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La conclusión del proceso emprendido por Costa Rica para convertirse en socio pleno de la CAF –Banco de Desarrollo de América Latina– abrió la opción de elevar su acceso a financiamiento externo en este organismo internacional.
Actualmente, el saldo de crédito de Costa Rica con la entidad multilateral es de $563,6 millones. Sin embargo, al ascender el estatus del país a socio miembro, el límite de endeudamiento aumenta a $4.500 millones, confirmó Luis Carranza, presidente ejecutivo de la CAF, a La Nación.
Cada país socio pleno tiene acceso a líneas de crédito hasta un máximo del 15% del patrimonio del organismo multilateral.
“Evidentemente este límite (de financiamiento) se alcanzaría a lo largo del tiempo y no en un solo año. El espacio de endeudamiento de un país con CAF puede ser usado tanto por sector público como el sector privado”, destacó Carranza.
El Gobierno formalizó, el año pasado, el proceso para convertirse en socio pleno de CAF. Trámite que finalizó, en enero anterior, cuando el Ministerio de Haciendo efectuó el pago de $100 millones.
El estatus previo de país era de un accionista con emisiones serie C de CAF, lo cual le permitía un apalancamiento limitado.
De hecho, Carranza explicó que con el préstamo por $500 millones y de $50 millones, ambos para enfrentar las repercusiones de la pandemia sanitaria, Costa Rica completaba el monto disponible al que anteriormente tenía acceso.
La primera línea se otorgó el año pasado, como apoyo fiscal para el Gobierno. Pero se redireccionó a la atención de las consecuencias económicas generadas por el covid-19.
Los otros $50 millones están por aprobarse en la CAF y es una línea especial para la atención de la emergencia sanitaria, explicó Carranza.
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Elian Villegas, ministro de Hacienda, destacó que aún no tienen definido si el país pedirá un nuevo crédito de apoyo fiscal para el 2021.
“Tendremos que avanzar más durante este año para efectuar una proyección. De momento, no hay una decisión tomada al respecto”, afirmó Villegas.
Aunque el saldo de recursos prestados al país es actualmente de $563,6 millones, el monto histórico acumulado es de $983 millones, según los datos brindados por la entidad a La Nación.
La CAF nació, en 1970, como la Corporación Andina de Fomento mediante un acuerdo entre Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. Actualmente se conoce como el Banco de Desarrollo de América Latina y ha ampliado su conformación en 17 países latinoamericanos, España y Portugal.
La organización se financia mediante la emisión de instrumentos financieros internacionales, aporte de sus socios y el pago de los préstamos otorgados a los mismos países de la región.
Tipos de financiamiento
La CAF brinda a los países miembros cuatro tipos de financiamiento. Los principales dados, en los últimos años, fueron para proyectos de inversión con el objetivo de mejorar la productividad, desarrollo y mejora de vida de los habitantes de una nación.
Carranza explicó que, en las últimas dos décadas, la organización financió 77 proyectos de infraestructura para la integración regional, por un monto de $31.000 millones.
Además de créditos dirigidos a sectores específicos destinados para la inversión. Por ejemplo, el año pasado, la entidad multilateral brindó un préstamo de $10 millones para pequeñas y medianas empresas a Banco Improsa.
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CAF también brinda líneas de crédito de apoyo presupuestario vinculadas a la ejecución de políticas públicas. Precisamente, ese fue el objetivo del préstamo autorizado el año pasado al gobierno costarricense, por $500 millones.
La idea original era que Hacienda cambiara endeudamiento caro, por otro menos oneroso.
Dichas financiamiento se otorgó a un plazo de 18 años años, con un periodo de gracia en los primeros tres años. La operación se formalizó a tasa Libor a seis meses más 1,85 puntos porcentuales.
Carranza destacó que las últimas líneas de créditos para los gobiernos son las destinadas para enfrentar contingencias excepcionales, como las que ha provocado la pandemia sanitaria en la región latinoamericana.
La CAF ofreció a los países de la región líneas de crédito rápidas por $50 millones, financiamiento al cual Costa Rica accedió.
