Solo cuatro educadores del país registraron en el 2020 un desempeño “inaceptable” en las 4.465 escuelas y colegios públicos. Otros 23 puntuaron con rendimiento “insuficiente” y, a los restantes 67.000, los directores los calificaron con “excelente”, pese a que el Programa Estado de la Educación evidenció todo lo contrario: en los últimos cuatro años se dieron “los peores resultados educativos”.
De acuerdo con los directores de centros escolares, el 98% de docentes merece la calificación máxima, el 0,7% la de “muy bueno” y el 1,2% de “bueno”, lo cual, en una situación fiscal normal, les significaría como premio el pago de un aumento en el plus por antigüedad. Sin embargo, por el estado de las finanzas públicas, ni este ni el próximo año se les reconocerá un alza en ese incentivo, que cuesta más de ¢147.000 millones por año.
El polémico método de calificación docente se contrapone también a lo expuesto por la Universidad de Costa Rica, Universidad Nacional (UNA) y el Instituto Tecnológico (Tec): los colegiales les ingresan muy mal preparados en Matemáticas, Inglés, Química y otras materias, lo cual, las obliga a dar cursos de nivelación.
Incluso, el Tec dio datos que revelan que la preparación de los colegios académicos públicos es tan deficiente que, de 6.206 estudiantes que hicieron el examen de admisión a esa casa universitaria, el 72% lo perdió. Otro 28% (1.745) obtuvo un puntaje igual o mayor a 520 puntos, el mínimo para concursar por una carrera.
¿Cómo entonces, con este panorama, el 98% de los educadores tiene un desempeño excelente?
María Adelia Leiva, directora de Gestión de Recursos Humanos de la Dirección General del Servicio Civil, explicó que esta entidad obtiene los datos estadísticos de los resultados de la evaluación del desempeño, pero no hace un análisis de ese tipo, de causa efecto.
“Siempre es uno de los cuestionamientos que se señalan que los resultados sean tan optimistas y la gestión institucional no tanto”, comentó.
La Nación consultó al Ministerio de Educación Pública (MEP) el por qué de esas calificaciones tan positivas para su personal docente y la contradicción con resultados de los estudiantes. Su respuesta es que el sistema de evaluación data de 1969 y fue hecho para medir diversos oficios y no a educadores, por lo cual, hasta el 2023, gracias a la reforma fiscal, sufrirá cambios.
“Es un modelo (de evaluación de los docentes) que responde a elementos vinculados a otro momento histórico de la educación y a otros sistemas de evaluación, no acordes con la gestión educativa actual y bajo las políticas educativas actuales. Se trata de un sistema que data de hace 52 años, introducido en la normativa del Servicio Civil para evaluar al personal de la Administración Pública, en general (secretarias, administradores, contadores, choferes, carpinteros, misceláneos, etc.) y no específicamente para aplicarse a un estrato del funcionariado público tan particular como el docente, cuyo éxito laboral no se mide por volumen de productividad, sino por su impacto en las personas estudiantes, como forjadores de nuevas ciudadanías”.
Otro cambio es una prueba de idoneidad a la que tendrán que someterse quienes aspiren a una plaza en propiedad. Esa prueba estaría lista en un año.
Actualmente, según el capítulo VIII del Estatuto del Servicio Civil, la evaluación de los trabajadores de la carrera docente se divide en una evaluación de la personalidad (relaciones humanas, capacidad de razonamiento, desarrollo intelectual, madurez, expresión oral, conducta social, iniciativa y expresión escrita) y una evaluación del trabajo (relación con alumnos, padres de familia y la comunidad, organización del trabajo, desarrollo de programas, calidad del trabajo, aplicación de métodos educativos, cantidad de trabajo; disciplina; y jefatura).
“Al final el sistema no discrimina entre buenos y malos docentes, quienes lo están haciendo bien tampoco es que son reconocidos, porque si todos salen bien, no se discrimina”.
— Isabel Román, coordinadora del informe Estado de la Educación.
‘El país requiere renovar todos estos instrumentos’
Isabel Román, coordinadora del Estado de la Educación, comentó que, según se ha señalado en informes anteriores, tanto los mecanismos de selección como de contratación y de evaluación del Ministerio requieren actualización.
Detalló que los instrumentos vigentes datan de 1986, y son formularios modificados de una primera versión elaborada en 1969, cuando se hizo la Ley de Carrera Docente y que, en general, estos instrumentos no tienen un enfoque formativo, no hay una retroalimentación a partir de lo que se califica.
“Aún cuando en el Manual de Evaluación del Desempeño de los servidores de carrera docente se indica que la evaluación debe permitir una retroalimentación con el personal en cuanto a su desarrollo, su rendimiento, su forma de comportarse, ante la comunidad y además estimular la eficiencia; sin embargo, el instrumento que se utiliza no se utiliza con esos fines, según las investigaciones que hemos hecho ya que las jefaturas suelen llenar los formularios como un trámite administrativo que deben cumplir cada año”, explicó Román.
Lo que ha dicho el Estado de la Educación –añadió Román– es que esos mecanismos deben ser mejorados, actualizados, de tal manera que se valore el mérito, que se pueda distinguir entre los buenos docentes y los que tienen las mejores prácticas, porque al final el sistema no discrimina entre buenos y malos docentes, quienes lo están haciendo bien tampoco son reconocidos porque si todos salen bien, no se discrimina, indicó Román.
“Mi conclusión es que el país requiere renovar todos estos instrumentos para generar un círculo virtuoso entre una buena formación inicial de los docentes en las universidades, seleccionar a los más idóneos, darles acompañamiento cuando ingresan, aplicarles una evaluación formativa, tener información para apoyar procesos de actualización y desarrollo profesional. El MNC-CE (Marco nacional de cualificaciones de carreras de educación) y la aprobación del examen de idoneidad son avances en esta línea, falta avanzar en la evaluación formativa”, añadió la coordinadora.
Este resultado de las evaluaciones de los docentes refleja la realidad de los trabajadores de Poder Ejecutivo, tal y como publicó La Nación este lunes 20 de diciembre, pues casi la totalidad de la planilla (99%), obtuvo una calificación de excelente o muy bueno en el 2020, en la evaluación de su desempeño, según el reporte del Servicio Civil.