El gobierno presentó un deterioro en algunos indicadores fiscales claves, como el déficit fiscal o el superávit primario durante 2023 y 2024, en comparación con 2022. Nogui Acosta, ministro de Hacienda, atribuye este retroceso a la caída en los ingresos generada por proyectos de ley aprobados por la Asamblea Legislativa, como la rebaja del marchamo y los incentivos fiscales a las micro, pequeñas y medianas empresas.
El déficit fiscal, que refleja la diferencia entre los ingresos y los gastos totales, creció al mes de octubre, pasando del 2,5% al 2,9% del producto interno bruto (PIB) en comparación con el mismo período del año anterior. Por su parte, el superávit primario, que excluye el pago de intereses, también disminuyó en los primeros diez meses de 2024, pasando de 1,7% a 1,3% del PIB.
Este deterioro no solo obedece a la reducción de ingresos, sino también al aumento en los gastos gubernamentales, especialmente en intereses, remuneraciones y transferencias corrientes. En una entrevista con La Nación, el ministro explicó los desafíos que enfrenta con la Asamblea Legislativa, defendió el aumento en el gasto y explicó las iniciativas que planea impulsar durante el resto de su gestión. A continuación, un extracto de la conversación.
― ¿Qué va a hacer el gobierno para revertir los resultados fiscales y volver a la mejora que se presentó en 2022?
― No hemos abandonado la ruta. Cuando el gobierno anterior firmó el acuerdo con el FMI estaba en el marco fiscal de mediano plazo que íbamos a llegar a una relación de deuda del 71% y nosotros cuando llegamos nos socamos la faja y logramos que este punto de inflexión que estaba para el 2024 se diese en el 2022.
“En el 2022 se integraron todos los recursos de los órganos desconcentrados en el Presupuesto de la República y eso creo un aumento en el superávit primario. Más o menos un 0,5 del PIB eso quiere decir que en el 2022, si eliminamos ese efecto, es un 1,6%; otro 1,6% en el 2023 y en el 2024 esperamos que cierre en 1,3%”.
“En 2024 pagamos un aumento salarial retroactivo, entonces en 2024 aplicamos el alza salarial del 2020, 2021, 2022, 2023 y lo que correspondía del 2024, entonces hay un gasto importante que no va a repetirse en el horizonte. Además, hemos tenido dos situaciones complicadas, la aprobación de proyectos o leyes que han erosionado la capacidad del estado de recaudar y una desaceleración de la economía”.
―Pero este 2024 se redujo el superávit primario y aumentó el déficit fiscal. ¿Cómo va a hacer para revertir esa situación?
―Hay que ver cuál fue la razón de bajar. Es que gastamos más o menos entre ¢70.000 millones y ¢90.000 millones en ese aumento salarial que no se va a repetir y el otro tema es que el gasto que se ha venido acelerando es el gasto capital y ese es un buen gasto, permite construir infraestructura, permite mejorar las oportunidades de crecimiento en economía.
“Entre más haya una separación entre el régimen definitivo y el régimen de zonas francas, más complicado va a ser mantener esa tendencia (en los ingresos) y por eso hay que ir pensando en cuál va a ser la reforma que vamos a impulsar. No generar más ingresos, sino darle más sostenibilidad a los ingresos”.
―El peor de los escenarios es que el balance primario se reduzca, porque sería volver al pasado...
―Exactamente. Hoy estamos teniendo un superávit primario, pero mi principal problema es el costo de mi deuda. Italia no tiene la limitación que tenemos nosotros aquí, que cuando nos aprueban el presupuesto nos tenemos que quedar aquí en el mercado local y se aprovecha de mis necesidades y me cobra caro.
“Presentamos un proyecto de ley de una reforma constitucional para que los créditos de apoyo presupuestario y la emisión de títulos en el mercado internacional se autoricen solo en el Presupuesto de la República (sin necesitar otra aprobación adicional)”.
―Varios de los caminos pasan por la Asamblea, pero la mayoría de leyes que le aprueban es más financiamiento. ¿Qué ha pasado para que estos temas que usted dice que son clave no se discutan?
―En la parte de deudas hemos hecho cosas interesantes. Se aprobaron los eurobonos, se estableció claramente el tratamiento al inversionista extranjero en el mercado local, se aprobó la ley de manejo eficiente de la liquidez, lo que va a ahorrar plata. Ahora tenemos una gestión mejorada de la deuda.
