El Banco Central de Costa Rica (BCCR) finalizará el 2023 con el nivel más alto de reservas monetarias en dólares de los últimos ocho años, a raíz de la mayor abundancia de divisas por el turismo, la inversión extranjera y exportaciones, así como los financiamientos internacionales obtenidos por el Gobierno Central.
La combinación de estos factores provocan una relativa estabilidad en el tipo de cambio cuyo precio se movió entre ¢530 y ¢550 en los últimos seis meses, explicó Róger Madrigal, presidente del ente emisor, durante la presentación del Informe de Política Monetaria (IPM), este miércoles 1.° de noviembre.
“El resultado (de la abundancia de divisas) es que tenemos un nivel adecuado y alto de reservas internacionales. Pasamos de un nivel de 10,7% del PIB (producto interno bruto), en el 2021; a 12,4%, en el 2022; y esperamos cerrar con 14,4% (de la producción) este año en reservas y sería uno de los niveles más altos en la historia como proporción del PIB”, afirmó el jerarca.
Las reservas monetarias del Banco Central son los fondos que el país tiene para atender los compromisos externos. Su uso está definido por ley: solo se pueden utilizar para casos específicos como pagar la compra de combustibles, importaciones de otros bienes, o cuando hay estrés en el sistema financiero internacional y se hace difícil obtener fondeo en el exterior. También se usan para intervenir los mercados cambiarios.
Madrigal explicó que parte de la mayor disponibilidad de dólares está apoyada en la colocación de eurobonos por parte del Ministerio de Hacienda. En marzo pasado, se emitieron $1.500 millones y, para este mes, está prevista una nueva salida al mercado internacional para vender otros $1.500 millones.
Adicionalmente, está el ingreso de dólares equivalentes al 4,3% de la producción vinculados a la inversión extranjera, dirigido principalmente a empresas instaladas en el régimen de zona franca.
En ese contexto de mayor disponibilidad de divisas, el BCCR aprovechó para comprar los excedentes en el mercado cambiario. Entre enero y hasta el pasado 27 de octubre, la institución efectuó compras netas por $5.759 millones, de las cuales cerca del 67% las hizo en el primer semestre.
“Dado que hay espacio para elevar reservas, el Banco ha estado comprando (dólares) si no lo hiciera, probablemente la fuerza a la apreciación (del tipo de cambio) sería mayor, pero no lo hacemos para evitar esa apreciación, sino por el objetivo de mejorar el blindaje financiero contra choques externos”, explicó el jerarca.
El Informe del BCCR resalta que, al cierre de octubre, el tipo de cambio registró una apreciación del 16,1%, respecto al mismo mes del año pasado.
La compra de divisas permitió al ente emisor recuperar los dólares vendidos de sus reservas, en años anteriores, al sector público no financiero, por $2.533 millones; satisfacer sus necesidades actuales de $2.600 millones y constituir un monto de $246 millones para requerimientos futuros.
El pasado 30 de octubre, las reservas del BCCR registraron un saldo de $11.400 millones, mientras que en el mismo periodo del 2022, eran de $7.755 millones, según los datos de la entidad.
El contexto de mayor abundancia de dólares se explicó en la conferencia de prensa en la cual el jerarca del ente emisor también anunció una mejora en la proyección de crecimiento económico de Costa Rica. La institución prevé un aumento del 5% del PIB para este año, resultado superior al 4,2% proyectado en julio anterior.
Para el 2024 también se prevé una mejora en la producción nacional porque será de 4,3%, en lugar del 3,8% anunciado a mediados de año.
Además, se informó de que la inflación cerrará el 2023 en números positivos, en contraste con el -2,24% de variación interanual de setiembre pasado. La previsión es que, para el segundo trimestre del 2024, el indicador retorne al nivel meta del 3%.
Factores de riesgo
El presidente del Banco Central argumentó que la mejora en las finanzas públicas así como la reducción de la prima de riesgo del país, medida por el Indicador de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI, por sus siglas en inglés), calculado por la firma JP Morgan Chase, explican el contexto favorable al flujo de dólares hacia la economía.
Sin embargo, recalcó que hay riesgos, principalmente externos, que pueden modificar el escenario actual. El principal es el alza en precios de materias primas asociadas a la intensificación de conflictos geopolíticos en Oriente Medio.
Madrigal recordó que, durante el año pasado, el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania fue uno de los detonantes del alza de los hidrocarburos y su consecuencia en el país fue un aumento en el precio del dólar, a raíz de la mayor demanda de divisas para la importación de combustibles.
Economistas consultados por La Nación destacaron que aún hay elementos favorables para sostener la abundancia de divisas en el 2024 y 2025. La principal razón es que el Gobierno aún puede emitir bonos en el mercado externo por $1.000 millones, en cada año.
Adicionalmente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) llegó a un acuerdo técnico con el Gobierno para hacer desembolsos por $756 millones de los dos programas de financiamiento suscritos con el país.
“¿Qué podría eventualmente cambiar el rumbo? Por ejemplo, que bajen la TPM (tasa de política monetaria) y vuelva el apetito por dólares, entonces la demanda sería mayor. O que continúen los conflictos internacionales, el petróleo siga subiendo y se necesiten más dólares”, dijo el economista Vidal Villalobos.
Pero este especialista consideró que la llegada de más turistas, el nearshoring (traslado de la producción a países próximos al mercado de destino), la inversión extranjera directa y las exportaciones son elementos que favorecen el mayor nivel de divisas en la economía.
Para el economista Daniel Ortiz el crecimiento de la economía estadounidense, en lugar de la recesión esperada, favorece la actividad de Costa Rica por la mayor demanda del principal socio comercial.
“La apreciación del casi 15% en el tipo de cambio tiene impactos en las empresas y sobre los ingresos de las familias, la afectación no es solo para el sector exportador. Hay regiones turísticas del país donde los ingresos son en dólares o quienes trabajan en zona franca”, destacó Ortiz.
El especialista consideró que la actual coyuntura no es sostenible por mucho tiempo para las empresas y los hogares.