Tres meses después de que el Banco Central liberó ¢381.000 millones con la baja en el encaje mínimo legal todavía no hay evidencia de una reactivación del crédito como se pretendía; no obstante, esta medida, junto con la reducción en la tasa de política monetaria de 5,25% a 4% sí han ayudado a una reducción en las tasas de interés en el mercado.
El 3 de junio el presidente del Banco Central, Rodrigo Cubero, informó que la entidad bajaría del 15% al 12% la tasa del encaje mínimo legal, que es un porcentaje de sus captaciones que las entidades deben trasladar al Banco Central.
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“La medida adoptada podría estimular las condiciones crediticias, en una coyuntura en que el ritmo de actividad económica se ha desacelerado, el nivel de producción está por debajo de su potencial, la tasa de desempleo es alta y el crédito al sector privado se ha desacelerado marcadamente”, destacó en ese momento Cubero.
Según el informe de coyuntura económica a agosto del 2019 del Banco Central, el crédito al sector privado registró, en ese mes, una tasa anual de 1,6% (4,4% un año antes). Por moneda, la cartera en colones creció 4,9% (0,9 puntos porcentuales menos respecto a julio 2018); en tanto en dólares disminuyó 3,5% (aumentó 2,2% doce meses antes), cifras explicadas, según el Banco Central, principalmente, por el menor dinamismo de la actividad económica.
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FUENTE: BANCO CENTRAL || C.F. / LA NACIÓN.
¿Qué dicen los banqueros?
Banqueros consultados coinciden en que la decisiones han tenido como fruto una mayor liquidez en el mercado, lo cual ha estimulado a bajar tasas, pero todavía falta tiempo para que se vean los resultados en crédito.
Alan Calderón, subgerente general de Crédito y Riesgo del Banco Nacional, explicó que la reducción en el encaje les permitió bajar en cerca de 50 puntos base (cada 100 puntos base es un punto porcentual) el costo de la captación de recursos.
“En ese mismo sentido se puede señalar que esta reducción permitió que la tasa de referencia en colones (tasa básica) ahora cuente con una rebaja, la cual ha repercutido en las últimas semanas”, comentó.
Añadió que en el Banco Nacional bajaron las tasas de interés para créditos y notan un breve repunte en crédito en las últimas semanas, en actividades como vivienda, consumo y ciertas actividades productivas.
Amedeo Gaggion Azuola, director de Tesorería de Scotiabank para Centroamérica, consideró que el principal resultado de las medidas ha sido una disminución en las tasas de interés en colones. La tasa básica pasiva, añadió, se encuentra hoy en el rango de 5,70% y 5,75%, contra 6,20% y 6,30%, en el que se mantuvo en mayo del 2019 (último mes que estuvo el encaje en 15%).
Gaggion considera que es muy pronto para esperar cambios inmediatos en el comportamiento del crédito; no obstante, considera que la disminución en la tasa tendrá efectos positivos en la reactivación del crédito.
Rossy Durán, gerenta corporativa de Finanzas del Banco de Costa Rica, también coincidió en que la reducción del encaje y de la tasa de política monetaria permitió bajar las tasas de interés, pero señaló que no han percibido un aumento en el crédito.
“En general, no hemos percibido un aumento significativo del crédito, debido a las menores expectativas y confianza de los consumidores sobre la evolución de la actividad económica, lo cual provoca una reducción en la demanda, esto a pesar de que existen los recursos disponibles para ser prestados a los diferentes sectores productivos”, comentó Durán.
El analista José Luis Arce, director de FCS, Análisis & Estrategia, señaló tres factores por los cuales considera que todavía no se ven resultados importantes de las medidas: uno es que la baja es relativamente pequeña en su efecto, debido a que se concentra en colones y fue moderada; eso lo que significa es que en realidad puede incidir, especialmente, en aquellos bancos o intermediarios que negocian principalmente en colones, como bancos estatales y cooperativas, por ejemplo.
Segundo, que la tasa del encaje no es el único elemento en juego; por ejemplo, la calidad de la cartera crediticia de los bancos se ha deteriorado, lo que implica que los costos aumenten en términos de incobrabilidad y estimaciones, reduciendo el impacto de la baja en el encaje.
En tercer lugar, que los costos de los fondos -especialmente la curva soberana (muestran el interés promedio que paga el Ministerio de Hacienda y el Banco Central)- aunque más bajos que a finales del año pasado siguen siendo elevados, lo que implica poco espacio para reducciones en las tasas de colocación.