Con el objetivo de mantener la inflación a mediano plazo bajo control, la Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica (BCCR), en su sesión del 14 de marzo del 2022, aumentó por tercera vez consecutiva su tasa de política monetaria (TPM), esta vez en 0,75 puntos para llevarla a 2,50% anual.
El 15 de diciembre del 2021 había acordado un incremento de 0,5 puntos porcentuales y el 26 de enero otro aumento igual, en esta tasa que es de referencia y la cual, generalmente, tiene impacto en el resto de tasas de interés en el mercado. También, la Junta Directiva acordó aumentar la tasa de interés bruta de los depósitos electrónicos a un día plazo de 0,82% a un 1,44% anual.
El Banco Central explicó, en un comunicado, que ejecuta su política monetaria sobre la base de un esquema de metas de inflación. “Bajo este régimen, las decisiones de política monetaria y, en particular, los ajustes en su TPM, se fundamentan en un análisis del entorno macroeconómico actual y, sobre todo, de la evolución prevista para la inflación y sus determinantes y de los riesgos alrededor de esas proyecciones”, indicó la autoridad.
En el comunicado, el Banco Central detalló que las presiones al alza en la inflación mundial presentes desde el 2021 se mantienen este año. Esas presiones se originaron en factores de demanda y de oferta.
Por el lado de la demanda, la recuperación de la actividad económica y un cierto desplazamiento del consumo desde servicios hacia bienes, ocasionado por las restricciones sanitarias, propició un aumento en la demanda mundial de mercancías, de insumos para su producción y de servicios de flete marítimo para su traslado.
Sin embargo, la oferta no ha podido proveer todos los bienes demandados por razones geopolíticas y climáticas y cuellos de botella en las cadenas globales de suministro, como consecuencia de las medidas de contención sanitaria. Además, a partir del 24 de febrero, el mundo enfrenta un nuevo choque, originado por la invasión de Rusia a Ucrania.
“Este conflicto bélico ha exacerbado las presiones al alza en los precios internacionales de las materias primas, pues ambos países son exportadores importantes de combustibles, granos básicos y metales. Además, el conflicto podría llevar a una reducción del crecimiento de la economía mundial; es decir, el choque tiene un efecto estanflacionario. La magnitud y duración de este choque son, sin embargo, altamente inciertos”, indicó el Banco.
El caso de Costa Rica
En el caso costarricense, la producción ha tenido un fuerte repunte, eso implica que aumenta la cantidad de bienes y servicios disponibles, pero a su vez reduce la “brecha producto”, que es la diferencia entre la producción real y potencial. Esto implica que ante aumentos en el consumo por una mayor demanda es cada vez más difícil proveer los bienes y servicios adicionales y entonces podría haber más presiones sobre los precios. Con el incremento en las tasas el Banco busca desacelerar el crecimiento de dicho consumo.
En enero pasado, el Índice Mensual de Actividad Económica presentó una variación interanual (respecto al mismo mes del año anterior) de 9%, informó el Banco.
En el país, los indicadores de inflación van en aumento. La inflación, medida por el índice de precios al consumidor, registró una variación de 4,9% en febrero último respecto al mismo mes del año anterior cruzando, por primera vez, desde enero del 2015, el límite superior del margen de tolerancia alrededor de la meta de inflación (3,0% más o menos un punto porcentual). Mientras tanto, la inflación subyacente, que mide más el comportamiento a mediano plazo, se ubicó en 3,8% en febrero del 2022, respecto al mismo mes del año anterior.
“El comportamiento al alza de la inflación responde, fundamentalmente, al impacto de la inflación importada, que combina el efecto de los mayores precios internacionales de las materias primas y de los bienes en general, los mayores costos del transporte marítimo y el aumento en el tipo de cambio”, explicó el Banco Central, en el comunicado.
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Proyecciones
Para lo que resta de este año, los modelos de pronóstico del Banco Central sitúan la inflación general en valores entre 5% y 6%; por encima de límite superior del margen de tolerancia alrededor de la meta.
No obstante, se estima que la inflación retornaría a ese rango (entre 2% y 4%) en el 2023. Por su parte, las proyecciones ubican la inflación subyacente, que refleja el comportamiento a mediano plazo, dentro del rango de tolerancia en lo que resta del 2022 y en el 2023.
La entidad advirtió que hay varios riesgos al alza sobre estas proyecciones. Que el índice de precios al productor sigue alto y si los empresarios tienen limitaciones para producir más se puede trasladar a los precios al consumidor; que las expectativas de inflación han aumentado, que el conflicto entre Rusia y Ucrania elevó los riesgos de más incrementos en el precio de las materias primas y que el dinamismo en la producción interna puede generar presiones al alza en los salarios y por lo tanto en los costos de las empresas.
Posibles efectos
Consultado sobre los posibles efectos del incremento en la tasa de política monetaria, César Restrepo, director general de la Bolsa Nacional de Valores, comentó que a nivel local, el impacto más inmediato se reflejará en el aumento de las otras tasas de interés en los mercados financieros como parte del mecanismo de transmisión de la política monetaria.
“Los mercados de liquidez, como lo son las Operaciones en el Mercado de Dinero y el Mercado Integrado de Liquidez, serán los primeros en empezar esta transmisión monetaria, encareciendo las operaciones de recompra (cuando una persona vende un valor hoy y se compromete a recomprarlo en un plazo) y posiblemente disminuyendo el volumen transado”, explicó.
Posteriormente, espera Restrepo, al empezar a ajustarse las tasas de interés al alza, el precio de los instrumentos bursátiles, principalmente bonos, tenderá a buscar ajustes a la baja producto del mayor rendimiento que será requerido por los inversionistas para incorporarlo en su cartera de inversión.
“Este efecto podría provocar que especialmente las negociaciones en el mercado secundario tengan un efecto a la baja y empujen todavía más la disminución en la actividad de estos mercados, tal y como se viene experimentando desde febrero por el aumento en la incertidumbre en los mercados financieros globales debido al conflicto entre Rusia y Ucrania”, añadió el Director de la Bolsa.