El Banco Central publicó la tarde de este jueves 30 de julio la revisión de las proyecciones económicas del país y ahora estima una caída más fuerte en la producción, en el 2020, de lo que se había anunciado en abril.
La entidad prevé una contracción de 5% este año y con una recuperación parcial, en el 2021, de 2,3%.
“Este año la economía nacional va a sufrir la contracción más fuerte desde 1982”, manifestó Rodrigo Cubero, presidente de la autoridad monetaria. En ese año la producción bajó 7,3%.
En la caída influye en forma importante la baja esperada en el consumo de los hogares, que se prevé en 3%. También la inversión caería 8,8%, las exportaciones, 14,7% y las importaciones en 10,2%. El único componente de la demanda agregada que aumentaría es el gasto del Gobierno, en 0,7%.
En enero del 2020, el Banco Central esperaba un crecimiento en la producción del 2,5% para este año y de 3% para el siguiente, pero con la llegada de la pandemia, en marzo pasado, la entidad ajustó las proyecciones en abril a una caída de 3,6% en el 2020, con una recuperación de 2,3%, en el 2021.
Cubero explicó que el nuevo ajuste entre abril y julio obedece a las revisiones en el desempeño de la economía mundial que realizó el Fondo Monetario Internacional (FMI) y porque la pandemia ha demandado más medidas de restricciones sanitarias. Aclaró que estas proyecciones están sujetas a una gran incertidumbre.
“Si bien el levantamiento de las restricciones sanitarias se inició en mayo, antes de lo originalmente esperado, la abrupta escalada en la tasa de contagio de la covid-19 a partir del mes de junio frenó ese proceso de reapertura, obligó a intensificar algunas de las medidas de confinamiento, y hace prever un posible endurecimiento selectivo de esas medidas en este segundo semestre. Eso contrasta con el supuesto en abril de una apertura gradual en este segundo semestre”, detalló el Banco, en un comunicado.
Solo en el segundo trimestre del 2020 la economía cayó 9,2% comparado con el mismo trimestre del año anterior. Los sectores más afectados son los hoteles y restaurantes, con una caída de 50% en ese periodo, y el transporte, con una reducción del 38%.
La menor producción se refleja en un incremento en el desempleo, el cual alcanzó una cifra récord de 20,1% en el trimestre móvil de marzo, abril y mayo (468.000 personas aproximadamente), según el Instituto Nacional de Estadística y Censos.
El Presidente explicó que el Banco Central ha aplicado una política monetaria expansiva y contracíclica para atenuar la caída en la producción, con medidas como la reducción de la tasa de política monetaria hasta llevarla a un mínimo histórico de 0,75% anual, lo cual ha ayudado a que caigan las tasas del mercado. La entidad, dijo Cubero, continuará con ese enfoque.
Otros indicadores
La caída en la producción, unida a la caída en la recaudación de impuestos y el mayor gasto para afrontar la covid-19 también elevó la proyección del déficit financiero del Gobierno (exceso de gastos totales sobre ingresos totales), la cual pasó de 5,9% de la producción en la estimación de enero del 2020, a 9,3% de la producción. Para el 2021 se prevé que sea de 8,1%.
En el sector monetario, Cubero destacó que los ahorrantes han trasladado los recursos a plazos más líquidos.
En inflación, el Banco Central prevé un resultado promedio de 0,8% para este año, por debajo del rango meta de entre 2% y 4%.
En el sector externo, los recursos de inversión directa no cubrirían, por primera vez, el déficit en cuenta corriente, pero se tendrían los recursos de los préstamos internacionales para financiar el faltante.
“Los flujos de ahorro externo previstos, y en particular los ingresos proyectados por créditos multilaterales de apoyo presupuestario al Gobierno Central, por un total de $2.975 millones (5% del PIB), permitirían financiar en el 2020 la brecha en cuenta corriente y aumentar la posición de Reservas Internacionales Netas a 16% del PIB.
“En contraste, en el 2021, con un menor influjo esperado de créditos al Gobierno, los flujos financieros serían insuficientes para atender esta brecha, por lo que se prevé una reducción en la posición de activos de reserva que ubicarían el saldo en 15,2% PIB”, añadió el Banco Central en el comunicado.
El Banco explicó que las proyecciones incorporan la mejor información disponible al 28 de julio de este año y existen riesgos provenientes del contexto internacional e interno que, de materializarse, podrían generar desvíos en relación con los resultados proyectados en este ejercicio y esos riesgos están relacionados, principalmente, con el rumbo que tome la pandemia y la posible vacuna.
Reacciones
Sobre el programa expuesto, el economista José Luis Arce opinó que el contexto económico local aún muestra espacios sustanciales para que el Banco Central continúe con la políticamente abiertamente expansiva o contracíclica que ha estado implementando desde abril de 2019.
“La inflación está lejos de ser un problema en el corto y probablemente mediano plazos, debido a la baja demanda y ampliación de la brecha de producto”, dijo Arce.
“Sin embargo, mantener una política monetaria expansiva depende crucialmente de que se avance en el proceso de ajuste en las finanzas gubernamentales de manera oportuna, suficiente y, sobre todo, creíble. Esto pasa necesariamente por culminar exitosamente la negociación con el FMI (Fondo Monetario Internacional). De otra forma, la incertidumbre y la percepción creciente de riesgo fiscal conduciría a que los espacios para una política monetaria expansiva tiendan a cerrarse con rapidez”, consideró el economista.
Por su parte, el economista Dennis Meléndez, consideró muy responsable de parte de Cubero haber mencionado lo extremadamente necesario de crédito stand by con el Fondo Monetario Internacional, como único medio para generar confianza el próximo año y lograr captar los recursos en los mercados a tasas aceptables.
“Y lo otro fundamental fue el negar la posibilidad del Banco Central de meterse a financiar, de cualquier modo, al Gobierno, incluyendo el instrumento ya disponible de recompra de títulos. Lo tercero fue su aclaración respecto al uso de las reservas monetarias internacionales, otra irresponsabilidad promovida por gente supuestamente conocedora de la teoría monetaria”, opinó Meléndez.