La economía costarricense tendrá un crecimiento del 3,3% del producto interno bruto (PIB) para este año, resultado superior al 2,7% proyectado en enero anterior. El ajuste se detalla en el Informe de Política Monetaria (IPM), elaborado por el Banco Central de Costa Rica (BCCR).
Para el 2024 también se prevé una mejora en la producción nacional porque será de 3,6%, en vez del 3,5% anunciado a comienzos del año, según se detalla en el documento del ente emisor, publicado en su sitio web la noche del pasado domingo 30 de abril.
“Se revisa al alza la proyección de crecimiento de la producción tanto para el 2023 como el 2024. El cambio en el primer año se debe, principalmente, al mayor crecimiento de la demanda externa de implementos médicos, servicios empresariales e informáticos, aunado al crecimiento de la demanda interna en ambos años”, explicó.
LEA MÁS: ‘Efecto de tasas crecientes se agotó o está muy cerca de agotarse’, afirma presidente del BCCR
El consumo de los hogares y las actividades vinculadas al turismo serán el principal motor del dinamismo económico de Costa Rica durante el próximo año, según las previsiones de la institución monetaria.
Róger Madrigal, presidente del BCCR, recalcó en el IPM que el desempeño de la economía nacional en lo que resta de este año y en el siguiente seguirá condicionado por la evolución de la economía global.
“Un aspecto positivo para el país es que los pronósticos recientes para el crecimiento de la actividad económica, específicamente de nuestros principales socios comerciales, son ahora mejores en comparación con los estimados en enero de este año”, indicó Madrigal en el documento.
Para el economista Daniel Ortíz, la mejora en el crecimiento proyectada por el Banco Central no significa que todos los sectores de la economía se están dinamizando.
“El sector agrícola, la construcción, la manufactura local siguen estancados y a uno le preocupa que no parecen recuperarse en el corto plazo”, subrayó el director ejecutivo de Consejeros Económicos y Financieros (Cefsa).
Ortíz agregó que la economía costarricense muestra una dualidad porque la producción de las empresas ubicadas en zona franca crecerán un 15,2%, mientras que las del régimen definitivo (las que declaran renta) apenas crecerán un 2,6%.
La Junta Directiva del BCCR aprobó, el pasado 26 de abril, las proyecciones macroeconómicas de Costa Rica para el bienio 2023-2024.
Inflación se controla
Pese a las mejores perspectivas, el BCCR recalcó que la producción del país continuará este año y el próximo, por debajo de su nivel potencial de crecimiento, con lo cual no generará presiones inflacionarias en los dos años.
Sobre la inflación, el IPM establece que el indicador volverá al rango meta de entre un 2% y 4% durante el segundo trimestre de este año, y no a finales del año como se previó en enero pasado.
El índice de precios al consumidor (IPC) fue del 4,42% en abril pasado. Su punto máximo lo alcanzó en agosto del 2022, cuando se ubicó en el 12,13%, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
“Las expectativas de inflación, uno de los determinantes macroeconómicos de la economía, continuaría su trayectoria decreciente, por lo cual disminuye la probabilidad de que se manifiesten efectos de segunda ronda”, argumentó la institución monetaria.
Por otra parte, la Junta Directiva del Banco Central reiteró su compromiso de ajustar la tasa de política monetaria (TPM) para que la inflación retorne a la meta del 3%.
Róger Madrigal, presidente del ente emiso, destacó en el informe que, a raíz de la baja en precios, la Directiva consideró que existía espacio para que la postura de política monetaria fuera menos restrictiva.
La TPM inició el 2023 en un nivel del 9% y, actualmente, está en el 7,50% después de dos reducciones aplicadas, una en marzo y otra en abril pasado.
Al respecto, el economista Alberto Franco consideró que las disminuciones en la tasa de política monetaria son muy probables.
“Una menor inflación y de tasas de interés probablemente apoyen la actividad en el comercio, la construcción privada, y el sector financiero en el segundo semestre”, destacó el analista de Ecoanálisis.
Franco consideró que sigue pendiente una agenda política de reformas que permitan acelerar la recuperación de la actividad económica y el empleo, especialmente, en el régimen definitivo.
Evolución del PIB
La revisión al alza de la producción del país implicó un reacomodo en las perspectivas de crecimiento por los componentes de la producción y las actividades económicas.
El ajuste más relevante fue en el consumo de los hogares, lo cual es muy relevante porque significa el 60% del PIB del país.
El BCCR estimó un crecimiento de las compras de las familias del 2,3%, en 2023; y del 3,8%, en el 2024.
“La proyección del consumo privado fue revisada al alza en comparación con el informe de enero (2,5%, en el 2023; y 3,1%, en el 2024), debido a la recuperación más rápida del ingreso real”, enfatizó la entidad monetaria.
En contraste, el consumo del Gobierno registró una leve reducción porcentual. Para este año crecería un 1,2%, mientras que en enero fue del 1,9%. En el 2024 la regla fiscal tendrá un efecto de contención del gasto gubernamental, con lo cual implicaría una variación nula.
En la formación bruta de capital, es decir la inversión privada y pública, también hubo una revisión al alza. Para este año se prevé sea del 4,5% y del 4,4%, en el 2024. En ambos casos significa un incremento de 1,4 puntos porcentuales (p.p.) en cada año, frente a la proyección de enero anterior.
La inversión en maquinaria y equipo, así como en nuevas construcciones explican la mejora.
Adicionalmente, el BCCR revisó al alza la mayoría de las actividades económicas. Por ejemplo, en construcción la entidad prevé que salga del terreno negativo y muestre números positivos.
En enero pasado, la proyección era que este sector tuviera una contracción del 3%, ahora se prevé un crecimiento del 2,1% impulsado por el arranque de nuevos proyectos privados y el inicio de nuevos proyectos en zonas costeras. Para el 2024 se espera una tasa de variación del 3,2%.
Los sectores con presencia en el régimen especial como manufactura, servicios empresariales e información y comunicaciones tuvieron una mejora en la previsión de crecimiento precisamente por la demanda externa.
La actividad de hoteles y restaurantes, vinculada fuertemente al turismo, reportaría las mayores tasas de crecimiento para el bienio del 2023-2024 del 6,7% y 11,6%, respectivamente. Sin embargo, la actividad aún no alcanzaría los niveles prepandémicos este año.
El comercio se mantendría en el mismo nivel de incremento de actividad este año y el próximo, frente a lo proyectado en enero, en torno al 2,8%.
Por último, las actividades agropecuarias se revisaron a la baja, en el 2023, debido al efecto del incremento en los costos de los insumos y un menor rendimiento de los cultivos por cada hectárea sembrada. La previsión es que crezca un 0,4% este año, pero en enero era del 1,6%, según el BCCR.
En el 2024, la actividad crecerá un 1,8% sustentado en la recuperación del banano y la piña.