Los hogares en pobreza extrema de Costa Rica recibieron ¢3.000 menos al mes por ayudas estatales el año pasado, en comparación con el 2023, al tiempo que se estancaron los aportes para las personas pobres.
El promedio de transferencias para las familias en pobreza extrema fue de ¢76.740 mensuales en el 2024, frente a los ¢79.769 del 2023.
En el caso de pobreza no extrema, las ayudas pasaron de ¢94.102 mensuales a ¢94.772, el año pasado, lo que refleja un alza de ¢670.
Así se detalla en el estudio Análisis del mercado laboral, pobreza y desigualdad, con corte al último trimestre del 2024, elaborado por el Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas de la Universidad de Costa Rica (IICE-UCR).
Dicho estudio cuantificó el monto promedio de transferencias del sector público con datos del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), el Fondo Nacional de Becas (Fonabe), municipalidades y universidades públicas.
La evaluación también muestra que, en el 2024, el 44,8% de los hogares en pobreza extrema fueron receptores de recursos estatales, lo cual significó una baja de un punto porcentual respecto al 45,9% del año anterior.
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Recortes afectaron la inversión social
La baja en el monto promedio de ayudas a familias en pobreza extrema está relacionada con un recorte en las transferencias presupuestarias realizado por el Ministerio de Hacienda, destacó Luis Oviedo, uno de los investigadores de la UCR a cargo del estudio.
“Las ayudas no aumentaron en monto ni en cantidad (de hogares), si no más bien hasta disminuyeron (...). ¿Qué pasaría si las becas de Avancemos aumentaran el monto a cada estudiante, o si las ayudas del IMAS lo hicieran con respecto al año anterior? Eso significaría que más hogares estarían recibiendo un aporte económico que les permitiría incrementar el ingreso total del hogar y sacarlos de la pobreza”, afirmó Oviedo.
Para Andrés Fernández, economista del Consejo de Promoción de la Competitividad (CPC), y el exministro de Hacienda, Elian Villegas, los recortes presupuestarios son el principal factor que incidió en las menores ayudas.
“Los recortes son en prácticamente todos los programas. Sucedió con presupuesto para vivienda, con las becas, comedores escolares y las pensiones del régimen no contributivo a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Esos son los principales programas de lucha contra la pobreza”, enfatizó Fernández.
A juicio de Villegas, “no es algo que se puede recortar de buenas a primeras (...); las transferencias para hogares en pobreza no deberían ser parte. Siempre hay que buscar de dónde se obtienen recursos para esto”.
En diciembre del año pasado, la Contraloría General de la República (CGR) emitió un informe de auditoría en el que señaló que el IMAS no alcanzó la meta programada de cobertura de hogares pobres.
Según consta en el documento, se presentó una subejecución significativa del presupuesto asignado de ₡20.000 millones del Fondo de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares (Fodesaf).
“Se benefició un equivalente al 75% de los más de 111.000 hogares planificados. Poco menos de 27.000 hogares no recibieron el beneficio pese a tenerlo aprobado y presentando condiciones de pobreza extrema, discapacidad, menores de edad, adultos mayores, o condiciones simultáneas”, mencionó la Contraloría entre los hallazgos.
El subsidio de las becas Avancemos es el mismo desde el 2018, cuando se estableció un monto de ¢18.000 mensuales para estudiantes de primaria y otro de entre ¢30.000 y ¢40.000 para los de secundaria.
Por otro lado, en noviembre anterior la CGR realizó una auditoría a la Dirección Nacional del CEN-CINAI para examinar su proceso de planificación. En ella, se detectó que la entidad no cuenta con un instrumento de planificación operativa y tampoco existen criterios para planificar la cobertura de los servicios en el corto y mediano plazo.
Recursos eficientes
Ante consultas de La Nación sobre los resultados del estudio de la UCR y los recortes presupuestarios a la inversión social, Luis Antonio Molina, ministro interino de Hacienda, aseguró que en 2024 las transferencias públicas para reducir la pobreza fueron mayores que en los dos años previos.
“Según datos de la CGR, el presupuesto del IMAS del 2024 aumentó en ¢26.553 millones (9,54%) respecto al año anterior. Por otra parte, para 2025 la asignación presupuestaria hecha al Fondo de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares es ¢785.000 millones, lo que equivale a un incremento de ¢88.249 millones (12,7%) respecto al presupuesto del periodo anterior", afirmó el jerarca en un correo electrónico.
Molina calificó la gestión de recursos como “eficiente”, ya que favorece “un mayor crecimiento económico”.
Base del estudio
Luis Oviedo, investigador de la UCR, explicó que los datos de la medición del comportamiento de las transferencias públicas surgen de información propia, así como de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).
Oviedo precisó que las ayudas económicas del Estado no tuvieron un peso relevante el año pasado en la disminución del porcentaje de pobreza. Según el INEC, la pobreza en Costa Rica se redujo del 21,8% al 18 % entre 2023 y 2024.
“Lo que están diciendo los datos es que las ayudas estatales del 2024 con respecto al 2023 no tuvieron un impacto en la disminución de los cuatro puntos porcentuales que cayó la pobreza. Ese cambio se debió a otras razones que no están asociadas a las transferencias públicas”, comentó Oviedo.
Elian Villegas, exministro de Hacienda, dijo que la caída en la pobreza también puede ser resultado de la baja en la inflación de los últimos años.
“No fue que pasaron por encima de la línea de la pobreza, sino que la línea de la pobreza cayó por debajo de ellos. Siguen siendo tan pobres como eran antes”, afirmó.
Por su parte, el economista Andrés Fernández manifestó a este diario que la mejora en los ingresos de los hogares, especialmente en zonas rurales sí implicaron una mejora, pero apuntan a ser circunstanciales y no fijos.
“La reducción de la pobreza, que se basó mucho en ese tipo de ingresos temporales, no es sostenible y, por lo tanto, es muy posible que para este año veamos algún tipo de aumento”, aseveró Fernández.
Otro factor que persiste son las familias que reciben apoyo estatal, pero no son pobres. La cifra de este segmento ascendió a 140.920 en 2024, lo que se traduce en 14.407 más que el año anterior.
“Sin considerar las ayudas estatales, esos hogares ya estaban clasificados como no pobres, entonces no deberían estar recibiendo una ayuda. Estas filtraciones se deben a que los mismos hogares son los que reportan el ingreso”, puntualizó Oviedo.