Tokio. El gigante del automóvil japonés Toyota anunció este lunes la suspensión de las entregas de 10 modelos de vehículos diésel debido a irregularidades identificadas en la certificación de sus motores, producidos por su filial Toyota Industries.
Entre estos vehículos, algunos de los cuales se venden a la vez en Asia, Europa y Oriente Medio (pero ninguno en los modelos de América del Norte), figuran el pick-up Hilux, el 4x4 Land Cruiser 300, los SUV Fortuner y LX500d. Toyota no precisó las ventas en volumen que representan estos modelos.
Este anuncio se suma a un escándalo previo en el que Toyota se vio implicado por irregularidades en las pruebas de emisiones, esta vez relacionado con su filial Daihatsu, cuya producción está suspendida desde diciembre.
En marzo de 2023, Toyota Industries anunció que se habían cometido irregularidades en las certificaciones relativas a las emisiones de sus carretillas elevadoras y equipos de construcción, uno de sus principales negocios, lo que provocó una retirada de productos afectados en Japón.
Una investigación independiente confirmó que tres motores diésel producidos por Toyota Industries también se vieron afectados por estas irregularidades.
Durante las pruebas de certificación, la potencia de los tres motores diésel se midió con programas diferentes a los utilizados en la producción en serie, lo que resultó en valores de certificación con “menos variaciones”, según explicó Toyota en un comunicado.
Aunque la empresa automotriz asegura que los motores y vehículos afectados “cumplen con las normas de rendimiento”, Toyota Industries decidió detener “temporalmente” las expediciones de los motores afectados, y Toyota hará lo mismo con los modelos equipados con estos motores.
El grupo se comprometió a proporcionar “explicaciones detalladas” a las autoridades japonesas sobre este nuevo escándalo y a tomar medidas “apropiadas” rápidamente.