Un sector de los productores de Costa Rica ve con preocupación la posible firma de un acuerdo comercial con Israel debido al avance tecnológico que posee este país en el sector agrícola; algunos temen una competencia desigual.
“Nuestra principal preocupación es la ausencia de una política consistente de apoyo al sector agropecuario en materia de mejoras tecnológicas, mejoramiento de la productividad, de inversión en la investigación y crear condiciones óptimas para acceder a agroinsumos a precios competitivos”, aseguró Renzo Céspedes, asesor de la Corporación Hortícola Nacional.
También, señaló falta de acceso a financiamiento en condiciones competitivas a través de la banca de desarrollo. “Sin ver una política integral del Estado al mejoramiento de la competitividad del sector agropecuario, se insiste por parte de esta administración de gobierno, en una negociación masiva a ultranza de cuanto tratado de libre comercio surja sobre la mesa”.
Costa Rica e Israel lanzaron las negociaciones de un acuerdo comercial el 29 de marzo y firmaron un memorando de entendimiento en el que se estableció un consejo binacional para explorar las oportunidades de negocios. Un día antes, se oficializaron las conversaciones para un TLC con los Emiratos Arabes Unidos (EAU).
El ministro de Comercio Exterior, Manuel Tovar, destacó la ventaja de Israel en materia de innovación, por lo que calificó el acuerdo comercial como “diferente”.
“Este acuerdo comercial es diferente a los demás. Israel es una potencia mundial en innovación, es un área donde Costa Rica todavía languidece, donde enfrenta importantes desafíos. Israel ha tenido que innovar para existir, es una economía OCDE (miembro de la Organización ) pequeña pero muy próspera, muy dinámica y nosotros lo que queremos es aprender”, indicó durante una entrevista con La Nación.
Señaló que Israel es un mercado importante para Costa Rica, país con el que hay oportunidad para comerciar productos alimenticios relacionados con la agroindustria, al tiempo que avanzan en el proceso de certificación kosher requerido por este mercado por asuntos culturales y religiosos.
Las negociaciones formales para el tratado de libre comercio (TLC) iniciarían después de concluir las que Costa Rica desarrollará con EAU, las que esperan desarrollarlas en un período de tres meses a partir de junio, previendo solicitar a la Asamblea Legislativa la ratificación del acuerdo a más tardar en octubre para, luego, dar inicio a las pláticas con Israel.
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Tovar dijo que Costa Rica pretende potenciar la innovación, principalmente en la agricultura. “En el sector agropecuario existen retos de competitividad y yo creo que con Israel podemos aprender y beneficiarnos muchísimo a la luz de este acuerdo comercial”.
El ministro calificó este acuerdo como un “TLC de know how (obtener experiencia o conocimiento), de inovación”, además que Israel ve a Costa Rica como un país amigo y socio confiable en foros multilaterales para establecer inversiones en el área de tecnologías de la información y tecnología (high tech).
Alta inversión pública
Sin embargo, Renzo Céspedes recalcó que la inversión pública que hace Israel en materia de investigación y desarrollo agropecuario ronda el 3% de su Producto Interno Bruto (PIB), estimado en $488.000 millones, según datos del Banco Mundial al 2021.
Además, dijo, cuenta con insumos agropecuarios a precios competitivos y con compañías agroquímicas de presencia mundial. “Más allá de piña, banano y quizás café dificilmente podremos colocar otro producto porque ellos son muy competitivos en materia agrícola”, aseguró.
Calculó que, en el sector agrícola, los insumos pueden significar entre el 40% y el 60% del valor del costo final del producto, indicó.
“Nos enfrentamos a un esquema de competencia con un país como Israel que teniendo un desierto es una potencia agrícola porque tiene una clara política de Estado de buscar seguridad alimentaria con eficiencia y altos niveles de investigación”, aseguró.
Además, calificó de “pobre” la investigación agrícola de Costa Rica. “El sector ve con mucha preocupación esta política descoordinada y absolutamente divorciada entre un ministerio de Comercio Exterior desesperado por negociar tratados de libre comercio de manera masiva y un Estado que no brinda las condiciones necesarias para prepararse ante estos procesos de apertura comercial”.
Sobre las negociaciones con EAU, Céspedes dijo que hay un alto grado de complementariedad entre ambas economías. “Sobre este particular no vemos mayor preocupación”, concluyó.