El Banco Central de Costa Rica estima un fuerte aumento en el déficit del Gobierno (exceso de gastos sobre ingresos) en los siguientes dos años ante la ausencia de una reforma fiscal.
En el Programa Macroeconómico del 2018 y 2019, que publicó el Banco el 31 de enero, cerca de la medianoche, la entidad anunció que el déficit del Gobierno pasaría de representar un 6,2% de la producción este año (cerca de ¢2 billones) a un 7,1% de la producción en el 2018 (cerca de ¢2,5 billones) y a un 7,9% en el 2019 (cerca de ¢2,9 billones).
La proyección del 2019 supera el déficit de 7,2% que alcanzó el país en 1980, en medio de la crisis económica de esa época.
Dados los altos déficits esperados, la deuda del Gobierno Central también daría grandes saltos al pasar de representar un 49,2% en el 2017, a un 53,6% en el 2018, y un 59% en el 2019.
"Dada la trayectoria creciente de la deuda pública, el financiamiento del déficit fiscal acentuaría ese comportamiento, lo que constituye el principal riesgo para la sostenibilidad de las finanzas públicas y por ende, para la estabilidad macroeconómica del país", advierte la entidad.
"Los costos de la inacción son muchos: presiones al alza en las tasas de interés, incremento en la percepción riesgo país, estrujamiento del crédito al sector privado, reducción en la rentabilidad de la inversión en capital físico y humano, desestímulo al ingreso de capital por inversión extranjera directa y presiones alcistas en inflación", advirtió la entidad en el documento.
La entidad también anunció, la noche de este 31 de enero, un incremento en la tasa de política monetaria de 4,75% a 5%. Esta tasa es la que utiliza el Banco Central como referencia para conducir el costo de las operaciones de préstamos y depósitos a un día plazo, en el Mercado Integrado de Liquidez.
Metas de inflación
El Banco Central también publicó este 31 de enero un importante acuerdo en el cual adopta formalmente un esquema flexible de meta de inflación y reafirma su compromiso de mantener una inflación baja y estable.
Sobre las metas de inflación, hace 13 años el Banco Central inició el camino hacia este esquema y ahora lo adopta formalmente, con lo cual envía una clara señal de que no financiará al Gobierno, y en un momento clave, cuando este año ingrese una nueva administración.
En el acuerdo la Junta Directiva destaca las bondades de la estabilidad en los precios para el desarrollo del país por cuanto protege el poder adquisitivo, especialmente de los grupos de ingresos bajos, promueve la estabilidad de otros precios como la tasa de interés, el tipo de cambio y los salarios, y permite decisiones de ahorro e inversión con mayor certidumbre.
En el Programa Macroeconómico la entidad detalla las pronósticos económicos de los siguientes dos años y además define su meta de inflación, la cual la mantuvo en 3%, con la posibilidad de subir o bajar un punto. La inflación es un indicador importante no solo para los hogares, para bajar la pobreza, sino también para fijar algunos otros indicadores como alquileres, el impuesto a los combustibles y el aumento salarial.
Pese al alto déficit fiscal la entidad prevé que el crecimiento económico aumentará al pasar de un 3,2%, en el 2017, a un 3,6% en el 2018, y a un 3,9% en el 2019 y el crédito al sector privado pasaría de crecer un 7% en el 2017, a un 6,9% en el 2018 y un 8,2% en el 2019. Los préstamos en dólares casi no aumentarían.
En el documento la entidad explica que este crecimiento provendría del gasto interno por el incremento del ingreso disponible y la estabilidad en los términos de intercambio (el precio de las exportaciones respecto al de las importaciones), lo cual mitigaría, en parte, el aumento en las tasas de interés por las presiones fiscales. Además prevé que la demanda de otros países continuaría contribuyente al crecimiento.
Por sectores, el Banco Central prevé que se mantendrá el impulso de los servicios, que la construcción se recuperaría, y que la agricultura se desaceleraría por las condiciones climatólogicas del 2017 como la tormenta tropical Nate y el fenómeno de La Niña.
La entidad, además, prevé mantener las reservas monetarias estables (en 13,8% de la producción en el 2018 y 13,6% en el 2019), lo cual es una señal que no las usaría para presionar una baja en el tipo de cambio. Estas cifras incluyen los $1.000 millones que prestará el Fondo Latinoamericano de Reservas al país.