El gobierno de la canciller Angela Merkel prepara un plan de rescate económico de 822.000 millones de euros -el mayor en Alemania desde la posguerra- para enfrentar el impacto del nuevo coronavirus, según un proyecto de ley al que tuvo acceso la AFP este sábado 21 de marzo.
Para financiar las medidas extraordinarias que van desde nacionalizaciones parciales a garantías para créditos destinados a pagar salarios a trabajadores forzados a reducir sus jornadas laborales, el gobierno también cederá en su aversión a endeudarse.
El gobierno de Merkel no solo dejará de lado por el momento el sacrosanto dogma de equilibrio fiscal, sino que dará un paso más allá y pedirá permiso al Parlamento para aumentar el techo de endeudamiento.
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Así espera endeudarse a la altura de 156.000 millones de euros este año, una suma que excede en 100.000 millones de euros el límite que le permite la Constitución.
Pero ante la pandemia del coronavirus que ha paralizado los viajes y ha obligado a los trabajadores a reducir las jornadas laborales y ha cerrado muchos comercios, Merkel ha dejado claro que Alemania hará todo lo que esté en su mano para preservar su economía.
"Haremos todo lo que podamos para superar esta situación y veremos al final de todo cómo está nuestro presupuesto", dijo el 11 de marzo, insistiendo en que acabar con la crisis del euro es "lo primero".
Golpe económico
Con la actividad prácticamente paralizada, el gobierno espera recaudar 33.500 millones de euros menos en impuestos de los presupuestados en 2020.
"La economía y el mercado laboral están gravemente impactados con las medidas adoptadas tanto a nivel nacional como internacional para frenar la pandemia", según el texto del proyecto de ley.
"En la situación actual, la duración de la pandemia y las medidas vinculadas a la misma no son predecibles".
Con el fin de salvar a las empresas de la quiebra, el gobierno está destinando 400.000 millones de euros para garantizar su deuda y ofrecer liquidez que podría suponer nacionalizaciones parciales, según el borrador.
El plan es debatirlo en consejo de ministros el lunes antes de su envío al Parlamento a finales de la próxima semana.
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Los operadores turísticos y los servicios industriales son candidatos más firmes a recurrir a esta tabla de salvación, ya que están entre los más afectados por la pandemia que ya ha dejado cerca de 12.600 muertos en el mundo, de ellos cerca de 5.000 en Italia.
El grupo hotelero y turístico TUI ya anunció que pedirá ayuda al gobierno alemán para mantenerse a flote, después de tener que suspender la "mayoría" de sus actividades por el virus.
La aerolínea alemana Lufthansa se ha visto forzada a cancelar la práctica totalidad de sus vuelos en las próximas semanas debido a que la mayoría de los países, entre ellos Estados Unidos, han prohibido la entrada a viajeros de Europa, muy golpeada por el coronavirus.
Desde 2009, el denominado "freno de la deuda" estaba inscrito en la Constitución alemana, y el déficit fiscal federal permitido no podía superar el 0,35% del PIB.
Estos techos sólo se podían exceder en caso de emergencia, como un desastre natural u otras situaciones extraordinarias que pudieran impactar significativamente las finanzas del país.
De hecho, mantener este "freno de la deuda" en la mayor economía de Europa ha sido una promesa de la campaña electoral del partido de Merkel.
Este dogma autoimpuesto de equilibrio ha sido una fuente constante de fricción con otros países europeos, incluida Francia, que pedía que Alemania invirtiera más para ayudar a la zona euro a reavivar su economía.