La distancia de más de 2.000 kilómetros entre San José y Bogotá puede ser una comparación válida entre las exportaciones e importaciones que efectúan Costa Rica y Colombia en el marco del tratado libre comercio (TLC), vigente desde el 1.º de agosto del 2016.
La balanza comercial del país fue deficitaria en $325 millones el año pasado, según datos preliminares de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer). Es decir, se importó más de lo que se exportó.
El año pasado, el déficit comercial (exportaciones menos importaciones) se acrecentó por las menores ventas costarricenses a tierras colombianas, pues hubo una caída del 19,1%, de acuerdo con la información de Procomer.
En el 2023, Colombia fue el segundo destino de las ventas al exterior de Costa Rica hacia América del Sur, y también es la segunda fuente de origen de las importaciones desde esta región. El principal destino de las exportaciones fue Perú, mientras que Brasil es el país de donde se origina la mayoría de compras.
Las principales importaciones realizadas el año pasado fueron de productos textiles y de confección, así como medicamentos y perfumes y aguas de tocador, entre otros.
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Para la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR), el TLC con Colombia aún no ha alcanzado el potencial que representa este mercado de más de 50 millones de habitantes, indicó Carlos Montenegro, director ejecutivo de la organización.
Montenegro comentó que Colombia es un socio comercial de valor estratégico, por el tamaño de su economía, las oportunidades de intercambio comercial e inversión extranjera directa en el país.
Desde la entrada en vigencia del TLC con Colombia, las exportaciones solo subieron en tres años: 2019, 2021 y 2022. En el resto del periodo hubo reducciones, según muestran los datos de Procomer.
Alberto Trejos Zúñiga, especialista en comercio exterior, señaló que un acuerdo comercial no se mide según su déficit o superávit. Consideró que hay relaciones que, por naturaleza, van a ser superavitarias, y otras, deficitarias. Esto depende de los bienes y servicios que ambos países ofrecen o necesitan.
También mencionó que se debe tomar en cuenta la apreciación de las monedas de ambos países frente al dólar, lo que marca una diferencia grande en el mercado de bienes de consumo no duraderos, que son parte importante del comercio entre ambas partes.
“Estas estadísticas miden el comercio de bienes; el intercambio entre dos países incluye también servicios. Al ser nuestro país muy superavitario en servicios, naturalmente somos deficitarios en bienes”, argumentó Trejos.
Optimismo en exportadores
José Antonio Salas, presidente de la Cámara de Comercio Exterior de Costa Rica (Crecex), consideró que, a pesar de la balanza deficitaria, las importaciones no deben oponerse a las exportaciones, sino que se deben ver como elementos esenciales para las cadenas de valor de las ventas al exterior.
“Mediante las importaciones agregamos insumos de valor a la producción dirigida a la exportación, que luego llega a terceros destinos”, indicó Salas.
Sin embargo, Montenegro, de la Cámara de Industrias, consideró que la apertura comercial debe complementarse con el fortalecimiento del sector productivo nacional, lo que se traduce en acelerar la atención de trámites administrativos, licencias, registros y demás gestiones que requieren las empresas.
En tanto, la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco) señaló que históricamente Costa Rica tiene una balanza comercial negativa, y destacó la posición significativa que ocupa Colombia en las relaciones comerciales con Sudamérica.
Según el comité de Comercio Exterior de Cadexco, el intercambio comercial con Colombia antes del TLC se encontraba limitado y predominaba la transacción de productos básicos, debido a barreras arancelarias.
Entre el 2016 y el 2022, la inversión extranjera directa (IED) proveniente de Colombia ascendió a $783,3 millones, ubicándose como el aporte más importante de América del Sur, muestra la información del Banco Central de Costa Rica (BCCR).
Se acelera desgravación
El jerarca del Ministerio de Comercio Exterior (Comex), Manuel Tovar, resaltó el aporte del tratado entre ambos países porque el comercio bilateral aumentó un 26% desde el 2015.
En el 2014, la relación ascendió a $379 millones, y en el 2023 fue de $479 millones.
Tovar indicó que ambos países acordaron recientemente profundizar los alcances del acuerdo comercial mediante la ampliación o aceleración del programa de desgravación arancelaria de manera recíproca.
Mencionó que se incluyeron en el programa de desgravación arancelaria productos como neumáticos, loza sanitaria y, recientemente, una lista de productos del sector textil y de confección. A juicio de Tovar, con esto se ofrecen mayores oportunidades para incentivar el comercio bilateral.
El titular agregó que se acordó también un procedimiento para resolver diferencias en la clasificación arancelaria de las mercancías, así como disposiciones para flexibilizar las reglas de origen aplicables a los dispositivos médicos, jabones, y al sector textil y de confección.
El pasado 28 de febrero, la Cancillería de Colombia informó en la red social X (antes Twitter) sobre la incorporación y aceleración de la desgravación arancelaria de 325 productos del sector textil y de confección.
Según esa cartera colombiana, los textiles ingresarán a Costa Rica con arancel cero. En el 2023, este sector fue el principal producto de importación desde ese país.
Carlos Montenegro mencionó, en la reciente reunión de la comisión administradora del TLC entre Costa Rica y Colombia, que las 325 líneas arancelarias, originalmente programadas para desgravarse entre el 2025 y el 2030, serán desgravadas de manera inmediata (arancel 0%) en ambos países en este 2024.
Entre tanto, Jaime Morales, gerente de comercio exterior de la firma Grant Thornton, recordó que este TLC entró en vigencia con la desgravación inmediata del 70,6% de aranceles de Costa Rica y el 69,1% por parte de Colombia.
El resto tendrá desgravaciones a lo largo de cinco a 15 años; únicamente un porcentaje mínimo de mercancías (5,2% para Colombia y 4,2% para Costa Rica) mantendrán los aranceles vigentes.