Los cantones de San José y Escazú concentraron el 48% de la inversión directa en el país durante el año pasado. El primero es el municipio con mayor participación al representar el 35,9%, mientras que el escazuceño mantenía el 12,5%. Otras zonas como Alajuela, Belén y Heredia también se ubicaron como predilectas de los inversionistas con 9,1%, 7,3% y 6,1% respectivamente.
Los datos fueron publicados este 9 de abril por el Banco Central de Costa Rica (BCCR) en el reporte del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) correspondiente al mes de febrero.
“Esto plantea el reto de brindar a las empresas condiciones para que la inversión directa se dirija también hacia otras zonas del país. Constituye un factor determinante para el desarrollo de una economía, al tener impactos positivos en diversas áreas”, señaló el Banco Central en el reporte.
El pasado 7 de abril, representantes de la Red Nacional de Agencias de Desarrollo Local (Renadel) urgieron a la Asamblea Legislativa avanzar en los procesos pendientes para la aprobación de un proyecto de ley (expediente 22.607) que plantea incentivos para mejorar la competitividad en las zonas fuera del Gran Área Metropolitana (GAM).
Para la Red, la iniciativa vendría a desarrollar encadenamientos productivos, agilizar trámites para la instalación de nuevas compañías y generar las capacidades locales para crear empleos de formales y de calidad en localidades como Turrialba, Cartago, Pérez Zeledón, la zona del Caribe, entre otras.
“Este proyecto es una respuesta concreta de reactivación económica para las zonas que aún no se recuperan de la crisis y que por tanto tiempo han sido relegadas, (...) nos ayudará a bajar el altísimo porcentaje de desempleo con el que nos mantenemos desde antes de la pandemia”, mencionó Roberto Zeledón, presidente de Renadel.
No obstante, los diputados contarán con pocas semanas para estudiar las mociones presentadas al proyecto y avanzar en su trámite, antes de que se realice el cambio de Gobierno.
Zonas francas
La evolución de la inversión directa en el país mantiene una tendencia favorable hacia los regímenes especiales, es decir las zonas francas; ofrecen beneficios en competitividad e incentivos para la atracción de más empresas.
Para el año 2021 y pese a las afectaciones económicas por pandemia, la inversión directa en regímenes especiales fue $2.624 millones y el potencial de crecimiento es palpable.
El pasado mes de marzo, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone, aseguró durante una conversación con periodistas de la región que Centroamérica tiene una oportunidad histórica y única de atraer empresas de Asia.
“Nearshoring… creo que es una oportunidad histórica. La reconfiguración de las cadenas globales de suministro ha creado esta oportunidad, única en la vida para los países de Centroamérica para que atraigan inversiones”, dijo Claver-Carone, según consta en una publicación de La Nación del 8 de marzo.
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El año pasado Costa Rica aprovechó dicha oportunidad y atrajo un total de 103 empresas extranjeras a su territorio a través de la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde). La cifra representó un 20% más de lo que se atrajo durante el 2020.
“Los alcances del 2021 demuestran que Costa Rica tiene el potencial para seguir creciendo y posicionándose internacionalmente como un destino de atracción de inversión sostenible que se proyecta a través de nuestra propuesta valor basada en personas, planeta, y prosperidad”, comentó el presidente de Cinde, Eric Scharf, el pasado 13 de diciembre durante la presentación de resultados de la coalición.
El potencial del país también se refleja en resultados como los del Índice de Desempeño Greenfield del 2020, el cual indicó que Costa Rica fue el país que más inversión extranjera directa nueva atrajo en el mundo para ese año respecto al tamaño de su economía.
En la inversión extranjera recibida en el 2021 destacó la industria de implementos médicos y dentales, que se constituye como la actividad con mayor porcentaje de valor agregado. El segundo lugar lo ocupó la producción de insumos para otras industrias, como los concentrados para la industria alimentaria, que son utilizados para la preparación de bebidas y jugos
En cuanto a los saldos de inversión directa en las actividades de servicios en regímenes especiales, se concentran en las actividades de consultoría en gestión financiera y de apoyo a empresas. También están de informática y de investigación y desarrollo, industrias que impulsaron el crecimiento observado en las exportaciones de servicios de los regímenes especiales.
Régimen definitivo
En la otra acera, la participación del régimen definitivo en los saldos de inversión extranjera directa se ha contraído en los últimos años, según indica el reporte del Banco Central. Las compañías de dicho sector son las que pagan impuesto sobre la renta.
“Los flujos de inversión directa hacia ese régimen fueron inclusive negativos en el segundo trimestre del 2020″, señala el documento.
En el régimen definitivo los saldos de inversión directa se concentran en las actividades de comercio (22,2%), construcción (16,7%) e inmobiliarias (12,7%).