Estados Unidos. El gobierno de Joe Biden expresó su profunda preocupación el miércoles tras la decisión de la agencia Fitch de rebajar la calificación crediticia de Estados Unidos de su codiciada AAA a AA+, debido a décadas de deterioro en la gobernanza del país.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, calificó la decisión de la agencia de calificación crediticia como “injustificada” y lanzó críticas ante la decisión tomada por la agencia calificadora el martes 1° de agosto.
Según Yellen, la evaluación de la agencia, que ya había provocado su respuesta el martes cuando se anunció, no refleja el actual dinamismo de la economía más grande del mundo.
“La decisión de Fitch es sorprendente considerando el vigor de la economía que constatamos en Estados Unidos. Estoy profundamente en desacuerdo con la decisión de Fitch, y pienso que es totalmente injustificada”, declaró la funcionaria durante una visita a un centro de impuestos en McLean (Virginia).
Yellen argumentó que la evaluación se basa en datos obsoletos y no refleja las mejoras en varios indicadores, incluidos los de gobernanza, observados en los últimos dos años y medio bajo la administración de Biden en la Casa Blanca.
“La decisión de Fitch no cambia nada a lo que todos sabemos: los bonos del Tesoro son el principal activo seguro y líquido del mundo, y la economía de Estados Unidos tiene fundamentos sólidos”, lanzó, reiterando palabra por palabra sus dichos del martes.
La acción de Fitch no tomó por sorpresa al gobierno: a finales de mayo, en medio de la disputa entre el gobierno y la oposición en el Congreso sobre el aumento del techo de endeudamiento para evitar un incumplimiento, la agencia advirtió que podría revisar a la baja la calificación AAA.
Después del acuerdo de último minuto entre los dos partidos, la agencia señaló que estaría vigilando la situación y criticó la “polarización política” en el país.
En una entrevista, Richard Francis, responsable de Fitch para las Américas, justificó nuevamente la decisión. “Entre los factores que consideramos importantes, se encuentra la incapacidad de los gobiernos, tanto republicanos como demócratas, para encontrar soluciones sostenibles a los crecientes problemas fiscales”.
“Observamos un deterioro bastante constante de la gobernanza durante las últimas décadas”, enfatizó. Esto se ilustra por “la resolución siempre en la cuerda floja del tema del techo de la deuda”.
Para recuperar la calificación AAA, Estados Unidos debe abordar los problemas recurrentes relacionados con su límite de endeudamiento y encontrar soluciones a largo plazo, concluyó el representante de Fitch.
Perspectiva futura
Según Fitch, la situación presupuestaria de Estados Unidos no muestra mejoras, ya que se esperan déficits altos y persistentes en los próximos dos años.
La agencia mantuvo estable la perspectiva de la calificación crediticia para la economía más grande del mundo, lo que sugiere que no se anticipan más recortes en la calificación a corto plazo.
Las tres principales agencias calificadoras del mundo: S&P Global, Fitch y Moody’s, utilizan escalas de letras o calificaciones que van desde AAA (sin riesgo) hasta C o D (riesgo de incumplimiento) para evaluar la solvencia de estados, comunidades y empresas.
Estas mediciones se basan en parámetros como el crecimiento económico, el endeudamiento, el déficit, los ingresos fiscales y sirven como guía para los inversores.
Esto también implica que a medida que la calificación desciende, los inversores requerirán mayores intereses para prestar dinero a un estado o empresa, ya que se percibe un mayor riesgo crediticio.
En 2011, S&P Global retiró la calificación AAA de Estados Unidos después de una prolongada lucha en el Congreso sobre el límite de endeudamiento, aunque Moody’s, que tiene registros desde 1949, aún mantiene la calificación máxima.