La Junta Directiva del Banco Central acordó, este 27 de julio, aumentar la tasa de política monetaria de 5,50% a 7,50%, un ajuste de dos puntos porcentuales que la deja en el nivel más alto registrado desde octubre del 2010.
El incremento acordado es el sexto desde el 15 de diciembre del 2021, cuando el Banco comenzó un proceso de incrementos en el indicador. En ese momento, esta tasa pasó de 0,75% a 1,25% y desde ahí se inició un aumento acelerado que actualmente la ubica 6,75 puntos porcentuales por encima de ese nivel inicial.
La tasa de política monetaria es una tasa de referencia que se fija de acuerdo con lo que el Banco Central considera que es coherente con el costo de la liquidez en un momento dado e influye en el resto de tasas del mercado.
El objetivo de entidad es mostrar su compromiso firme con una inflación baja y estable en el mediano plazo, contener las expectativas inflacionarias y contribuir a una más rápida convergencia de la inflación hacia el rango de tolerancia alrededor de la meta del Banco Central, que es entre 2% y 4%.
En el comunicado, enviado este jueves 28 de julio, el Banco Central detalla que aplica una política prospectiva. Esto significa que considera la evolución prevista de la inflación, de sus determinantes y de los riesgos alrededor de esas proyecciones hacia el futuro.
Además del movimiento en la tasa de política monetaria, la Junta Directiva acordó fijar la tasa de interés bruta de los depósitos electrónicos a un día plazo (DON) en 5,56% anual. Estaba en 3,91%.
La entidad también explica que el aceleramiento que se muestra en la inflación en nuestro país tiene su origen en el exterior. Primero, el rebote de la pandemia generó una demanda superior a la oferta de productos en el mundo y luego la guerra en Ucrania ha afectado el suministro de algunos productos.
“Las presiones inflacionarias observadas globalmente desde el 2021 se intensificaron en lo que transcurre del 2022, en buena medida, como consecuencia del choque sobre los precios de las materias primas causado por el conflicto armado entre Rusia y Ucrania. Ambos países tienen una participación relevante en las exportaciones mundiales de combustibles, granos básicos y metales”, comentó la entidad en su reporte.
Esto ha llevado la inflación en Costa Rica, una economía pequeña e integrada al mundo comercial y financiero, a tener un aceleramiento hasta 10,1% en junio del 2022, respecto al mismo mes del 2021, mientras que el promedio de indicadores de inflación subyacente (muestra el comportamiento a mediano plazo) en ese mismo mes fue de 6,4% respecto al mismo periodo del año anterior; ambos valores corresponden a los más altos en los últimos 13 años y superan el rango meta del Banco Central, de entre 2% y 4%.
Además, añade la entidad, la encuesta dirigida a analistas financieros, consultores en economía y empresarios, realizada el pasado mes de junio, denota el comportamiento creciente de las expectativas de inflación; la mediana registró valores de 6,6% y 5,0%, en ese orden, a 12 y 24 meses.
“Precisamente, ese comportamiento llevó al Banco Central a adoptar una postura de política monetaria más restrictiva, con el fin de aminorar o evitar efectos de segunda ronda que hagan persistir la inflación”, detalló la institución.
Inflación volverá a la meta hasta el 2024
Pese al fuerte incremento en las tasas de interés, los modelos del Banco Central proyectan que la inflación general y subyacente retornarían al rango de tolerancia alrededor de la meta de inflación en el 2024. Según la entidad, existen otros factores que introducen riesgos alcistas sobre la inflación, de los cuales destacan:
- Que se prolongue, en el tiempo, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Esto acrecienta el riesgo de que la presión sobre los precios internacionales de las materias primas sea de mayor magnitud y persistencia a lo actualmente previsto.
- Los precios internos del productor de manufacturas, que reflejan el costo de producción de las empresas, continúan al alza, con una variación interanual de 17,6% en junio último, lo que indica que el efecto del choque inflacionario de las materias primas aún no ha completado su potencial transmisión hacia los precios al consumidor.
- Que las expectativas de inflación se desanclen con respecto a la meta de largo plazo, lo que retardaría la convergencia de la inflación a dicha meta.
El Banco Central añadió que el crecimiento de la actividad económica del primer semestre es relativamente alto, pero con tendencia a desacelerarse. Estima que la producción crecerá a un ritmo de 3,4% al término del presente año, tal y como lo había anunciado en abril pasado.