Corría el año 1978 en Argentina, bajo la dictadura militar de Jorge Rafael Videla, cuando Carlos Melegatti compartía departamento con tres estudiantes costarricenses que le hablaban constantemente de la ausencia de ejército en Costa Rica, lo que terminó de convencerlo a él y a su familia de migrar nuevamente.
Cuando llegó a la Argentina con nueve años le llamaban la atención los bailarines de danza clásica que se presentaban en el Teatro Colón, en Buenos Aires, en aquel lejano 1969.
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Nueve años después, llegó a Grecia, en Alajuela, junto a su padre. Allí, además de trabajar reparando electrodomésticos y estudiar en el colegio nocturno, jugó en el equipo de Alto Rendimiento de ese cantón. Recuerda que al unirse al equipo, tenía una “ventaja” debido a su reputación como un nuevo jugador uruguayo que había vivido en Argentina
Ahora, desde el Banco Central, Carlos Melegatti impulsa importantes proyectos digitales que conforman el Sistema Nacional de Pagos Electrónicos (Sinpe). Entre ellos se encuentran Sinpe Móvil, el mercado electrónico de divisas o Monex; y la cámara de cheques. Pero mucho antes de eso, a los 18 años, se debatía entre estudiar educación física o ingeniería en computación.
La etiqueta de sudamericano
Melegatti recuerda que entrenaba dos días entre semana, y jugaba los fines de semana los partidos oficiales como mediocampista o “volante”.
“Me encantaba la parte de distribuir el juego. No era una pasión hacer goles, pero el armar el equipo, armar las jugadas. Esa parte me gustaba mucho”
— Carlos Melegatti
Aunque ya ve esos años muy lejanos, don Carlos sigue practicando el deporte. Todas las mañanas se levanta a caminar varios kilómetros, pues es el ejercicio que más le gusta hacer después de que fue operado de su rodilla, porque andar en bicicleta “le da miedo”, según cuenta.
Ahora, como parte de la misma afición por el deporte, Melegatti disfruta verlos desde la televisión. Afirma que en Costa Rica apoya a la Liga Deportiva Alajuelense, aunque a veces “le va feo”.
“Sobre todo voy con la Liga porque en la casa todos son saprissistas. Alguien tiene que poner la nota discordante. A veces me va feo porque tengo que pasar algunos años sufriendo, pero soy de la Liga porque me acuerdo de una racha de buenos campeonatos que tuvimos”, mencionó.
El empuje de un viaje
Melegatti llegó al cantón de Grecia en 1978, después de un viaje en automóvil desde Argentina, que duró más de dos meses. Según recordó, para él fue “una coincidencia” que aquellos estudiantes costarricenses vivieran en el mismo departamento donde él y su familia habitaban.
“Había un golpe militar en Argentina y encima los costarricenses nos hablaban de que en su país habían eliminado el ejército. Eso era mágico”, recordó.
Fueron entonces don Carlos, su papá, y esos mismos tres estudiantes quienes iniciaron un viaje en el vehículo que le pertenecía a su padre, un Rambler Ambassador que describió como “un carrote grandote, como de lujo”.
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Esta era la segunda vez que don Carlos emigraba a otro país, después de que, cuando tenía nueve años, se mudara con toda su familia de Uruguay a Argentina. En esta segunda etapa, ya más maduro, Melegatti narró algunas experiencias que catalogó como “simpáticas” pero a la vez “complejas”.
“Cuando pasamos la cordillera de los Andes, en Perú, pasamos por lugares a 5.300 metros sobre el nivel del mar (M.S.N.M) y entonces había que bajarse del carro, porque se quedaba sin oxígeno para la combustión, había que hacerlo. A los 100 metros de empujar el carro estábamos todos tirados en el zacate respirando. Es una experiencia mágica”, recordó entre risas.
Melegatti llegó a terminar su educación secundaria al colegio nocturno en Grecia, para después estudiar computación en la Universidad de Costa Rica.
Transformación del sistema de pagos
Con una ingeniería en computación, un postgrado en administración y una carrera avanzada en estadística, Melegatti trabajó como profesor y director de la carrera de Computación en el Instituto Tecnológico de Costa Rica.
En su paso por la institución, desarrolló un programa de capacitación en diversos sistemas informáticos a entidades públicas, incluido el Banco Central. Fue allí donde le ofrecieron ingresar a la entidad como asesor informático, y él aceptó.
Entre risas, recordó que cuando le asignaron el desarrollo del sistema de pagos para todo el país, su equipo estaba compuesto solo por dos ingenieros y una secretaria.
“En aquel momento no teníamos la más mínima idea de qué era el sistema de pagos. Teníamos que empezar a entenderlo”
— Carlos Melegatti
El primer servicio que brindó como empleado del Banco Central fue la Cámara de Compensación y Liquidación de Cheques, en 1997, que buscaba agilizar la acreditación de fondos. Así dio inicio el Sistema Nacional de Pagos Electrónicos (Sinpe).
“Mi primera nómina en el Banco Central me la dieron en cheque. Fui a un banco, lo deposité y tardaron 10 días en darme los fondos”, recordó.
Según Melegatti, el desarrollo de la cámara de cheques proporcionó una infraestructura sólida para implementar los servicios de transferencia electrónica en tiempo real que se tienen hoy en día.
“En el año 2001 hicimos las transferencias en tiempo real entre personas con los bancos. Fuimos el segundo país en el mundo que tenía transferencias electrónicas después de Corea. A la gente en Costa Rica le resulta muy familiar hacer transferencias inmediatas pero durante muchísimos años eso no era común en muchos lugares”, destacó.
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Aunque considera que durante este proceso de 26 años en la División del Sistema de Pagos se ha logrado un progreso significativo, nunca se siente completamente satisfecho y siempre busca más, sobre todo con los retos que plantea la tecnología hoy en día.
Aún más atrás de esos 26 años, Melegatti recuerda las palabras de su padre que lo convencieron de estudiar computación en lugar de educación física. Esta decisión marcó su vida y futuro, convirtiéndolo en el principal responsable del diseño del sistema electrónico de pagos que actualmente funciona en Costa Rica.