La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) aumentó de 3,6% a 4% su proyección de crecimiento económico del 2024 para Costa Rica, lo que coloca al país a la cabeza entre las naciones que integran el organismo. Sin embargo, ajustó a la baja su pronóstico para el 2025, del 3,9% al 3,5%.
Este miércoles 4 de diciembre, el organismo presentó el Informe de Perspectivas Económicas de 2024, titulado Resiliencia en tiempos de incertidumbre. En su evaluación de Costa Rica, destacó que la alta confianza empresarial, las significativas entradas de inversión extranjera directa (IED) y el aumento de los ingresos de los hogares fortalecerán la demanda interna.
En octubre pasado, el Banco Central de Costa Rica (BCCR) proyectó un crecimiento económico del 4,1% para el cierre del 2024, una leve mejora respecto al 4% estimado en julio.
La OCDE prevé que el producto interno bruto (PIB) del país se desacelerará al 3,5% en 2025, con un repunte al 3,6% en 2026.
Según el organismo, las exportaciones seguirán mostrando un crecimiento sólido durante 2024 y 2025, aunque se moderarán en 2026 conforme disminuya el dinamismo económico en Estados Unidos, el principal socio comercial de Costa Rica. Hasta octubre, este país concentraba el 47% de las exportaciones nacionales, con $7.715,41 millones, según datos del BCCR.
En cuanto a la inflación, se estima un aumento gradual, con una tasa del 1,6% en 2025 y del 2,6% en 2026, por encima del 2% previsto en mayo para el próximo año.
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El informe señala que el crecimiento del PIB costarricense en los tres primeros trimestres del 2024 fue impulsado por una fuerte demanda interna, respaldada por niveles récord de IED y alta confianza empresarial.
Según el BCCR, el flujo de inversión extranjera en el primer semestre del presente año alcanzó los $2.500 millones, superando los $2.268,1 millones del mismo periodo del 2023. Este dinamismo contribuyó al fortalecimiento del empleo formal, indica el organismo.
“El ritmo de crecimiento de la actividad económica se desacelera, pero sigue siendo sólido”, indicó la OCDE, al citar el aumento interanual del 4% del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) hasta setiembre.
Para el economista Víctor Umaña, el sector externo sigue mostrando buenas perspectivas y “continuará jalando el carro de la economía”. Sin embargo, considera que, en el mediano plazo, el crecimiento podría desacelerarse debido al debilitamiento de la demanda en los mercados de Estados Unidos y la Unión Europea, así como al deterioro de la propuesta de valor del país en temas de seguridad, democracia, Estado de derecho, educación, salud y conservación del ambiente.
Umaña añadió que la IED enfrenta un factor limitante importante: la falta de talento necesario para las empresas. Además, advirtió de que las exportaciones de bienes agroalimentarios están amenazadas por el cambio climático y el posible endurecimiento de las barreras de entrada en los mercados principales. “Lo que nos toca es continuar con los esfuerzos de diversificación de productos y mercados, y fortalecer nuevamente la propuesta de valor”, afirmó.
Por otro lado, la OCDE refirió que la inflación interanual permanece en terreno negativo, con una tasa de -0,8% en octubre del 2024. El mercado laboral ha mostrado mejorías, con una tasa de desempleo del 6,6% en setiembre. Sin embargo, la participación laboral (57,3%) y la tasa de empleo (53,5%) siguen por debajo de los niveles prepandemia.
El organismo también prevé que el ciclo de flexibilización de la política monetaria concluirá en 2025, con una tasa de política monetaria (TPM) que alcanzará el 3,75% a medida que la inflación se acerque lentamente a la meta del 3%.
Desde mediados de octubre, esta tasa se ubica en el 4% y es utilizada por el ente emisor como herramienta para influir en la economía, con efecto en los ahorros, cuotas de créditos y el consumo. Se le denomina también “tasa de referencia”.
Advertencia de vulnerabilidades financieras
Asimismo, la OCDE advierte sobre vulnerabilidades financieras como el aumento del crédito en moneda extranjera, que representa el 32,6% del total, y la intervención de Cooperservidores en mayo pasado. Para el organismo, estas situaciones exigen esfuerzos continuos para fomentar la supervisión financiera.
En el ámbito fiscal, el superávit primario del Gobierno Central se mantendrá positivo durante los próximos dos años, alcanzando el 1,6% del PIB en 2025 y el 1,8% en 2026, gracias a las restricciones de la regla fiscal en el gasto corriente.
El organismo proyecta que el déficit presupuestario del Gobierno Central cierre en 3,7% del PIB este año, reduciéndose a 3,2% en el 2025 y a 2,8% en el 2026, ya que los costos del servicio de la deuda seguirán siendo elevados en los próximos dos años.
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El informe también destaca la necesidad de implementar medidas para incrementar la participación y el crecimiento de la fuerza laboral femenina. Para ello, propone ampliar la cobertura de educación y cuidado temprano para niños menores de cuatro años, así como extender el horario escolar en los niveles de preescolar y primaria.
Asimismo, recomienda reorientar la formación profesional hacia habilidades demandadas en el mercado laboral y aumentar la oferta de programas en áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Estas acciones, según la OCDE, reducirían la escasez de habilidades, atraerían más inversión extranjera directa y fortalecerían la apertura comercial.