Baxter, empresa dedicada a la producción de dispositivos médicos, se instaló en Costa Rica a finales de la década de 1980. En ese momento, la planilla aquí era de 35 personas que se dedicaban a la operación manual de componentes intermedios para los productos finales enviados, principalmente, a Estados Unidos de donde es originaria la compañía.
Hoy la complejidad de la operación es mayor y se fabrican dispositivos para la aplicación intravenosa de sueros, quimioterapia y alimentación parenteral.
Actualmente, la empresa cuenta con 1.700 trabajadores distribuidos entre la planta de manufactura médica, un Centro de Servicios Financieros para Latinoamérica y una unidad comercial en el país.
“En los últimos cinco años, nuestra inversión ha sido de alrededor de $35 millones. Existen estrategias de modernización de la planta planeadas para los siguientes ocho años“, contó Roberto Terán, gerente general de la operación de Manufactura, ubicada en Cartago.
La experiencia de esta multinacional refleja la posibilidad de Costa Rica para elevar la producción de equipo médico y de precisión. Según un análisis hecho por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el país tiene el potencial de incrementar las exportaciones a EE. UU. en $1.500 millones adicionales, cada año, mediante el nearshoring, ya sea por la instalación de nuevas empresas o la ampliación de la operación de las ya establecidas aquí.
El nearshoring es una tendencia que promueve la ubicación de operaciones extraterritoriales, principalmente del continente asiático, más cerca de los establecimientos centrales de firmas estadounidenses, especialmente. La medida se afianzó a raíz de los efectos generados por la pandemia y la crisis de los contenedores.
Para Mauricio Claver-Carone, presidente del BID, Costa Rica tiene grandes oportunidades para fomentar la industria vinculada con productos médicos porque ya cuenta con grandes empresas farmacéuticas instaladas, como Bayer y Pfizer, subrayó.
“Para dar una idea de la escala de la oportunidad, analizamos las categorías de productos en las que América Latina y el Caribe ya están exportando con éxito a los EE. UU., pero donde existe un espacio evidente para el crecimiento. Por ejemplo, Costa Rica podría aumentar las exportaciones de productos médicos y equipos en $1.500 millones, un aumento del 66%, si captura solo el 10% de lo que los EE. UU. ya importa desde sus 10 principales fuentes”, afirmó el jerarca del organismo multilateral a La Nación.
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Costa Rica reportó exportaciones de dispositivos médicos por un valor de $5.280 millones el año pasado, es decir 32% más, respecto a los $3.984 millones del 2020, según la Promotora de Comercio Exterior (Procomer). Este sector se transformó, en los últimos años, en el más relevante en la estructura de venta de bienes al mercado internacional. En el 2021 representó el 34% del total de las exportaciones del país, las cuales ascendieron a $15.529 millones.
Oportunidad real
Claver-Carone recalcó que el país posee enormes oportunidades para expandir su relación comercial con los Estados Unidos.
“Costa Rica tiene toda la capacidad para atraer esas nuevas inversiones desde la industria farmacéutica. La oportunidad existe gracias al trabajo de su agencia de atracción de inversiones, de Cinde”, recalcó.
Precisamente, Jorge Sequeira, director general de la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde), apuntó que el potencial del país es real y comprobable, y se aprecia con el aumento de las exportaciones en dispositivos médicos, en media pandemia, en los últimos dos años.
“El crecimiento reportado es de récord e histórico, y va continuar por muchos factores. Tenemos una población en Estados Unidos que envejece y requiere atención médica y, por lo tanto, de dispositivos médicos que se producen en Costa Rica”, afirmó el director de Cinde.
Sequeira añadió que el fenómeno de nearshoring se ha transformado ahora en el friendshoring, es decir, el traslado de inversiones y operaciones hacia países que comparten los mismos valores de las empresas de Estados Unidos y Europa.
“Costa Rica, claramente en la región de las Américas, es uno de esos países considerado como amigo, porque compartimos valores como la democracia o derechos humanos. Entonces, tenemos una ventaja competitiva muy fuerte a nivel de posicionamiento”, manifestó.
Nuestro país tiene actualmente instaladas más de 80 compañías extranjeras que se dedican a la producción de dispositivos médicos. Algunas por primera vez, como lo hizo la firma Nextern a finales de diciembre anterior. Mientras que otras amplían las operaciones, como fue recientemente los casos de OKAY Industries y Coloplast, que inauguró este año su segunda planta en suelo tico.
“La suma de todas las variables positivas hacen el potencial de crecimiento de esta industria gigantesco. Ahora, esto no nos va llegar de gratis. Tenemos que trabajar como país muy fuerte, principalmente, en el desarrollo del talento humano que se requiere. No son solo operarios, también supervisores, ingenieros, gente en investigación y desarrollo, o gerencias”, recalcó Sequiera.
La viceministra de Comercio Exterior, Paula Bogantes, comentó que Costa Rica es el segundo mayor exportador de dispositivos médicos en Latinoamérica. “Es una señal de que las empresas médicas le apuestan al país y tienen buenos resultados”, alegó.
La funcionaria añadió que la creación de talento sofisticado es una tarea en la cual el país debe continuar, para brindarles a las multinacionales alternativas para abrir o expandir operaciones aquí.