Un poco más de 85 empresas turísticas de la zona norte de Costa Rica temen hundirse totalmente, ante la imposición de nuevas medidas en esa región, para combatir un brote de coronavirus.
La situación afectaría a alrededor de 10.000 trabajadores de las empresas de la actividad, quienes están sin trabajo desde marzo, advirtió el presidente de Arenal Cámara de Turismo y Comercio, Tadeo Morales.
Dicha región mantenía alguna esperanza de reactivación y de volver a contratar personal luego de la reapertura de los hoteles de menos de 20 habitaciones, el 16 de mayo, y de la totalidad de centros de hospedaje, el 1.° de junio, en los dos casos con el 50% de capacidad.
Empero, un brote del coronvirus metió a La Fortuna en alerta naranja, lo cual implica restricciones para circulación de vehículos y otras medidas. Pero más que eso, el impacto de los hechos entre potenciales turistas será devastador, consideraron los empresarios.
Morales aseguró que el problema se presenta en dos plantas empacadoras de tubérculos, cercanas a las comunidades de Los Ángeles, La Perla y Sonafruca, que están a más de 30 kilómetros del centro de La Fortuna, San Carlos.
La situación crítica llevó a que en la mañana de este lunes 8 de junio se reunieran autoridades del Ministerio de Salud, de la Comisión Nacional de Emergencia y de la municipalidad de San Carlos, con los empresarios turísticos.
“Lamentablemente, el Ministerio de Salud está sentado en que todo el distrito de La Fortuna tiene que tomar medidas y nosotros lo que estamos solicitando es que se tomen medidas de contención en las comunidades donde están los focos de contagio que son Los Ángeles, Sonafruca y La Perla, que están a más de 30 kilómetros”, señaló Morales, en un audio luego de terminar el encuentro, sin resultados.
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Mientras tanto y en la habitual conferencia de prensa de actualización de la covid-19, el ministro de Salud, Daniel Salas, insistió en varias ocasiones en que se requiere la colaboración de los empresarios para contener la segunda ola de la pandemia.
La presidenta de la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco), Laura Bonilla, recordó que los empresarios responsables se comprometen con la situación.
“Evidentemente, la responsabilidad de las empresas es un tema que hemos tomado los empresarios serios desde el primer momento, pero en la zona norte no se puede negar que hay una situación especial ante la crisis humanitaria que está viviendo Nicaragua y que, lamentablemente, está presionando flujos migratorios de personas en condiciones ilegales”, resaltó Bonilla.
“Las empresas responsables –agregó– estamos tomando las acciones necesarias, pero sin duda, tenemos una crisis en esta zona que requiere acompañamiento del Gobierno y de organismos internacionales”.
Sin lo poco que había
Morales, así como el empresario, Mario Mikowski, de los hoteles Tabacón, en La Fortuna, y Nantipa, en Santa Teresa de Cóbano, coincidieron en que se cerraron las pocas opciones abiertas luego de la reapertura.
“De momento, la alerta ha logrado cerrar el chorrito de empleos que se habían recuperado por la apertura de los hoteles. Oficialmente entramos en una crisis sin precedentes ya que tenemos 10.000 empleos dependientes del turismo ya con tres meses sin ingresos”, dijo Morales.
En tanto, Mikowski, vio amenazadas sus esperanzas, pues el fin de semana Tabacón se llenó completamente al 50% de capacidad permitido. “La gente ha estado respondiendo muy bien; nos quieren ayudar, pero hay cierto temor en el turista costarricense y este ruido nos va afectar”, consideró el empresario.
Lo único que pudieron lograr en la reunión, continuó Morales, fue una promesa del doctor Rodrigo Marín, de la dirección de Vigilancia de la Salud, para llevar las inquietudes a consideración de la comisión de alto nivel.
“La Fortuna quiere trabajar de la mano con las autoridades para la contención de los contagios. Son unos 40 extranjeros trabajadores de las empacadoras que tienen más de 100 empleados. Y una población general de la zona de más de 25.000 personas”, aseveró Morales.
“Imagínese -continuó- que el doctor Marín dice que no van a cerrar las empacadoras pero los hoteles sí los cierran”.