La Organización Mundial de Comercio (OMC) autorizó este miércoles a China a imponer aranceles a productos de Estados Unidos por un valor de $645 millones, en represalia por medidas antidumping estadounidenses, en una disputa que se remonta al 2012.
“A la luz de los argumentos y las pruebas presentadas por las partes en este procedimiento, hemos determinado que el nivel adecuado no exceda los $645.121 millones al año”, dijo el arbitraje de la OMC en un informe.
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Estados Unidos no puede apelar esta decisión, pero la luz verde de la OMC no prejuzga la decisión de China de imponer o no esas sanciones, total o parcialmente, bajo la forma de sobretasas a una serie de productos estadounidenses.
“La decisión profundamente decepcionante del árbitro de la OMC refleja interpretaciones erróneas del órgano de apelaciones, que perjudican la capacidad de los miembros de la OMC de defender a nuestros trabajadores y nuestras empresas contra subsidios chinos que tergiversan los intercambios”, reaccionó Adam Hodge, portavoz de la representante comercial estadounidense, en un comunicado.
China reclamó en un primer momento la posibilidad de hasta $2.400 millones al año, luego redujo su expectativas a $788.75 millones. Estados Unidos argumentó que el nivel adecuado no debería superar los $106 millones al año.
En noviembre del 2019, en un caso como este sobre medidas antidumping, la OMC autorizó por primera vez a China a imponer aranceles a productos estadounidenses por un valor de $3.600 millones. Aunque esta vez las cantidades no son comparables, Pekín obtuvo una nueva victoria frente a Washington en un litigio dirimido por el gendarme mundial del comercio.
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Larga batalla
La decisión de la OMC se enmarca en un viejo litigio entre las dos potencias económicas sobre las medidas antidumping aplicadas por Estados Unidos a múltiples productos chinos: acero, mástiles eólicos, papel y tubos. En el 2012, la OMC estableció un grupo de expertos a petición de China, tras lo que siguieron resoluciones y apelaciones en distintas instancias.
Estados Unidos justificó esas medidas argumentando la necesidad de compensar las subvenciones chinas a determinados sectores industriales. Para Hodge, la decisión anunciada este miércoles “refuerza la necesidad de reformar las reglas de la OMC para resolución de controversias”.
“La administración de Joe Biden seguirá utilizando todo sus herramientas para defender los intereses de los trabajadores, las empresas, los agricultores y los productores estadounidenses”, agregó el portavoz. La decisión del árbitro de la OMC no apaciguó las relaciones comerciales entre los dos países, que siguen siendo tensas a pesar de un acuerdo establecido en enero del 2020 que había suspendido su guerra comercial.
Desde su llegada al poder hace un año, el gobierno de Biden dejó claro que no tenía la menor intención de levantar los aranceles punitivos impuestos bajo la administración de Donald Trump, hasta que China no respetara los compromisos contraídos en el marco de ese tratado bilateral. Si China se propone aplicar las nuevas sanciones, debe informar de ello a la OMC, que dará su última luz verde, pero se trata de una formalidad.