El Banco Central estima que las mejores proyecciones que hay para el mundo, y especialmente para Estados Unidos, podrían ayudar a acelerar la recuperación económica en Costa Rica.
Así lo expresó la entidad, en un comunicado, que emitió la noche del 17 de febrero, en el cual informó de que la Junta Directiva acordó mantener la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 0,75% anual.
“Esa mejora del contexto externo favorecería la demanda externa costarricense y podría acelerar, más allá de lo previsto hasta ahora, el proceso gradual de recuperación económica observado desde la segunda mitad del 2020”, indicó la entidad en el comunicado.
El Banco explicó que, en el ámbito internacional, la Junta Directiva observa que las perspectivas del desempeño económico mundial para este año y el siguiente han mejorado.
Por ejemplo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) prevé un crecimiento de la producción global de 5,6% en el 2021, y de 4,0% para el siguiente año, lo que significó un ajuste al alza de 1,4 y 0,3 puntos porcentuales, en ese orden, respecto a las proyecciones de diciembre pasado.
Por su parte, el Sistema de la Reserva Federal de Estados Unidos, en un comunicado del 17 de marzo del 2021, mantuvo el rango de tasas de interés y ajustó al alza sus proyecciones de crecimiento económico para la economía de ese país: para el 2021, ubicó el crecimiento económico entre 5,8% y 6,6%, comparado con 3,7% y 5,0%, anteriormente.
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No obstante, las proyecciones de crecimiento mundial dependen fundamentalmente del avance en el proceso de vacunación y de la evolución de las variantes del coronavirus, advirtió la entidad.
El Banco Central estimó, en enero pasado, un crecimiento de 2,6% para la economía de este año.
La variación interanual (de cada mes respecto al mismo mes del año anterior) del índice mensual de la actividad económica (IMAE) a enero muestra una recuperación vigorosa del régimen especial (17%), mientras que el régimen definitivo, que es el 90% de la producción, cayó 7,1%.
El Banco Central indicó, en el comunicado emitido la noche del 18 de febrero, que la variación trimestral anualizada del IMAE (se proyecta a 12 meses el comportamiento del último trimestre) ajustado por estacionalidad, se ubicó en 11,3% para el trimestre móvil que concluyó en enero de 2021, lo que sugiere que el proceso de recuperación se mantiene con un importante impulso.
“Los indicadores de confianza de los agentes económicos también han mejorado, aunque algunos de ellos se mantienen aún en terreno pesimista”, señaló la autoridad monetaria.
Sin embargo, añadió, la brecha del producto continúa fuertemente negativa y la tasa de desempleo, aunque decreciente, se mantiene en niveles históricamente altos (19,1% en el trimestre móvil finalizado en enero pasado).
Esto, en combinación con expectativas de inflación para los próximos 12 meses en torno a 1,3% y una inflación mundial aún baja, pese al reciente incremento en los precios de las materias primas, señalan la persistencia de presiones desinflacionarias.
Respecto a la tasa de política monetaria, el Banco indicó que reitera su postura de política monetaria expansiva y contracíclica.
“La Junta Directiva se comprometió a continuar hacia adelante con esa postura, y por lo tanto con una política de bajas tasas de interés, en el tanto las condiciones macroeconómicas y los modelos de pronóstico indiquen que la inflación se mantendrá por debajo del valor meta de 3% en el horizonte de proyección de la programación macroeconómica”, señaló la entidad.
Recordó que el Banco Central conduce su política monetaria sobre la base de un esquema de metas de inflación.
“Bajo este régimen, las decisiones de política monetaria, y en particular los ajustes de la TPM, se basan en un análisis del entorno macroeconómico actual y de la evolución prevista para la inflación y sus determinantes. De esta forma, la política monetaria tiene un carácter prospectivo”, señaló.
En línea con ello, los modelos de pronóstico del Banco Central indican que, para el año en curso y para el 2022, la inflación se mantendría por debajo del límite inferior del rango de tolerancia alrededor de la meta de inflación (3,0% más o menos un punto porcentual).
Por lo tanto, consideró, el Banco Central dispone de espacio para continuar con una postura de política monetaria expansiva y contracíclica, sin comprometer el objetivo inflacionario.