El Banco Central de Costa Rica (BCCR) redujo en medio punto la proyección de crecimiento de la economía del país para este año, desde el 3,9% anunciado en enero pasado, a 3,4%, informó Rodrigo Cubero, presidente de la entidad, este viernes 29 de abril.
El jerarca anunció el nuevo panorama económico en la presentación del segundo Informe de Política Monetaria (IPM). El ajuste en la evolución del producto interno bruto (PIB), respecto a las proyecciones iniciales, se dio como consecuencia del aumento de la inflación, en especial, por los bienes importados.
Precisamente, las mayores presiones inflacionarias llevaron a la Junta Directiva del BCCR a elevar la tasa de política monetaria (TPM) al 4%, desde el 1,5%. Desde mediados de diciembre pasado, el emisor comenzó los ajustes en su tasa de referencia, cuando el indicador estaba en 0,75%. Desde entonces ha subido en cuatro ocasiones. Con esta decisión intenta influir en el resto de tasas del mercado y encarecer el consumo, bajar la demanda por bienes y servicios y liberar de presión a los precios.
“A pesar de los retos externos, y luego del profundo impacto de la pandemia, la economía nacional mantiene un buen desempeño. Estos resultados son muestra de la resiliencia de los hogares y del sector productivo ante los efectos de la pandemia, y de las medidas que se tomaron, antes y durante esta crisis sanitaria, para propiciar un mejor entorno macroeconómico”, destacó el presidente del Banco Central.
La corrección en la evolución del PIB también se dio para el 2023. La entidad prevé que el próximo año se crezca 3,9%, en vez del 4% anunciado en enero pasado. El ajuste fue menor a raíz de que la entidad considera que la recuperación de la actividad turística favorecerá a la economía.
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Cubero también anunció una revisión del crecimiento económico del 2021, pero en este caso, al alza. En lugar del 7,6% preliminar anunciado en enero pasado, la producción se expandió 7,8%, lo que se convirtió en la tasa de incremento más alta desde el 2008. La mejora ocurrió después de que el país tuviera una contracción de la producción del 4,1%, en el 2020, a raíz de los efectos de la pandemia de la covid-19.
El jerarca del ente emisor explicó que, a pesar de las mayores presiones inflacionarias, la Junta Directiva mantuvo la meta de inflación de 3% para los próximos dos años, con la desviación de un punto porcentual.
Cubero enfatizó que la inflación se mantendrá por encima del 4% hasta mediados del 2023, pero a partir del último trimestre de ese año entrará en el rango meta del Banco Central. “Ante el difícil entorno externo y los desafíos locales, el Banco Central continuará vigilante sobre la evolución de la inflación proyectada y seguirá aplicando los ajustes necesarios en su TPM para contener las expectativas inflacionarias e inducir a la inflación hacia la meta en el mediano plazo”, afirmó.
Para el economista Daniel Ortiz, el Banco Central revisa a la baja las perspectivas de expansión principalmente por el cambio en la coyuntura internacional. “El mayor crecimiento en precios, costos logísticos y menor aumento de la la producción de nuestros principales socios comerciales lleva a reducir la perspectiva de crecimiento. Aún así hay elementos favorables para el país como el nearshoring o la mejora en las cuentas fiscales”, destacó.
Ortiz señaló que la moderación en las tasas de expansión no es un tema exclusivo de Costa Rica, pues el Fondo Monetario Internacional también revisó a la baja las proyecciones de las principales economías globales.
Movimiento por sector
Las proyecciones del crecimiento en el 2022 para todas actividades económicas sufrieron una corrección a la baja entre enero y abril, a raíz de los efectos adversos generados por las mayores presiones inflacionarias, locales y externas.
La construcción tuvo la reducción más relevante. En enero pasado, el BCCR había previsto que tuviera un crecimiento de 2,4%. Sin embargo, ahora prevé que crezca solo un 0,8%. El cambio tan drástico se explica por ajustes en la construcción con destino público, pues de 3% de variación interanual, proyectado a inicio de año, ahora se prevé una contracción del 9,8%.
Roger Madrigal, director de la División Económica y presidente designado del Banco Central, explicó que la proyección de obra pública se hace con base en la información brindada por el Ministerio de Planificación. “En la construcción con destino público hay, desde el año pasado, un choque interno del cierto impulso que se venía presentando aún en pandemia. Pero por las investigaciones (del Caso Cochinilla) se han venido dando revisiones”, detalló.
Las actividades de hoteles y restaurantes, vinculadas al turismo, también tuvieron una modificación, pues de un incremento interanual del 19,2%, previsto en enero, pasó a 14,5%, en este mes de abril. Madrigal comentó que estos sectores siguen con tasas altas respecto al resto de actividades, porque aún hay un efecto rebote, después de la contracción del 2020.
Riesgos en horizonte
Las proyecciones macroeconómicas anunciadas por el Banco Central tienen entre los principales riesgos que el gobierno de Rodrigo Chaves obtenga el financiamiento necesario para enfrentar el déficit fiscal, los gastos ordinarios y los amortización de la deuda.
Los datos del ente emisor muestran que, para ese año, el Poder Ejecutivo requerirá el equivalente a 5,5% de la producción para el pago de su deuda y un 6,5% del PIB, en el 2023. Según las proyecciones, el acceso a financiamiento externo, vía créditos de apoyo presupuestario y eurobonos, serán necesarios para no presionar el mercado local.
“Las necesidades de financiamiento del Gobierno Central en el mercado interno se reducirían significativamente si se da el financiamiento externo. Si se da el acceso a esos recursos el Gobierno tendrá menos presencia en el mercado interno y daría más espacio al crecimiento del crédito al sector privado y reducirá la presión sobre las tasas de interés”, explicó Cubero.
Las presiones cambiaras, principalmente por la demanda de divisas de las operadoras de pensiones, fue otro elemento de riesgo para la economía tica, según el Banco Central.
En el campo externo, las principales amenazas para las previsiones del BCCR son la evolución de la pandemia, el comportamiento de los precios de las materias primas por la invasión de Rusia a Ucrania y los efectos del endurecimiento de las políticas monetarias de los países desarrollados para frenar el alza en la inflación.
Para Dayanna Quirós, analista económica de Mercado de Valores, el comportamiento alcista de la inflación permanecería, durante los próximos meses, debido al conflicto bélico. “También una posible afectación en las cadenas de suministro y una reducción del ingreso disponible de los consumidores, el cual debilitaría la demanda interna costarricense”, sostuvo.