Aunque el Banco Central reconoce que en los próximos meses la inflación interanual rebasará el límite superior del rango meta establecido (4%), está decidido a continuar aumentando las tasas de interés para llevar de nuevo este indicador a un rango entre 2% y 4%, en el mediano plazo. Para ello, podría intensificar los incrementos de ser necesario.
Este lunes 7 de marzo el Instituto Nacional de Estadística y Censos informó de que en febrero la variación interanual del índice de precios al consumidor (respecto al mismo mes del año anterior) se disparó a 4,9%, el mayor incremento desde diciembre del 2014.
El indicador de precios ya venía al alza debido al incremento en los costos de las materias primas y los problemas de logística en la entrega de productos, pero ahora se suma un nuevo choque externo, que es la invasión de Rusia a Ucrania, desde el 24 de febrero pasado, que ha disparado los precios del petróleo y los granos, debido a que dichos países son grandes productores de esos bienes, entre otros productos.
El presidente del Banco Central, Rodrigo Cubero, explicó que este nuevo choque se monta sobre los hombros de lo que Costa Rica ya venía experimentando, una creciente presión inflacionaria en el mundo que se ha reflejado con particular fuerza en algunos mercados emergentes en América Latina, en Estados Unidos (donde la inflación alcanzó en enero 7,5% en 12 meses, su mayor aceleración en casi 40 años) y en Europa (para febrero, la interanual cerró en 5,8% en Reino Unido, por ejemplo).
“Las presiones inflacionarias que vamos a enfrentar, y estamos enfrentando ya, van a ponerle una presión al alza adicional a la inflación y es altamente probable que sea mayor al 4% en los próximos meses, y es posible que se mantenga así por varios meses, al menos hasta junio”, indicó Cubero.
El jerarca explicó que no se trata de una fuerza inflacionaria interna, por razones de demanda, y por lo tanto no está bajo el control de la política monetaria (control de la oferta de dinero); sin embargo, el Banco Central ya había comenzado a normalizar la tasa de política monetaria de manera gradual y además requiere anclar las expectativas de inflación para evitar mayores problemas en el futuro.
“Si es posible que nosotros mantengamos esa ruta (la de aumento de tasas de interés), e incluso de ser necesario la intensifiquemos para dar, en primer lugar, una señal clara del compromiso del Banco de mantener esa inflación hacia adelante, en el rango de tolerancia”, expresó Cubero en una entrevista con La Nación.
Durante la pandemia, el Banco Central mantuvo una política monetaria expansiva para ayudar a que la producción volviera a recuperarse, esto implicó llevar su tasa de política monetaria (de referencia del costo de la liquidez y la cual impacta el resto de tasas del mercado) a un histórico 0,75%. A partir del 15 de diciembre del 2021, el Banco comenzó a aplicar una política menos expansiva y con ello comenzó a aumentar dicha tasa (actualmente se ubica en 1,75%). Ahora, el mensaje es que de, ser necesario, lo seguirá haciendo pues no está dispuesto a que la inflación se descontrole.
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¿Qué opinan otros economistas?
Dos economistas consultados, Luis Liberman, socio de Consejeros Económicos y Financieros (Cefsa) y exvicepresidente de la República, y Juan Robalino, director del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE), de la Universidad de Costa Rica, consideran que la decisión del Banco Central es la correcta.
Liberman explicó que ha habido una acumulación muy grande de liquidez, el Banco Central había tenido una política laxa en la pandemia y es el momento de recoger un poco de esa liquidez para que no se convierta en compra de bienes y servicios pues la confianza del consumidor ha estado subiendo y eso presiona los precios porque la oferta de bienes y servicios no puede crecer tan rápidamente.
Incluso, consideró que el Banco Central podría acudir a otras herramientas que tiene como los encajes, o revirtiendo la compra de títulos en el mercado secundario.
“El Banco Central lo que tiene que hacer es que no se le desordene el proceso inflacionario, que las expectativas de la gente sean tales que volvamos a la época de las minidevaluaciones, que cuando alguien importaba algo de una vez le ponía el porcentaje de devaluación que iba a haber, entonces las cosas se encarecían antes de tiempo”, comentó Liberman.
Robalino, por su parte, añadió que si bien los precios del petróleo han subido, la comunidad internacional no ha puesto sanciones sobre la exportación de petróleo y gas de Rusia y por eso esperaría que el choque no sea tan grande y que no sea permanente, aunque todo depende de la evolución del conflicto.
Una muestra de lo anterior, indicó, es que los precios a futuro del petróleo están más bajos que los del presente, señal de que los mercados esperan una reducción.
Sin embargo, la situación sí complica el trabajo para llegar a las metas de inflación porque no solo suben los precios del petróleo, sino que también estamos saliendo de la pandemia y el consumo ha aumentado mucho, y mientras el consumo se mantenga alto habrá presiones sobre los precios, sobre todo si la oferta no es capaz de adaptarse lo suficientemente rápido. Por ello, Robalino también apoya la decisión del Banco Central de ir hacia una política monetaria menos expansiva.
“Creo que es un buen momento, puede controlar el aumento en los precios (…). Viendo además los datos del Banco Central y nuestros datos del pronóstico de producción parece que es un buen momento para desarrollar ese tipo de política, es peor cuando estamos en crisis y nos vemos obligados a sostener los precios”, dijo Robalino.