La Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica (BCCR) acordó, este miércoles 25 de octubre, disminuir su tasa de política monetaria (TPM) hasta 6,25%, desde el 6,50% en el cual se encontraba desde finales de julio anterior.
La decisión se tomó luego de que la inflación en Costa Rica, medida por el índice de precios al consumidor (IPC), registrara una nueva caída en setiembre, respecto al mismo mes del año pasado. El indicador permanece en números negativos por cuarto mes consecutivo, aunque esta tendencia a decrecer se moderó en el último mes.
En esta ocasión, el Banco Central también tomó la decisión una semana antes que la Reserva Federal de Estados Unidos, pues en los meses previos, el calendario de revisión de la política monetaria de ambas entidades había coincidido con la del país norteamericano.
“Dada la valoración del comportamiento reciente y esperado de la inflación (...), la Junta Directiva estima que existe espacio para continuar con la reducción gradual, ordenada y prudente de la TPM, en procura de alcanzar una posición neutral. Este proceso continuará, siempre y cuando las condiciones lo permitan”, indicó la entidad en un comunicado de prensa.
Según la autoridad monetaria, sus modelos de proyección indican que la inflación general mostrará, en lo que resta del 2023, variaciones interanuales cada vez menos negativas y que retornará al rango meta establecido por la entidad, de entre el 2% y el 4%, en el primer semestre del 2024.
La tasa de política monetaria es una de las herramientas que tiene el Banco Central para influir sobre la economía y, por lo tanto, también influye sobre sus ahorros, las cuotas de sus créditos y hasta lo que usted consume. Se le denomina también “tasa de referencia”.
El Banco Central inició, a partir de marzo anterior, un proceso de reducción de la TPM para llevarla del 9% hasta el 6,25% en el cual se ubica actualmente. En el 2022, a raíz del incremento acelerado en la inflación, el ente emisor aumentó la TPM, al igual que otros bancos centrales del mundo.
Argumentos
En el comunicado, la entidad monetaria sostuvo que entre los factores evaluados para reducir su tasa de referencia en 25 puntos base estuvo la apreciación de la moneda local frente al dólar, ya que reduce las presiones al alza en los precios de los bienes, principalmente de los importados.
El ente emisor también señaló que las expectativas de inflación de la encuesta que aplica el Banco Central, así como las estimadas con base en la negociación de títulos públicos en el mercado financiero costarricense, señalan la reducción de las presiones inflacionarias, al ubicarse en torno a la meta.
De igual forma, destacaron que desde julio del año pasado las expectativas de inflación de mercado a 3 y 5 años también se posicionan en torno a esa meta inflacionaria del 3%.
Sin embargo, enfatizaron en que la valoración de los riesgos para la proyección de la inflación general se inclinan al alza. Destacan las eventuales presiones alcistas en el precio de las materias primas importadas, en particular los hidrocarburos, ante la intensificación de los conflictos geopolíticos en el Oriente Medio o por acuerdos de restricción de oferta.
También pusieron énfasis en los posibles choques de oferta vinculados a eventos de naturaleza climática. Otro riesgo al alza que está presente es la potencial recomposición del portafolio de instrumentos financieros, cuya materialización podría incrementar las expectativas de variación cambiaria.
“La materialización de estos riesgos tiene implicaciones directas sobre la inflación local y los costos de producción, y podría incidir negativamente en el proceso de formación de las expectativas inflacionarias”, explicó el Banco Central en su comunicado.
En el caso de la influencia externa, el ente emisor señaló que las presiones inflacionarias han cedido a diferentes ritmos entre los países; pero que la inflación ha sido más persistente de lo previsto, y todavía se ubica por encima del objetivo de los bancos centrales.