Costa Rica está afrontando una abundancia de divisas que provoca una apreciación del colón, lo cual beneficia a algunas personas o empresas como los deudores en dólares, y a los importadores. El problema es que también comienza a generarle dolores de cabeza al Banco Central.
Cada vez que el Banco compra divisas emite colones que quedan dando vueltas en la economía y si el Banco Central no los recoge de nuevo pueden ir a presionar al alza la inflación que la autoridad está tratando de controlar.
Para recoger los colones la autoridad monetaria puede vender bonos, pero por ellos debe pagar intereses que significan un gasto que debe cuidar en sus estados financieros. De esta forma, si la abundancia continúa hacia fin de año, como generalmente sucede, el problema se le puede complicar más.
“Si ocurriera lo que usualmente ha ocurrido en la última parte del año, donde es más abundante la afluencia de dólares, entonces habría una presión, no necesariamente para el que el tipo de cambio baje mucho, sino para que el Banco Central compre dólares y restituya reservas, eso sería en parte la decisión que al Banco le tocaría tomar”, explicó el presidente del emisor, Róger Madrigal, en conferencia de prensa, el lunes.
La abundancia se nota en el exceso de divisas que le está quedando a los bancos debido a que los dólares que compran al público son más de los que venden, lo que se conoce como el superávit privado de divisas.
Según los datos que presentó este 31 de octubre el presidente del Banco Central, en los primeros 10 meses del 2020 dicho superávit fue de $1.355 millones; en el 2021 subió a $1.797 millones y este año va por $2.814 millones.
¿De dónde viene la abundancia?
El presidente del Banco Central explicó que hay factores de oferta y de demanda que están influyendo en dicha abundancia. Del lado de la oferta resalta el ingreso de divisas por turismo.
“Hay una demanda extraordinaria de los servicios turísticos en una época del año que usualmente no era la época alta, sin embargo, agosto, setiembre y octubre fueron meses de recepción de turistas”, resaltó Madrigal.
“Esto es todo un dilema porque lo que ocurre con el turismo en Costa Rica no ocurre solamente en Costa Rica. Resulta que en otros países de la región, en Centroamérica y República Dominicana, y en México, el turismo ha estado alto también, entonces no sabemos si estamos ante una demanda inusitada del turismo o un cambio en los patrones”, explicó.
También se suman divisas por la exportación de servicios empresariales, inversión directa que sigue llegando al país, y los cambios operativos en el Monex (operadoras deben negociar sus divisas ahí y se redujo el horario de negociación).
Del lado de la demanda, Madrigal citó que los aumentos en las tasas de interés en colones han reducido la demanda de divisas para dolarizar los ahorros. Además, ha habido una relativa mejora en los términos de intercambio (relación entre el precio de las exportaciones de un país y el precio de sus importaciones).
Se suman a lo anterior una disminución de la demanda de divisas de las operadoras de pensiones y la desdolarización del crédito. Todas ellas reducen la demanda de divisas de algunos costarricenses para pagar sus cuotas.
El próximo mes de diciembre llegarían los recursos del acuerdo con el Fondo Monetaria Internacional (FMI), pero según Madrigal, esos fondos no van para el mercado cambiario, pues el Gobierno los usaría para pagar deuda en dólares.
“Si existen excesos de liquidez ese es un reto para la política del Banco Central y hay que salir a recogerlos”, dejo claro el presidente.
¿Debería preocupar?
Hay opiniones encontradas sobre si esta abundancia debería generar inquietud a la autoridad monetaria y cambiaria.
El economista, José Luis Arce, director de FCS Capital, consideró que es una preocupación válida la compra de dólares por parte del Banco Central de Costa Rica para reconstituir reservas monetarias y evitar que la moneda se aprecie más pues eso tiene efectos monetarios que van en contra de la postura restrictiva.
“Esto significa que el Banco Central deberá encontrar medidas para absorber (los colones que emite) que implican, probablemente, tasas altas. Por eso a mí no me hace mucho sentido hoy el argumento de recurrir a tanto endeudamiento externo por parte del gobierno por estos efectos cambiarios y potencialmente monetarios”, consideró el economista.
Por su parte, para Juan Robalino, director del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas de la Universidad de Costa Rica, esta situación no debería de ser un problema.
“El rol del Banco Central en el mercado cambiario es de estabilidad. Mientras se enfoque en las fluctuaciones de corto plazo, no esperaría que afecte mucho la liquidez”, consideró Robalino.