La economía costarricense tendría, al cierre del 2020, una contracción de 1,5% del producto interno bruto (PIB) como consecuencia de los efectos negativos del coronavirus, según una proyección hecha por la calificadora Standard and Poor’s (S&P).
“Esto refleja un fuerte golpe a la demanda interna en medio de medidas para combatir el covid-19 y una caída en el turismo y las exportaciones de bienes debido a la contracción económica en los socios comerciales”, informó la agencia estadounidense, este jueves 26 de marzo.
S&P prevé que la producción repunte, en el 2021, con un incremento del 3,7% del PIB, y del 3% para el 2022.
La calificadora brindó su pronóstico de la evolución económica en el informe sobre la calificación de riesgo de Costa Rica, que mantuvo en B+, con perspectiva negativa, pero con riesgo de rebaja en los próximos 12 meses debido al mayor deterioro de las finanzas públicas.
El informe de la agencia prevé que el déficit fiscal de este año sea equivalente al 8% de la producción a raíz de los menores ingresos tributarios, ante la contracción económica, y los mayores gastos para atender la emergencia del coronavirus.
“Se espera que los ingresos disminuyan en 2020 dada la contracción del crecimiento, además de cualquier impacto a corto plazo, potencialmente más temporal, debido al reciente aplazamiento temporal del Congreso de algunos impuestos hasta junio”, destacó S&P.
El Banco Central proyectó en el Programa Macroeconómico 2020-2021, presentado en enero anterior, que la producción del país crecería 2,5% este año, y el déficit fiscal cerraría en 5,9% del PIB.
S&P recalcó que la posibilidad de rebaja de la calificación del país se fundamenta en la falta de compromiso “acertado, consciente y oportuno” del sector político costarricense para revertir el déficit fiscal.
“La perspectiva sigue siendo negativa, lo que indica el riesgo de una rebaja en los próximos 12 meses si, después de la pandemia, la Administración de Carlos Alvarado y el Congreso muestran compromisos políticos desiguales para un ajuste oportuno del perfil fiscal del país”, recalcó la agencia.
La agencia catalogó de fracaso si el país no logra una salida de la actual situación, a pesar de su sólida tradición democrática y del buen ambiente comercial con el cual goza el país.
Pese a los retrocesos previstos para este año, S&P prevé que la inversión extranjera sea equivalente al 3,5% del PIB en áreas como ciencias de la vida, tecnología digital y servicios.
Moody’s también advirtió, el pasado 20 de marzo, de que la respuesta política para enfrentar el efecto económico generado por el nuevo coronavirus, tendrá un impacto negativo en las finanzas del Gobierno de Costa Rica.
La agencia reconoció que las leyes aprobadas, junto con las propuestas hechas por el Poder Ejecutivo, buscan mitigar las adversidades en el país; pero presionarán negativamente el perfil fiscal soberano.