El Banco Central de Costa Rica (BCCR) anunció medidas que le ayudarán a restaurar sus reservas monetarias futuras y así ampliar el margen que tiene para intervenir en el mercado cambiario, pero su principal arma para traer calma al mercado en el corto plazo es la intervención directa y la utilizó fuertemente esta semana.
Tras 13 días continuos de aumentos importantes en el tipo de cambio y una devaluación interanual (de cada día respecto al mismo día del año anterior) que ya rozaba el 12% (4,4% en enero pasado), el Banco Central puso freno esta semana al aumento en el precio del dólar con intervenciones directas. La divisa incluso bajó de precio este viernes.
El precio promedio del dólar en el mercado Monex, plataforma donde negocian bancos, empresas y todos los que transan más de $1.000, bajó ¢4,34 este viernes 3 de junio y concluyó la semana en ¢687,99. Esto, tras una venta directa de dólares del Central en el mercado, de $40,8 millones.
Durante la semana, la entidad vendió directamente en el mercado $111,5 millones para estabilizar la divisa y, además, vendió $90,9 millones a las entidades del sector público que no repuso en el Monex. Estos fondos los toma la entidad de sus reservas en dólares.
No obstante, para recuperar sus reservas futuras y estar en una posición más cómoda para intervenir en el mercado, el Banco Central anunció, este 3 de junio, en conferencia de prensa que iniciará gestiones para solicitar un crédito de $1.000 millones al Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR).
Además, indicó que realizará emisiones hasta por $1.000 millones en instrumentos en dólares en el mercado de valores; reducirá el horario del Monex de 10 a. m. a 1 p. m., a uno nuevo de 12 mediodía a 1 p. m. a partir del próximo lunes 6 de junio para acercar más a oferentes y demandantes, y anunció que evalúa aumentar el porcentaje de encaje mínimo legal (porcentaje de las captaciones que las entidades deben reservar en el Banco Central) para las operaciones en moneda nacional.
En la última operación con el FLAR que hizo el país, el crédito fue autorizado por ese organismo internacional en octubre del 2017 y los recursos finalmente ingresaron al Banco Central el 9 de marzo de 2018. Luego, el país lo pagó en enero del 2020 en forma adelantada.
“Esperamos que en esta oportunidad los tiempos sean menores; ellos hablan de alrededor de cuatro meses (para desembolsar los recursos)”, indicó el presidente del ente emisor, Róger Madrigal.
“Las intervenciones de jueves 2 y viernes 3 --una postura contundente a un tipo de cambio estable-- son la clave en el corto plazo para restaurar la estabilidad. Las otras medidas lo que vienen es a confirmar y reafirmar que el Banco tiene instrumentos para constituir reservas y que va a contraer oferta monetaria en moneda local para que el precio de la divisa se estabilice”, comentó José Luis Arce, director de FCS Capital.
Para el economista de Econálisis, Luis Mesalles, el préstamo con el FLAR es una medida que ayuda a reponer reservas y traer calma a los inversionistas. La otra medida, que es la emisión de bonos en dólares por parte del Banco Central para que las entidades y personas inviertan en el país y no fuera, tendría un efecto menor, consideró.
“Las emisiones que haga el Banco Central competirán con las de Hacienda por captar el ahorro, pero creo que la gente las considera a las dos como el mismo riesgo (Gobierno de Costa Rica). El Banco Central no está haciendo nada diferente como para persuadir a los inversionistas de que su riesgo es menor, para que así no saquen el dinero del país”, comentó Mesalles.
Daniel Ortiz, director de Cefsa, opina que las medidas anunciadas por el Banco Central pueden ayudar a generar un impacto en las expectativas, aunque no tan inmediato.
“El crédito del FLAR se dice que puede durar fácilmente cuatro meses. La aprobación y eventual colocación de eurobonos con suerte será hasta el último trimestre y los fundamentales siguen apuntando a que hay presiones al alza”, comentó Ortiz.
Madrigal indicó en una entrevista con este diario que el Banco Central no puede contradecir una realidad de mercado y, por ello, el tipo de cambio ha subido. Esta realidad es que el país ha sufrido choques externos con la pandemia y la guerra en Ucrania que han generado menor oferta y más demanda de dólares, lo cual se unió también a una mayor demanda de las operadoras de pensiones para adquirir valores en el exterior; no obstante, la entidad quiere evitar movimientos bruscos o desordenados.
El aumento en el encaje, por su parte, tendría efectos en dos vías: retirar colones y bajar así la capacidad de las personas de adquirir dólares y además contribuiría a presionar las tasas de interés internas al alza y mejorar así los rendimientos locales respecto a los extranjeros.
Esta política, consideró Reinaldo Herrera, director corporativo de Finanzas del Banco Nacional, es acorde con la línea de endurecer la política monetaria que viene desde el año anterior; no obstante, también opinó que podría no ser la mejor herramienta en este momento.
“Una medida como la de subir el encaje, que ciertamente es poco convencional, pareciera estar más motivada por las presiones vistas sobre el tipo de cambio nominal y nos preocupa el efecto que pueda tener en el mediano plazo sobre el crecimiento del crédito y por ende sobre el sector real, especialmente si lo que está ocurriendo con el tipo de cambio nominal es un fenómeno transitorio. En ese sentido, me parece que, en aras de frenar la subida del tipo de cambio nominal, es mayor el impacto del anuncio sobre el inicio de gestiones para solicitar financiamiento al FLAR por $ 1.000 millones”, indicó Herrera.
Para Carlos Fernández, exgerente del Banco de Costa Rica, el encaje debería ir acompañado por otras medidas.
“Para que los bancos suban las tasas de interés, tiene que haber un competidor y el competidor sería el Banco Central, porque, si no, es tal la liquidez (...) que tienen en el Gobierno, que el encaje les afecta, pero no es así como un causante o elemento fuerte para que tengan que subir las tasas de interés”, opinó Fernández.
Para Arce, será clave el aumento en los tipos de interés que el Banco Central podría anunciar el 15 de junio, cuando tiene su próxima reunión de política monetaria.