Las calificadoras de riesgo pierden la fe en que Costa Rica apruebe una reforma fiscal para solucionar su alto déficit fiscal y deuda pública.
La agencia estadounidense Fitch Ratings expresó ayer sus dudas de que durante el gobierno de Luis Guillermo Solís Rivera avance el plan de reformar el impuesto sobre la renta y la creación del impuesto sobre el valor agregado (IVA).
El argumento de Fitch es que la campaña electoral que se acerca frenará de forma significativa el avance del plan en el Congreso.
De hecho, un análisis similar realizó la calificadora Standard & Poor’s en octubre del año pasado.
En febrero del 2016, otra de las agencias más importantes, Moody’s, también advirtió de que cada vez era menos probable la aprobación de la reforma fiscal por el bloqueo legislativo.
La parálisis de los proyectos en el Congreso, la elevada deuda pública (cerró en el 41% de la producción en 2016) y el alto déficit fiscal, generó la baja de la nota de riesgo soberano del país por parte de Fitch.
Para el economista Melvin Garita, la repercusión será una presión al alza en las tasas de interés en colones y dólares.
“ Fitch está diciendo que el riesgo de prestarle a Costa Rica viene en aumento y ahora la calificación que da es de un nivel especulativo”, apuntó Garita.
Repartir culpas. Tras darse a conocer la degradación en la nota del país, el Gobierno culpó a la Asamblea Legislativa por no aprobar la reforma fiscal.
“La baja en la calificación de la deuda a largo plazo ha sido, lamentablemente, el resultado de la no aprobación de los proyectos (fiscales) enviados por el Gobierno desde agosto del 2015”, aseguró Helio Fallas, ministro de Hacienda.
Fallas añadió que el trámite de los proyectos fiscales deben avanzar en el Congreso durante las sesiones extraordinarias para enviar una señal a las calificadoras de riesgo soberano con miras a futuras evaluaciones.
Sin embargo, las bancadas legislativas de oposición responsabilizaron a la Administración Solís Rivera de la parálisis.
“Este Gobierno fue bastante mano suelta desde el inicio con el gasto y luego se obsesionó con los impuestos”, recalcó el jefe del Movimiento Libertario, Otto Guevara, durante las discusiones en el Legislativo.
Gerardo Vargas, de la Unidad Social Cristiana, insistió en que el Poder Ejecutivo no puede solicitar más impuestos sin que se garantice el buen uso de esos nuevos recursos.
“El Gobierno nunca respaldó la agenda de responsabilidad fiscal, no se interesó en crear la regla fiscal y solo aumentaron la deuda”, aseguró el socialcristiano.
Maureen Clarke, jefa de la bancada liberacionista, dijo que en el Congreso solo se votan leyes. “El Gobierno debe impulsarlas y promoverlas, pero no lo ha hecho porque hasta su fracción está dividida”, enfatizó.
Del lado de la bancada oficialista, el subjefe de fracción de Acción Ciudadana, Franklin Corella, culpó a la alianza opositora de frenar la reforma fiscal.
Corella catalogó las acciones del Gobierno de “responsables” ya que intentó armar acuerdos entre partidos y trabajó en la contención del gasto público. Colaboró Marvin Barquero.