―Estos proyectos están relacionados con gestión de la deuda. ¿El país está condenado a enfocarse en deuda y no en recaudación?
―No. El problema es que la Asamblea renunció a discutir un cambio en el sistema tributario, porque hay un prurito de que son más impuestos. Y perdón, pero es un equilibrio de los impuestos (...) Tenemos un sistema injusto, y hay que hacerlo más justo.
“Vos tenés unos ingresos y ojalá podás aumentarlos, pero vos tenés una deuda que es un lastre que ya existe y vas a tener que gestionarlo bien. De cada tres colones que entran de ingresos, tengo que pagar uno de intereses. Ese es el problema”.
―¿Por qué se les ha dificultado tanto la negociación con la Asamblea Legislativa?
―Yo no estoy diciendo que se haya dificultado. El problema que tenemos con la Asamblea es que cuando usted empieza a tener un poquito de estabilidad, empiezan a tratar de reducirle el IVA a ciertas cosas, de crear nuevas exoneraciones. Por ejemplo, todos estamos de acuerdo en que incorporar a los grupos excluidos al mercado laboral es importante: madres solteras, adultos mayores, etc. Hay un proyecto que le permite deducir esto (los salarios de esos grupos). Le cuesta al Estado ¢700.000 millones en recaudación.
“La crítica es a dónde podemos llegar. Hoy la Asamblea es capaz de aprobar cualquier cosa. Con renta extraterritorial nosotros vetamos, y ellos dijeron, ‘esto va así’. Con el marchamo, no fue el proyecto del gobierno. El proyecto que se aprobó solo benefició a los grupos de más altos ingresos”.
“Con el tema de reducir el impuesto de renta a independientes estamos de acuerdo. Nosotros en el proyecto de renta global aumentábamos el mínimo exento de los trabajadores independientes. El problema del proyecto de Jonathan Acuña es que los dos primeros deciles dejan de pagar ¢200 millones, y los dos deciles más altos ¢3.500 millones. ¿A quién estoy beneficiando?”
―¿Por qué no le han podido hacer entender a la Asamblea el impacto perjudicial de esos proyectos?
Es que no les cuesta nada. El día que yo llegue y presente un presupuesto extraordinario, y reduzca el gasto en la misma proporción que hacen eso, ¿usted cree que me lo van a aprobar? En el Presupuesto de la República, los diputados nunca discuten los ingresos, solo discuten el lado del gasto.
―¿En qué se quiere enfocar en lo que queda de su gestión? ¿Qué iniciativa impulsará para cambiar esta situación que ha descrito?
―Hay un elemento básico. Vamos a ver qué nos depara el futuro en el tema de esta reforma del marco tributario. Veo muy pocas posibilidades de hacer algo en este momento, en esta condición política y con esta conformación de la Asamblea.
“Vamos a empujar el tema de la reforma constitucional (para acceder a financiamiento externo). Nos parece fundamental. Porque al final del día usted recibe una autorización de endeudamiento de la Asamblea Legislativa, pero no le permite usar la mitad de sus herramientas. Queremos que en el Presupuesto de la República nos autoricen la emisión. Es importante porque me dice cuánto no voy a presionar el mercado local. Nos permite tener mucha más flexibilidad”.
“Me interesa que el EMBI se vea reflejado en la calificación. Hoy tengo un EMBI más bajo que países que tienen grado de inversión, por ejemplo Colombia. Yo quiero eso porque no solo es bueno para el país, sino que se ve reflejado en las calificaciones de entidades. El ICE, el INS, los bancos dependen de la calificación del gobierno para mejorar su proceso de captación en el mercado internacional. La principal preocupación que tienen las calificadoras son acceso a la liquidez, que lo resolveríamos con la reforma constitucional, y el costo del endeudamiento”.
―¿Cómo van a mantener las cifras pactadas con el FMI? Ellos en julio tenían una visión, que ya no es la que tiene Hacienda, en pocos meses se cambió, tuvieron que hacer ajuste.
―Ellos hacen una evaluación de si podemos pagar la deuda. También sigue el artículo IV y van a seguir haciendo evaluaciones. Hemos conversado, a nosotros nos interesa seguir de cerca con ellos. Vamos a seguir teniendo asistencia técnica, vamos a tener que seguir con algunos proyectos que venían encaminados en el programa y que han quedado un poquito rezagados, sobre todo el tema de resolución bancaria e independencia del Banco Central.