El ministro de Hacienda, Elian Villegas, informó de que el déficit fiscal del Gobierno finalizó, el año pasado, en un equivalente a 5,18% del producto interno bruto (PIB), lo cual implicó una reducción de 1,82 puntos porcentuales (p. p.) comparado con la previsión inicial de 7%.
“Cuando se compara con el 2020 hubo una reducción de tres puntos porcentuales prácticamente, porque (en ese momento) fue de 8,03% del PIB. (...) Esto se logró porque se tuvo disciplina en el Gobierno en contención del gasto y una mejora en la recaudación”, expresó el jerarca.
El hueco fiscal cerró en ¢2.008.817 millones el año pasado, mientras que, en el 2020, fue de ¢2.905.930 millones, según la información difundida este miércoles.
El resultado de las cifras fiscales muestra que el Ejecutivo finalizó con un déficit primario del 0,28% de la producción, es decir, ¢107.597 millones. El balance primario es el resultado de los ingresos menos los gastos, sin tomar en cuenta el pago de la deuda pública gubernamental.
El jerarca aseveró que el menor déficit permitió que el endeudamiento del Poder Ejecutivo fuera equivalente al 70,3% de la producción, cuando lo que se preveía era 72,1%, manifestó en conferencia de prensa en Casa Presidencial, este miércoles 26 de enero.
El mandatario Carlos Alvarado destacó que el resultado del 2021 significa que el Ejecutivo gastó prácticamente lo que recaudó. “Desde el 2008 no se daba un resultado primario así. Esto es algo muy importante para el país, porque nos permite recuperar esa estabilidad en las finanzas”, señaló el Presidente.
Alvarado agregó que la mayor parte del déficit fiscal se registró porque el Gobierno tuvo un pago de intereses de deuda muy relevante. Los datos publicados por Hacienda detallan que el pago del servicio de la deuda pública fue equivalente al 4,90% de la producción, es decir, ¢1.901.220 millones.
¿Qué influyó?
La baja del déficit fiscal del 2021, respecto al 2020, se consiguió por una combinación de factores que beneficiaron las finanzas del Gobierno. Hacienda explicó, por ejemplo, que el ciclo de declaración de impuestos sobre la renta, para empresas y personas, fue de 15 meses, en vez del año calendario. Esta situación respondió a una transición en el periodo fiscal, que pasó a ser el año natural, como se estableció en la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, aprobada en diciembre del 2018.
Este cambio implicó que los ingresos tributarios del Ejecutivo ascendieran, durante el año pasado, a ¢5.566.249 millones, es decir, el equivalente a 14,36% del PIB. Mientras que, en el 2020, hubo un fuerte impacto a raíz de la pandemia y ascendieron a ¢4.341.329, es decir, el 12% de la producción. También la denominada ley “Pagar” implicó que varios órganos desconcentrados trasladaran al Gobierno Central un superávit presupuestario de ¢107.000 millones.
Villegas destacó que la aplicación de la regla fiscal también provocó una contención en el gasto gubernamental.
El economista José Luis Arce calificó el resultado fiscal del año pasado como muy positivo, pero fundamentado aspectos excepcionales. “Es producto de un conjunto de factores algunos no repetibles como el periodo fiscal de renta de 15 meses, transferencias de empresas públicas para financiar el gasto sanitario y los pagos de impuestos del 2020 en 2021, debido a la moratoria por la covid-19”, dijo el director de FCS Capital.
El principal aspecto que influyó en el resultado financiero negativo del Gobierno fue el pago de los intereses de la deuda. Sin embargo, hubo otros aspectos que también tuvieron una cuota en el cierre final. Por ejemplo, la disminución en el impuesto sobre el valor de los vehículos, en el marchamo 2020, pues significó una pérdida de recaudación de ¢60.243 millones durante el 2021.
La atención de la pandemia de la covid-19 también implicó un gasto no previsto en las finanzas gubernamentales. “El proceso de vacunación generó un gasto de ¢100.000 millones durante todo el año pasado y la reapertura gradual tiene un impacto económico importante en la recaudación”, dijo el jerarca de Hacienda.
Villegas detalló que al cierre del 2021 no se logró cerrar con un resultado primario positivo, hasta noviembre pasado hubo un superávit acumulado de 0,16% del PIB, porque en diciembre se dieron gastos relevantes. El principal egreso fue el pago de aguinaldos en Gobierno Central y en las pensiones con cargo al Presupuesto Nacional.
Derrotero
El jerarca de Hacienda dijo que, para este año y el 2023, las principales amenazas para la estabilidad financiera gubernamental serán la pandemia y la falta de decisiones respecto a los proyectos de ley que generen mayores ingresos al fisco, como los cambios en el impuesto sobre la renta y de casas de lujo. También si se piensa en algún “retoque pequeño en la regla fiscal “, en la vía legislativa, porque borraría todo el esfuerzo de los últimos cuatro años.
“Los acuerdos con el Fondo Monetario son de una gran importancia. Recordemos que el ajuste fiscal era de 3,4% del PIB, de los cuales 1,2% del PIB eran de ingresos nuevos, pero ahora podemos afirmar que solo se requiere de 0,7%, dado el ajuste en los gastos. Estamos a tan poco de llegar a la orilla, que no vale la pena ahogarse en la orilla”, dijo Villegas.
Las proyecciones de Hacienda para el 2022 son finalizar con un superávit primario de 1,2% de la producción y un déficit fiscal de 4% del PIB. Para el 2023, el balance primario se elevaría a 1,8% del PIB y el déficit financiero sería de 3,1% de la producción, siempre y cuando se apruebe la agenda del Fondo.
Estos resultados tendrían el efecto de reducir el endeudamiento gubernamental dado que se prevé cierre en el 70,3% de la producción, ese año, y en 69,8% del PIB, en el 2023.