La Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica (BCCR) decidió, en la sesión de este jueves 17 de octubre, reducir su tasa de política monetaria (TPM) en 0,25 puntos porcentuales (p. p.) situándola en 4%, a partir de este viernes.
El indicador de referencia para operaciones de crédito e inversiones en colones se encontraba en 4,25% desde setiembre pasado.
La tasa de política monetaria es una de las herramientas que tiene el ente emisor para influir sobre la economía y, por lo tanto, también tiene efectos sobre los ahorros, las cuotas de los créditos y sobre el consumo. Se le denomina también “tasa de referencia”.
Desde marzo de 2023 a la fecha, la TPM acumula una reducción de 5 p. p., desde el máximo de 9% que alcanzó en octubre de 2022.
Róger Madrigal López, presidente del BCCR, recalcó que la Junta concluyó en su sesión de este jueves que existe margen para reducir la TPM y continuar con el proceso ordenado y gradual hacia la neutralidad de la política monetaria. A la vez, reconoció que se está cada vez más cerca de dicho objetivo, lo que reduce el espacio para nuevas reducciones en el nivel del indicador.
En una conferencia de prensa, afirmó que la inflación entrará en el rango de tolerancia del BCCR, de entre 2% y 4%, en el tercer trimestre de 2025. Aunque también reconoció que, en los próximos meses el índice podría mostrar variaciones interanuales negativas.
Precisamente, en setiembre pasado, el índice de precios al consumidor (IPC) finalizó en un -0,14% en su variación de los últimos 12 meses. El IPC interanual mostró valores negativos en 14 de los últimos 16 meses, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos.
El jerarca del Banco Central enfatizó que para determinar el nuevo nivel de la tasa se realiza un análisis de los riesgos futuros, tanto internos como externos, cuya materialización podría ejercer presiones al alza o a la baja sobre la inflación.
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Entre los elementos que podrían incrementar la inflación mencionó los conflictos geopolíticos, así como las medidas restrictivas que impactan la producción y el comercio internacional, derivadas de procesos electorales, en particular en Estados Unidos.
A nivel interno, Madrigal señaló los fenómenos climáticos que afectan la producción. “Un caso particular es que, si no se genera suficiente energía hidroeléctrica, es necesario recurrir a combustibles fósiles. Esto generaría un ajuste en las tarifas eléctricas por generación térmica, lo que podría trasladarse a otros servicios", precisó.
Por otra parte, entre los factores que podrían incidir a la baja en la inflación, mencionó un crecimiento económico menor al previsto de los principales socios comerciales, así como la posibilidad de que se mantenga una política monetaria restrictiva por más tiempo.
Sin embargo, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) disminuyó en setiembre sus tasas de interés por primera vez desde 2020, y se prevén más reducciones. El ajuste situó los tipos de referencia en un rango de 4,75%-5%, desde el 5,25%-5,50%.
Mientras tanto, el Banco Central Europeo decidió, este mismo jueves, reducir sus tasas de interés por tercera ocasión consecutiva durante 2024.
Lenta transmisión
El presidente del Banco Central reconoció, durante la conferencia, que la transmisión de las reducciones de la TPM a las tasas activas, aquellas a las que las entidades financieras prestan colones, ha sido más lenta en comparación con la evidencia histórica de los últimos años.
Además, recordó que primero se reduce la tasa de política monetaria, luego la tasa básica pasiva y, finalmente, los intereses de los préstamos en moneda nacional.
“En algunas actividades, como manufactura y turismo, se han registrado reducciones de hasta tres puntos porcentuales. Pero, al analizar el fenómeno excluyendo las tarjetas de crédito, se observa una mayor transmisión. Sin embargo, la práctica de utilizar tasas piso en los contratos de crédito afecta esta transmisión, ya que, pese a la baja en la tasa básica, no se observa una reducción en las operaciones", afirmó Madrigal.
El funcionario añadió que debe realizarse un análisis más detallado de las imperfecciones del sistema financiero y tratar de eliminarlas. “Usualmente se habla de reducir el encaje mínimo legal para estimular el crédito, pero en los últimos 27 meses ha habido un exceso de liquidez en el mercado, por lo que en este momento no se considera necesaria una reducción del encaje", aseguró.
Para Alonso Alfaro, economista jefe del BCCR, el uso de tasas máximas —también conocidas como tasas de usura— tiene el efecto de amplificar las tasas activas del sistema financiero.