La Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica (BCCR), en su sesión del 15 de diciembre del 2021, acordó aumentar el nivel de la tasa de política monetaria (TPM) en 0,5 puntos porcentuales, de 0,75% a 1,25% anual, con lo cual realiza un quiebre en la política monetaria expansiva que ha mantenido desde el año 2019.
“Con este ajuste, la postura de política monetaria del Banco Central continúa expansiva, pero se acerca a la posición de neutralidad”, indicó la autoridad en un comunicado, difundido la noche de este 15 de diciembre.
“La Junta Directiva también acordó mantener una senda de aumentos graduales en la TPM, y de ser necesario, según la evolución de los determinantes de la inflación futura (entre ellos la brecha del producto, las expectativas de inflación y posibles efectos inflacionarios de segunda ronda), intensificar el ritmo de aumentos con el fin de mantener la inflación dentro del rango de tolerancia alrededor de la meta (3% más o menos 1 punto porcentual)”, advirtió la entidad.
La tasa de política monetaria es la que el Banco Central considera que es coherente con el costo de la liquidez en un momento dado y, generalmente, tiene impacto en el resto de tasas de interés en el mercado.
El Banco empezó a bajar su tasa de referencia en el 2019 y aceleró la reducción en el 2020 con la pandemia hasta llevarla a su nivel histórico más bajo.
Esta política expansiva también se alimentó con una reducción del 15% al 12% en el encaje mínimo legal (porcentaje que las captaciones que las entidades deben entregar al Banco Central) para operaciones en colones en junio del 2019 y con los desembolsos de la facilidad especial y temporal de financiamiento a mediano plazo introducida en setiembre del 2020.
Del monto aprobado (¢842.887 millones) en esta facilidad especial, se asignaron ¢828,142 millones (98,3%), explicó el Banco en su último informe de Política Monetaria.
Entre sus argumentos para aumentar la tasa de política monetaria el Banco explica que el elevado precio de las materias primas en los mercados internacionales, los problemas en las cadenas de suministro y los cuellos de botella en los servicios de transporte han llevado a un marcado aumento de la inflación mundial en meses recientes. Además, el repunte de la inflación podría ser más fuerte y duradero de lo que habían previsto algunos organismos internacionales y autoridades monetarias de economías avanzadas.
Ante esto los bancos centrales de algunas de economías avanzadas han anunciado el retiro gradual de sus programas de compra de activos, mientras que los bancos centrales de varias economías emergentes han incrementado sus tasas de interés de referencia.
En el entorno nacional, del fuerte ritmo de crecimiento económico observado en el segundo semestre del año, el Banco Central estima que la brecha de producto (la diferencia entre el nivel de producción y su potencial) se está cerrando en la economía costarricense. En otras palabras, la capacidad ociosa ha disminuido y está cerca de eliminarse.
Además, la inflación general, medida por la variación de Índice de Precios al Consumidor (IPC), ha venido aumentando y alcanzó en noviembre último una variación interanual de 3,35%. Sin embargo, el promedio de indicadores de inflación subyacente (más a mediano plazo) registró una tasa interanual de 2,3% en noviembre.
“Los modelos de pronóstico del Banco Central sitúan la proyección central de la inflación general por encima de la meta de inflación de 3% al término del 2021 y en el primer semestre del 2022, aunque dentro del rango de tolerancia de más o menos un punto porcentual alrededor de esa meta. Los modelos indican que la inflación se moderaría y se mantendría por debajo de la meta en la segunda mitad del 2022. Por otro lado, la inflación subyacente se mantendría por debajo o alrededor de la meta”, indicó la entidad.