El próximo 5 de noviembre, Estados Unidos elegirá a un nuevo presidente. El país norteamericano es el principal socio comercial de Costa Rica. Durante 2023, fue el destino del 45% de las exportaciones, equivalentes a $8.219 millones, y el origen del 38% de las importaciones, estimadas en $8.575 millones.
Además, aportó el 76% del flujo de inversión directa, calculado en $4.687,5 millones, según datos del Banco Central de Costa Rica (BCCR).
Dada la relevancia de estas cifras, los resultados de la contienda electoral entre la demócrata Kamala Harris, de 60 años y el republicano Donald Trump, con 78 años, plantean varios escenarios e interrogantes relevantes para el futuro de la economía de Costa Rica.
En el país hay casi 1.000 empresas de inversión extranjera en sectores como servicios, comercio, manufactura, dispositivos médicos, agroindustria, turismo y administradoras de parques. El 45% de estas empresas son estadounidenses, de acuerdo con el registro de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).
Trump, quien estuvo al frente del gobierno entre 2017 y 2021, ha planteado en su estrategia económica “robar empleos a otros países” mediante recortes de impuestos y el incremento de aranceles. Harris ha propugnado por la continuidad de la política de Joe Biden, trabajando con los países socios y enfocándose en la competencia tecnológica.
Aprovechamiento del ‘nearshoring’
El contexto global refleja un fraccionamiento de las relaciones entre las principales potencias económicas: por un lado, Estados Unidos y sus socios, y por el otro, China y su alianza con Rusia, entre otros, según Juan Carlos Pérez Herra, docente de la Escuela de Administración Pública y politólogo de la Universidad de Costa Rica (UCR).
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De aquí se deriva el dinamismo que muestra el nearshoring o la reubicación de inversiones hacia regiones más cercanas geográficamente, iniciativa impulsada por Estados Unidos. Costa Rica se está beneficiando de este fenómeno, especialmente en la industria de semiconductores, gracias a la Ley de Chips y Ciencias (Chip Act).
Pérez opina que las decisiones del ganador de las elecciones en materia de inversión extranjera directa y comercio exterior estarán basadas en términos geopolíticos. “No habrá afectaciones sustanciales (en Costa Rica) sea quien resulte electo”.
Roberto Echandi, miembro no residente del World Trade Institute (WTI) de la Universidad de Berna, en Suiza, opina que la política comercial de Estados Unidos no cambiará, ya que está enfocada en la disputa con China. “Hay un sentimiento proteccionista y están más preocupados por su popularidad a corto plazo”, asevera.
Esta actitud, según Echandi, se debe a la dificultad de generar cambios respecto a la expansión de China desde la Organización Mundial del Comercio (OMC), un foro que establece nuevas reglas con la aprobación de todos sus miembros.
En este sentido, considera que Costa Rica tiene una oportunidad con el nearshoring, ya que Estados Unidos busca que las empresas que están dejando China se instalen en países “amigables”, con los que mantiene acuerdos comerciales, como el Cafta. Sin embargo, advierte que Trump no ve con buenos ojos este tratado porque respeta la legislación costarricense en materia laboral.
José Antonio Salas, presidente de la Cámara de Comercio Exterior (Crecex), considera que muchas de las políticas comerciales y de seguridad implementadas en la actual administración de Biden, orientadas al establecimiento del nearshoring con Costa Rica, continuarán.
El efecto de Trump para Costa Rica
Eduardo Lizano, expresidente del BCCR, afirma que le preocupa que las tarifas planteadas por Trump puedan poner en riesgo las exportaciones de empresas estadounidenses instaladas en Costa Rica e incidir en futuros planes de inversión en sectores que demuestran dinamismo sostenido, como la industria de los semiconductores. Lizano recuerda que para establecer cambios en la política comercial externa, se requiere la aprobación del Legislativo estadounidense.
Jorge Vargas Cullell, director del Programa Estado de la Nación, destaca que a Costa Rica le convendría un candidato que respete el Estado de derecho. “Trump no lo garantiza”, afirma, y agrega que el respeto a la democracia y al derecho internacional también son fundamentales. Además, señala que existe incertidumbre respecto a la posibilidad de que Trump suspenda el Cafta.
No obstante, Vargas aclara que si Trump gana, no implicaría un aislamiento para Costa Rica, sino que las relaciones se mantendrían en un marco de imprevisibilidad debido a los “caprichos” provenientes del Ejecutivo.
El economista Luis Liberman señala que el aumento de aranceles a China y los impuestos a empresas que inviertan en el exterior, planteados por Trump, muestran un discurso “más virulento” contra el comercio internacional, lo que podría generar efectos adversos para Costa Rica.
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Por otro lado, la propuesta de enviar a los migrantes a sus países de origen, si logra apoyo legislativo, afectaría directamente a Costa Rica, que mantiene una relación económica fluida con los países de Centroamérica, opina Liberman. Una parte importante de la economía de estas naciones depende de las remesas, y el deterioro en los países vecinos afectaría las exportaciones ticas de bienes del régimen definitivo.
Liberman añade que los demócratas creen en la migración ordenada ante la reducción del crecimiento poblacional en Estados Unidos. “Si Trump cumple lo que dice, a nosotros, desde el punto de vista económico, nos convendría que ganen los demócratas”.
Abril Gordienko, máster en Administración Pública, opina que la presidencia de Harris sería más segura para Costa Rica, la región y el mundo, en términos de preservar y fortalecer los valores democráticos tanto dentro como fuera de Estados Unidos. Además, cree que esta elección será determinante para la promoción o no de la equidad de género a nivel global.
Exportadores ticos son optimistas
La propuesta de Trump de establecer una tarifa universal del 10% a todos los bienes importados equivaldría a $800 millones para Costa Rica. Pablo González, analista del Grupo Financiero Mercado de Valores, plantea dos efectos: que los productores costarricenses absorban ese incremento para mantener la competitividad o lo trasladen al precio de venta.
Para el sector exportador, las repercusiones de los resultados electorales están directamente relacionadas con la magnitud de las relaciones comerciales, que han aumentado desde la vigencia del Cafta, independientemente de los gobernantes de turno. “Por esa parte deberíamos sentirnos tranquilos”, refiere Víctor Pérez, presidente de la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco).
Pérez agrega que Trump tiene un enfoque en el desarrollo de la economía interna, mientras que Harris plantea una apertura del comercio internacional, por lo que Costa Rica deberá adaptarse para que las exportaciones sigan creciendo.
En tanto, Salas opina que no hay elementos que sugieran que con una administración de Trump los proyectos de los demócratas no seguirían. Señala que en el período anterior de Trump se había logrado un acercamiento comercial estable, aunque estima que en esta ocasión Costa Rica no sería una prioridad. Además, advierte que el contexto geopolítico y a las reacciones internas tras los resultados de la elección, podrían generar cambios en la política comercial.
Respecto a las amenazas de Trump de aumentar los aranceles a productos de China, México y otras regiones, Salas considera que no afectarían directamente el flujo comercial con Costa Rica. “Más bien podrían aumentar las oportunidades para que esos países busquen diversificar oferta y demanda en países como el nuestro”, concluye.