Los teletrabajadores podrían ahorrarse unos ¢300.000 anuales y 60 horas mensuales en actividades improductivas al no salir de sus casas.
Así lo indica el Primer informe sobre el teletrabajo en Costa Rica realizado por el Centro Internacional para el Desarrollo del Teletrabajo (CIDTT).
La estimación de estos datos se desprende de 293 entrevistas con funcionarios públicos que afirmaron teletrabajar al primer semestre del 2016.
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El ahorro económico anual que representa unos ¢595.000 abarca conceptos de vestimenta, transporte, alimentación y otros. Al tiempo que se toman en cuenta los gastos que asumiría el empleado en temas de electricidad, agua, Internet y mobiliario, el cual asciende los ¢267.000. Es decir habría un ahorro de más de ¢300.000.
"Las estimaciones anteriores, si bien no se pueden generalizar a todos los trabajadores, principalmente por la variedad que presentan los gustos, preferencias y disponibilidad financiera de cada persona, permiten tener una aproximación de los beneficios económicos que generera el teletrabajo", explica el informe.
Con respecto a las 60 horas mensuales de ahorro, el centro tomó en cuenta los tiempos que tardan los colaboradores en su desplazamiento. Este tiempo llegaría hasta las 270 horas al año.
Según la IV Encuesta Trimestral de Negocios Impulso Empresarial del 2016, elaborada por la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep), los ventajas del teletrabajo dentro las organizaciones van desde mayor productividad por parte de los empleados, así como mayor satisfacción y el ahorro de recursos.
Para las entidades estatales, las principales ventajas son la disminución de tiempos de traslado, mayor aprovechamiento del tiempo, calidad de vida y satisfacción laboral.
Sin embargo, tan solo el 21% de las empresas y el 29,7% de las instituciones públicas lo aplican.
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Frenos
Las barreras que impiden que en Costa Rica exista una mayor aceptación de esta herramienta en el Gobierno son el cambio cultural y la escasez de métricas para medir el trabajo que se hace fuera de la oficina.
Hay "falta de criterios e instrumentos para medir el trabajo de las personas que lo realizan, lo cual refiere a una costumbre muy generalizada de medir en función de la presencia física y no de la cantidad y calidad del trabajo producido", añade el documento.
De acuerdo con datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, a marzo de 2017, unos 2.500 funcionarios públicos de los 946.612 contratados por el Estado, hacían teletrabajo. Ellos representan apenas el 0,26% de la población ocupada en el sector.
Mientras que para las firmas privadas, las limitaciones tecnológicas, la falta de conectividad, las dificultades en la comunicación organizacional y la menor productividad de los trabajadores son las razones por las cuales el trabajo vía digital todavía no está listo para arrancar.
A estas dificultades, se les suma que no todos los empleados entran en la lista para optar por el teletrabajo.
Información de la Encuesta Continua de Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) del 2016, mostró que la frecuencia del teletrabajo es mayor entre los trabajadores más calificados.
El teletrabajo es más frecuente en ocupaciones catalogadas como altas (0,6%), en contraposición con las que son no calificadas donde la opción de trabajo virtual es inexistente (0%).
Las limitaciones y trabas que se suman a la aplicación del teletrabajo hace que tan solo el 0,2% de los empleados costarricenses aprovechen esta herramienta.