Los resultados de las próximas elecciones en Estados Unidos tendrán una incidencia directa en Costa Rica, especialmente por el estilo de administración que mostró el candidato republicano Donald Trump en su primer periodo como presidente (2017-2021), indicó el economista, Alberto Trejos Zúñiga.
El enfoque de Trump en el manejo de las relaciones internacionales, según Trejos, es un aspecto que generaría efectos adversos para Costa Rica y otros países de la región. Además, hizo referencia a la desigualdad educativa y su incidencia en el desarrollo del país.
La Nación conversó con Trejos, exministro de Comercio Exterior, al concluir una exposición sobre la situación económica mundial, dirigida a periodistas y que fue organizada por el BAC Credomatic.
― ¿Qué se puede esperar en la economía costarricense en un contexto regional con los resultados de las elecciones en Estados Unidos? Por un lado está el expresidente Donald Trump y por el otro la vicepresidenta Kamala Harris. ¿Cuáles son los escenarios?
― Para Costa Rica hay ciertos aspectos importantes que, en cierta medida, están en juego con estas elecciones. Uno de ellos es que Costa Rica es un país que depende mucho del derecho internacional, en particular del derecho comercial, del sistema multilateral y de los acuerdos legales bilaterales. Estas cosas se debilitaron durante la primera administración de Trump, y él ofrece debilitarlas aún más, lo cual no nos sorprende. Además, ciertas reglas de la cooperación internacional en términos de seguridad y paz se vieron afectadas. Se sobreentiende que lo que le sucede a una democracia occidental es problema de todas las democracias occidentales, y la estabilidad institucional de un organismo como la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) se debilitó con Trump y lo haría más en una segunda administración, con una insistencia en que lo único relevante es el tamaño de la factura que paga uno y lo que paga el otro.
“Hay un tercer frente que tiene que ver con el potencial proteccionismo que enfrentaríamos en una eventual administración Trump. Las experiencias del pasado son solo el mínimo de lo que podríamos esperar. Además, tenemos países vecinos con los cuales, a través de la migración, el comercio, etcétera, Estados Unidos es una válvula importante. Pero Costa Rica, Panamá y República Dominicana también lo son, y si una mufla se tapa, las otras se llenan de humo”.
― ¿A Costa Rica le convendría más un gobierno de Kamala Harris?
― Creo que a Costa Rica le conviene más cualquier cosa que no sea Trump, y hoy eso es Harris...
― Durante su exposición hizo referencia a que el mayor efecto en seguridad, con una administración Trump, sería Costa Rica...
― De acuerdo con Economist Intelligence Unit, la rama de investigación de la revista The Economist, se estimaron impactos en diferentes países en comercio, seguridad y movilidad de personas si gana Trump en lugar de Harris. Costa Rica, Panamá y un pequeño grupo de países serían los más afectados en términos de seguridad. No tengo mayores detalles de cómo lo calcularon.
― Costa Rica se beneficia con el nearshoring en este momento. ¿Se vería debilitado por las elecciones estadounidenses?
― Sí. No es una diferencia violenta, pero toda forma de interacción económica internacional es más fluida en una administración que no haya declarado la guerra a las relaciones internacionales.
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― ¿Considera que el Sr. Trump prioriza la controversia política?
― Uno tiene hijos, tenemos la esperanza que estén vivos en 80 años; para eso es necesario que el planeta esté vivo. Hay problemas globales muy preocupantes en los que parece que hay una gran diferencia entre Trump y no Trump, lo digo como habitante del planeta y no como ciudadano de Costa Rica.
“Como especie, debemos enfrentar el cambio climático que hemos provocado, actuar inteligentemente ante las consecuencias del cambio demográfico debido al envejecimiento en algunos países, y enfrentar algunas implicaciones negativas del cambio tecnológico. Para todas estas cosas, lo que ofrecen ambas alternativas en Estados Unidos (Harris y Trump) me parecen muy diferentes”.
― Sobre este punto de las implicaciones del cambio tecnológico, se refirió a la diferencia que hay en el acceso a mejores oportunidades en el país citando la “costa” y la “rica” en referencia a la Gran Área Metropolitana y el resto del país...
― Esa frase no es mía, es de Víctor Umaña, quien empezó a usarla en un artículo publicado en La Nación. Quiero ser justo con él...
― Con el dinamismo que muestran los datos de inversión extranjera directa y los efectos del nearshoring, ¿qué se puede esperar en el desempeño a corto plazo de esta diferencia de desarrollo en el país?
― Históricamente, Costa Rica ha sido capaz de competir en actividades sorprendentemente sofisticadas, tomando en cuenta nuestro nivel de desarrollo, y ha sido menos capaz de competir en actividades que no requieren sofisticación. Esto se ha materializado en el valor que tienen ciertos atributos educativos de un número importante de ciudadanos. La diferencia regional captura qué fracción de la fuerza laboral tiene o no esas habilidades. Las personas que tuvieron esa oportunidad educativa están en una zona más o menos desarrollada, y las que no, estén donde estén, carecen de oportunidades. De ahí que la diferencia entre las regiones es que las personas que lograron esa alternativa están concentradas en el Valle Central.
― ¿Cómo podría solucionarse?
― Se puede ajustar el proceso de búsqueda de inversiones, ampliar los sectores prioritarios y crear una mayor diferenciación en el trato de empresas en regiones menos avanzadas, mayor que la que ofrece la actual Ley de Régimen de Zonas Francas. Pero hay un componente de este problema que solo se resolverá el día que podamos llevar oportunidades de capacitación a las personas de las regiones más alejadas.
― ¿Se trata de resolver la desigualdad educativa?
― Sí. En los últimos 40 años, con la llegada de la digitalización de la producción y del consumo, la brecha de ingreso asociada con tener más o menos educación se ha ampliado, porque el valor de esa educación ha aumentado y se ha convertido en el componente más importante de la desigualdad. Algunas personas son cada vez más pobres que otras porque no tuvieron las mismas oportunidades educativas. La desigualdad en el mundo está reflejando las diferencias en el acceso al sistema educativo, en lugar de las causadas por otros temas como género o raza.