El Banco Central de Costa Rica (BCCR) argumentó que la reducción de solo 25 puntos básicos en su tasa de política monetaria, el jueves pasado, obedeció, en parte, a que surgieron riesgos externos que podrían desviar la inflación de su trayectoria esperada. Este indicador se situó en diciembre en números negativos, por sétimo mes consecutivo.
Cámaras del sector empresarial como la de la industria, el turismo y las exportaciones instaron al Banco Central a acelerar la reducción de la tasa de política monetaria (TPM), y que aplicara un recorte de hasta un punto porcentual con el fin de evitar la apreciación del colón.
Sin embargo, al ser consultado por La Nación sobre tales cuestionamientos, el ente emisor explicó que para tomar sus decisiones de política monetaria inciden otros factores adicionales, además del comportamiento reciente de la inflación. Entre ellos destacó la trayectoria de los pronósticos de la inflación y de sus determinantes, así como la valoración de los riesgos asociados con esas proyecciones.
“En la reciente decisión de ajustar a la baja este indicador, el BCCR valoró que hay riesgos renovados e incrementados, tanto locales como globales, cuya materialización podría desviar la inflación de la senda proyectada”, indicó el Banco Central, en una respuesta escrita.
La semana anterior, representantes empresariales de la industria, las exportaciones y el agro calificaron de “insuficiente” la rebaja de 25 puntos base (100 puntos base equivalen a un punto porcentual) en la TPM. El ente emisor acordó disminuir este indicador hasta 5,75%, desde el 6% en el cual se encontraba desde finales de diciembre pasado.
Según el empresariado, un ajuste más acelerado en la TPM disminuiría de forma más rápida las altas tasas de interés e impactaría en el tipo de cambio, pues incidiría en generar condiciones para que el precio del dólar cambie su trayectoria a la baja.
Norberto Zúñiga, economista de Ecoanálisis y de la Academia de Centroamérica, explicó que las tasas impactan en el precio del dólar porque definen la rentabilidad relativa de las inversiones financieras en el mercado interno comparado con el externo.
Esta rentabilidad financiera se define con la comparación de la tasa de interés interna, en relación con la tasa externa, en este caso las de Estados Unidos, ajustadas por las expectativas del tipo de cambio y el riesgo país, destacó Zúñiga.
“Cuando la tasa doméstica de interés es superior a la internacional, más la expectativa de apreciación cambiaria y el riesgo país, es de esperar que se presenten ingresos de capital en busca de una mayor rentabilidad”, manifestó el economista.
Durante los últimos años, las tasas internas fueron superiores a las externas, lo que genera expectativas de fuertes ganancias e incentiva grandes entradas de dinero, y, al mismo tiempo, reduce las inversiones fuera de país (salidas de capital) y estimula el financiamiento en dólares, agregó Zúñiga.
La tasa de política monetaria es una de las herramientas que tiene el Banco Central para influir sobre la economía y, por lo tanto, también influye sobre sus ahorros, las cuotas de sus créditos y el consume. Se le denomina también “tasa de referencia”.
¿Cuáles riesgos?
Según la autoridad monetaria, persisten riesgos inflacionarios al alza y a la baja, tanto de índole externo como local, que se han incrementado, y que, si se materializan, podría desviar la inflación de la senda proyectada.
Entre los riesgos al alza, destacaron los posibles choques de oferta y la fragmentación del comercio, los cuales están vinculados con fenómenos climatológicos y conflictos geopolíticos, que se han agravado por las tensiones en el mar Rojo.
A raíz de las tensiones en Medio Oriente, el precio de los servicios de transporte marítimo incrementó, lo que, según el Banco Central, amenaza con nuevas presiones alcistas en los precios de algunos bienes y servicios.
A nivel interno, resaltaron como riesgo al alza una eventual recomposición del portafolio de instrumentos financieros, cuya materialización podría incrementar las expectativas de variación cambiaria y, por ende, las de inflación.
