La aerolínea de bajo costo, Spirit, se acogió este lunes al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras en Estados Unidos, según confirmó la compañía y reportaron diversos medios de comunicación. La medida le permitirá a la empresa seguir operando mientras ejecuta un plan de reestructuración financiera.
De acuerdo con The New York Times, una de las razones de esta decisión fue el fracaso en renegociar su deuda inminente. El diario añadió que Spirit enfrentó dificultades para estabilizar sus finanzas tras el bloqueo judicial a la fusión planificada con JetBlue Airways en enero pasado.
Además, la aerolínea sigue lidiando con los efectos de la emergencia que provocó la pandemia de la covid-19, una intensa competencia en el sector, problemas con motores y otros factores adversos. Según el mismo medio, la última vez que Spirit reportó ganancias anuales fue en 2019.
La línea aérea mantiene dos vuelos directos diarios hacia Costa Rica, al Aeropuerto Internacional Juan Santamaría, desde Fort Lauderdale y Orlando, en la Florida, según información del Instituto Costarricense de Turismo (ICT).
A pesar de su situación financiera de Spirit, los vuelos, la venta de pasajes, las reservas y las demás operaciones continúan con normalidad, informó la aerolínea. “Esperamos completar este proceso en el primer trimestre de 2025 y salir de él aún mejor posicionados para ofrecer el mejor valor”, señaló la compañía.
En un comunicado de prensa, Spirit, cuya sede está en Dania Beach, Florida, explicó que firmó un acuerdo de reestructuración integral de su balance financiero. Este plan busca reducir la deuda y otorgar mayor flexibilidad económica, con el respaldo de la mayoría de sus tenedores de bonos.
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La aerolínea se acogió al Capítulo 11 de protección por bancarrota. Además informó que cuenta con compromisos de $350 millones en inversión de capital y $300 millones en financiamiento de deudores en posesión respaldado por sus bonos existentes.
The New York Times destacó que, según datos de Airlines for America, más de 180 aerolíneas se han declarado en quiebra en las últimas décadas. Entre ellas, tres de las principales compañías del sector: American Airlines, Delta Air Lines y United Airlines, lo hicieron después de los ataques del 11 de septiembre. La declaración de Spirit representa la primera quiebra de una aerolínea relevante en más de una década.
La agencia de noticias AFP informó que la aerolínea llevaba 11 trimestres consecutivos de pérdidas hasta agosto y hace algunos días indicó que no podría publicar sus resultados para el tercer trimestre de 2024.
La empresa tomó varias medidas de ahorro, como la postergación por cinco años de la incorporación de aviones Airbus 320Neo, que debía recibir a fines de 2025. El objetivo era aumentar su liquidez en unos $350 millones de dólares en los próximos dos años. También congeló las contrataciones de pilotos y personal de abordo, y recurrió al desempleo técnico o temporal para sus trabajadores, añadió AFP.