Buenos Aires. Una serie de asaltos a supermercados y tiendas en Argentina, presuntamente organizados por grupos de barrios populares, dejaron un saldo de casi dos centenares de detenidos y está alimentando el debate político en medio de una estampida inflacionaria a tan solo 60 días de las elecciones generales de octubre.
¿Qué sucedió?
Estos incidentes se llevaron a cabo entre el pasado viernes 18 de agosto y este miércoles 23 de agosto. Grupos presuntamente autoconvocados a través de redes sociales irrumpieron con fuerza en supermercados y otros establecimientos comerciales.
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Cometieron robos y causaron destrozos en diversas provincias argentinas, incluyendo Buenos Aires, la más poblada con casi el 40% de la población total del país, así como Mendoza en el oeste, Córdoba en el centro, Neuquén en el sudoeste y Río Negro en el sur. Además, una tienda en la capital también fue blanco de un ataque, el cual fue repelido por vecinos.
Reportes oficiales presentados en ruedas de prensa confirmaron la ocurrencia de 150 intentos de saqueo y 94 detenciones en barrios periféricos de la provincia de Buenos Aires. Mendoza registró 66 detenidos, descritos por la gobernación como “delincuentes que actúan de manera organizada, con participación de menores de edad”.
El fiscal de Córdoba, Ernesto de Aragón, informó que “se realizaron 23 detenciones por diferentes ataques a comercios”. Asimismo, se llevaron a cabo más de una decena de detenciones en Neuquén y Río Negro.
¿A quiénes se atribuyen los ataques?
Raúl Castells, líder de un movimiento piquetero de ideología nacionalista de derecha, afirmó en una entrevista con el canal de televisión Crónica: “Están saliendo a buscar comida y si no encuentran comida, nosotros, los que estamos convocando a esto (los saqueos), les estamos diciendo que sin robar dinero ni dañar propiedades, se lleven lo que puedan para canjearlo por comida”.
El Servicio de Verificación de esta agencia detectó la circulación de videos que mostraban saqueos de épocas anteriores en las redes sociales. Aunque estos incidentes parecen aislados, evocaron la memoria de violentos saqueos que ocurrieron durante los gobiernos socialdemócratas de los presidentes Raúl Alfonsín en 1989 y Fernando de la Rúa en 2001.
Sin embargo, tanto la policía como los medios de comunicación confirmaron los intentos de saqueo y los robos reales.
Según Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires y miembro del oficialismo, “los vecinos y vecinas no participaron masivamente en esto”, y enfatizó que, por el contrario, “muchos vecinos intentaron evitar que los individuos violentos llevaran a cabo estas acciones”.
¿Cuál fue la reacción del gobierno y la oposición?
Gabriela Cerruti, portavoz del presidente peronista Alberto Fernández, quien no busca la reelección, declaró en una entrevista con la radio Futurock que los candidatos presidenciales de La Libertad Avanza (ultraderecha), Javier Milei, y de Juntos por el Cambio (derecha), Patricia Bullrich, “basan su discurso público en la nostalgia que sienten por la democracia tambaleante y desestabilizada”.
Por su parte, Aníbal Fernández, ministro de Seguridad del gobierno, afirmó que “no se puede atribuir lo que ocurrió a fulano o a mengano”. Milei, el candidato más votado en las primarias del 13 de agosto con un 30% de los votos, manifestó en las redes sociales que “es trágico volver a ver las mismas imágenes de saqueos que observamos en 2001 después de 20 años. La pobreza y los saqueos son dos caras de la misma moneda”.
Bullrich, quien fue la segunda candidata más votada con un 27%, expresó en una entrevista en la radio Rivadavia: “Necesitamos restaurar el orden y reafirmar la autoridad”.
¿En qué contexto se produjeron los asaltos?
La inflación en Argentina es una de las más altas del mundo, con una tasa interanual de más del 100%, y la tasa de pobreza se sitúa en el 40%. Hace apenas 10 días, se acordó una devaluación del 21% con el Fondo Monetario Internacional para desbloquear desembolsos del crédito por $44.000 millones, según informó el ministro de Economía y candidato presidencial oficialista Sergio Massa.
Esta devaluación fue seguida por un alza generalizada de los precios en un 30%, lo que causó asombro en la población. Las consultoras anticipan un aumento de dos dígitos en el costo de vida para agosto y setiembre.