursos humanos, entramos en contacto con personeros a cargo del capital humano de Lala para conocer las posibilidades de ofrecer empleo a los colaboradores que cesaron. Recibimos sus hojas de vida y hemos podido contratar a cuatro colaboradores (entre operarios, técnicos y administrativos)”, detalló Dos Pinos ante consultas de este medio.
La cooperativa nacional agregó que continúan con la evaluación de hojas de vida para formalizar nuevas contrataciones en el futuro.
Reajustes en el mercado
La salida de la empresa mexicana también implicó un abrupto ajuste en el mercado de la leche fluida en el país, con menos de dos semanas de tiempo Coopeleche tuvo que buscar alternativas para colocar los 37.000 litros diarios de materia prima que antes compraba Lala.
El 11 de diciembre se anunció que Dos Pinos se dejaría el 44% de esa producción, Sigma Alimentos el 29%, Coopebrisas el 19%, Lácteos Cesi el 4% y Lácteos don Beto el 4%.
El acuerdo contrarreloj fue cerrado con la intermediación de la Cámara Nacional de Productores de Leche (CNPL) y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
Ivannia Quesada, gerente general de Coopeleche, detalló que el acuerdo con estas cinco industrias les permite vender el 100% de la leche desde que Lala se marchó del país.
“Lo lamentable fue que la empresa mexicana no nos informó, nos dimos cuenta por las publicaciones en medios. Luego nos indicó el 1.° de diciembre que nos compraba la leche hasta el 10 de diciembre, entonces fue muy difícil organizar todo para colocar una producción diaria tan grande”, recordó la jerarca.
Quesada asegura que el avance del acuerdo con las cinco compañías nacionales ha sido muy positivo y ahora se enfocan en buscar una negociación de más largo plazo.
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“Estamos tratando de llegar con cada una de las empresas a negociaciones más largas, es decir, que Coopeleche satisfaga la demanda de todas estas industrias en el futuro. Nuestra materia prima tiene la característica de que es leche premium, de muy alta calidad, esto nos permite crecer conforme aumente la demanda de estas compañías”, añadió la vocera.
De acuerdo con Quesada, la planta de Grupo Lala en San Ramón no opera en el país desde el pasado 11 de diciembre.
Erick Montero, director ejecutivo de la CNPL, destacó que el convenio entre Coopeleche y las compañías nacionales opera muy bien hasta el momento y tiene resultados positivos.
“El proceso de compra se mantiene de forma constante y esperamos que continúe así”, apuntó Montero.
El MAG propuso a las empresas nacionales, pero sobre todo a Dos Pinos, aumentar las compras que hace el Consejo Nacional de la Producción (CNP) para su Programa de Abastecimiento Institucional (PAI) con el fin de llevar leche, queso, natilla y otros lácteos a centros penitenciarios, Cen-Cinai, escuelas y colegios del Ministerio de Educación Pública (MEP), entre otros.
El CNP compra mensualmente cerca de un millón de litros de leche para el PAI, el 25% de ese total era vendido por Grupo Lala, lo que abrió una posibilidad para cubrir ese consumo, según datos ofrecidos por Renato Alvarado, ministro de Agricultura.
Razones de cierre
La empresa mexicana, la fabricante de productos lácteos de mayor importancia en ese país norteamericano y una de las más grandes del mundo, dejó atrás cuatro años de historia y una inversión superior a los $24 millones en territorio costarricense.
Se fue de Costa Rica luego de evaluar la huella geográfica de la operación, el desempeño y la compatibilidad de seguir en el país frente a la estrategia que tiene el grupo para el futuro.
Los datos muestran que el negocio en Costa Rica representaba únicamente el 0,4% de las ventas anuales consolidadas de la compañía. Pero el cierre de la planta en San Ramón generará un beneficio de $3 millones en el EBITDA (indicador antes de intereses que se deben pagar por la deuda) anualizado del 2021.
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La clausura de la fábrica, de la operación administrativa, del centro de distribución y de otras áreas; se tradujo en despidos para 130 personas y un impacto de $6,3 millones en el EBITDA y de ¢24,1 millones en la utilidad neta al cuarto trimestre del 2020.
Ahora se enfocará en los mercados claves de Centroamérica: Guatemala y Nicaragua; desde donde evaluará la conveniencia de importar productos a Costa Rica para llevarlos hasta los puntos de venta nacionales con el apoyo de una empresa distribuidora, labor que durante muchos años desempeñó Fifco.