El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó, este 20 de julio, un préstamo por $300 millones para continuar el apoyo del Plan Nacional de Descarbonización, cuyo objetivo es convertir a Costa Rica en una economía de cero emisiones netas en el 2050, informó el organismo.
“Este nuevo crédito permitirá al país profundizar en las reformas emprendidas durante la primera operación que fue aprobada, en 2020, por $230 millones. Los objetivos de esas reformas son fortalecer la gestión y monitoreo de la acción climática, conservar ecosistemas de alta captación de gases de efecto invernadero, incentivar el uso de la energía eléctrica y la movilidad activa, y promover la inclusión e igualdad de género en el camino hacia una economía verde”, indicó la entidad multilateral.
El Banco explicó en el comunicado que tras la primera operación se creó un marco normativo de incentivos no fiscales para la compra de vehículos eléctricos. También se impulsó un reglamento para la construcción de una red de centros de recarga eléctrica para automóviles. Con la segunda operación, está previsto que se establezcan tarifas que habiliten la electrificación del transporte y de los usos de energía eléctrica en los sectores industrial, comercial y residencial.
El préstamo aprobado está compuesto por $250 millones de capital ordinario del BID más $50 millones otorgados por el Gobierno de Corea que serán administrados por el Banco a través de la Facilidad de cofinanciamiento de Desarrollo de Infraestructura de Corea (Korean Infrastructure Development Co-financing Facility, KIF). También se incluye un financiamiento paralelo por 100 millones de euros, procedentes de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD). Con esto, el país recibirá cerca de $400 millones por sus metas de descarbonización.
El crédito del BID por $300 millones tiene un plazo de amortización de 20 años y un periodo de gracia de 5,5 años.
“En conjunto, se calcula que los beneficios de la descarbonización para Costa Rica serán de $41.000 millones entre 2020 y 2050″, indicó el organismo.
Impacto financiero y en reservas
Además del impacto ambiental, este financiamiento tiene impactos fiscales y en las reservas del Banco Central. El préstamo es de apoyo presupuestario lo cual significa que es de libre disponibilidad de parte del Gobierno, por lo cual le sirve para financiar su déficit; no obstante, el país debe cumplir las metas de descarbonización con las cuales se compromete.
De esta forma el crédito también sirve para sustituir deuda interna por deuda externa con mejores condiciones. La llegada de estos recursos también ayudan a reforzar las reservas monetarias del Banco Central.
Estos créditos se encuentran entre los préstamos externos que está tramitando el país. En total se están negociando $808,4 millones más para este año, más $1.112,7 millones que ya se desembolsaron en marzo y abril, según la lista que publicó el Ministerio de Hacienda, el 15 de julio pasado, en la presentación del plan de endeudamiento del segundo semestre del año.
En dicha presentación, Melvin Quirós, subdirector de Crédito Público del Ministerio de Hacienda, explicó que hay dos créditos que están próximos a ser desembolsados, que son $300 millones del Banco Mundial y cerca de $104 millones de la Agencia Francesa para el Desarrollo.
También, el Ministerio de Hacienda proyecta que recibirá $308 millones del programa de Servicio Ampliado del Fondo Monetario Internacional, dado el cumplimiento de metas del país.
Para que el crédito aprobado por el BID y la AFD ingrese al país y se puedan utilizar los recursos debe ser aprobados por la Asamblea Legislativa y, además, el Ministerio de Hacienda debe enviar un presupuesto en el cual detalle el uso del dinero, que también aprueban los diputados.