Por su parte, entre los riesgos a la baja señalaron un crecimiento económico menor al previsto de los principales socios comerciales del país, motivados por la intensificación de las tensiones geopolíticas y una política monetaria que se ha prolongado más largo de lo esperado.
El ente emisor reiteró que estos riesgos inflacionarios respaldan que los ajustes en su tasa de referencia deban ser “graduales y prudentes”. Desde el 15 de marzo a la fecha, realizaron reducciones graduales que acumulan 325 p. b., con el objetivo de buscar la neutralidad en el mediano plazo, siempre que las circunstancias lo permitan.
En relación con la inflación en Costa Rica, que es medida por el índice de precios al consumidor (IPC), cerró diciembre del 2023 en -1,71%. Este fue el sétimo mes consecutivo en que el indicador se situó en negativo.
Incluso, en sus más recientes proyecciones, el Banco Central destacó que la inflación negativa tendrá una persistencia mayor a la estimada inicialmente.
El indicador se mantendría así por el primer trimestre del año y entrará en su rango meta, de entre 2% y 4%, hacia finales del 2024. En la revisión de diciembre anterior, la estimación del ente emisor era que esta confluencia ocurriera hacia el segundo semestre del presente año.
Tipo de cambio
El sector empresarial también reclamó que la caída en el precio del dólar impacta en la competitividad de las empresas que tienen ingresos sustanciales en dólares, como el turismo o los exportadores, pero que sus costos de producción se encuentran mayoritariamente denominados en moneda nacional.
Al respecto, el BCCR manifestó que el régimen cambiario de flotación administrada responde a las fuerzas de oferta y demanda en el mercado, y añadió que el Banco Central participa para moderar fluctuaciones violentas y sin alterar la tendencia.
“El BCCR ha mantenido una participación activa en el mercado cambiario como comprador neto de divisas ante el superávit de las operaciones de los agentes económicos con los intermediarios”, dijo el ente emisor. En total, en el 2023 adquirieron $6.800 millones en el Mercado de Monedas Extranjeras (Monex).
Según la autoridad monetaria, las compras le permitieron atender los requerimientos contemporáneos del sector público no bancario, restituir las divisas vendidas a estas entidades en el pasado y constituir una reserva para requerimientos futuros que eventualmente no puedan ser atendidos en el mercado.
El BCCR agregó que también alimentaron su saldo de reservas monetarias internacionales y consideran que aún hay espacio para fortalecerlas más. A pesar de estas intervenciones, señalaron que la evolución del tipo de cambio coincide con el comportamiento de las variables que lo determinan.
¿Pago anticipado al FLAR?
La compra de divisas para alimentar las reservas elevó el saldo hasta los $14.227 millones en que se encontraban hasta el 18 de enero (último dato disponible), es decir, $5.286 millones más que el mismo día del año pasado.
Ante esto, el empresariado también instó al Banco Central a pagar de forma adelantada el préstamo que asumió con el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) por $1.100 millones. Este crédito fue otorgado en agosto del 2022 para fortalecer las reservas frente a las presiones alcistas en el precio del dólar de ese entonces.
No obstante, el Banco Central confirmó a La Nación que, hasta el momento, la Junta Directiva estima prudente efectuar el pago del crédito con el FLAR según el cronograma originalmente pactado, ya que han incrementado los riesgos externos y las reservas son un seguro que permite al país hacer frente a estos choques.
Según el ente emisor, el pago bajo el cronongrama permitiría al BCCR comprar gradualmente las divisas en el mercado cambiario para hacer frente a la obligación con el FLAR, sin que implique una reducción en el saldo de reservas.
En los siguientes días realizarán el segundo de los ocho pagos trimestrales del crédito. Al cierre del 2023, el indicador de reservas adecuadas, que en el largo plazo debe procurar que el saldo esté entre el 100% y 150% de ese valor adecuado, se ubicó en 134,6%.