La economía nacional está enfrentando su momento más difícil desde los efectos que vivió de la crisis internacional de los años 2008 y 2009.
Varios indicadores comienzan a dar señales de alerta. La producción crece, pero cada vez menos y la desaceleración se presenta en la mayoría de actividades, según dejó claro el Banco Central en su último reporte sobre el comportamiento de la actividad económica.
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En abril del 2018 la actividad económica creció apenas 2,8% respecto al mismo mes del año anterior; por debajo del 3% promedio de los últimos 8 años, aun contando la caída que generó la crisis internacional.
El crédito también registra un fuerte freno, lo cual es una señal de que la producción podría continuar su camino a la desaceleración. En febrero del 2018, la colocación aumentó un 6% respecto a febrero del 2017, la mitad de lo que crecía un año atrás.
Si la producción se desacelera el desempleo aumenta y esta es la tendencia que muestra este indicador desde el segundo trimestre del 2017. Para el primer trimestre del 2018 alcanzó un 10,3%.
Si la producción se desacelera también lo hacen los ingresos de las empresas y de las personas, lo cual unido al desempleo genera que los deudores enfrenten problemas para pagar sus préstamos. Esto ya se empieza a reflejar en el aumento en la morosidad, que alcanzó en mayo un 2,43%; el nivel más alto desde la crisis.
“Después de la crisis del 2008 este es el momento más difícil sin la menor duda. La crisis del 2008 no nos afectó porque no nos habíamos contaminado en el sentido de que los fondos de inversión costarricenses, las operadoras de pensiones no tenían inversiones internacionales en productos basura, como le pasó a muchas sociedades (…) a Costa Rica dichosamente no llegó eso”, comentó Bernardo Alfaro, superintendente general de Entidades Financieras.
“La situación hoy es muy diferente porque los que estamos en el problemas somos los costarricenses, más que nuestros socios comerciales, eso es un problema mucho más interno, pero igual va a poner a prueba, dependiendo de la velocidad con la que logremos ir corrigiendo el déficit”, añadió Alfaro.
Secuelas del alto déficit
Y es que el origen del debilitamiento que sufre la economía nacional es el déficit (exceso de gastos sobre ingresos) que arrastra el Gobierno Central por varias razones.
Una es porque el Gobierno se lleva cada vez más de los fondos disponibles para cubrir el faltante y deja menos para prestar para otras actividades, también presiona las tasas de interés al alza, pues debe pagar buenos intereses para atraer el dinero. Además genera incertidumbre sobre lo que pasará y por ello muchas empresas y personas frenan sus proyectos.
El Fondo Monetario Internacional estimó que para este año dicho faltante representará un 7,2% de la producción, con lo cual se acumulan diez años continuos de déficits altos, lo cual alimenta cada vez más la deuda del Gobierno.
El Gobierno ha implementado medidas para contener el gasto y en la Asamblea Legislativa se discuten medidas para modificar los tributos; no obstante, el Fondo advirtió que estos esfuerzos son necesarios pero insuficientes.
Para el economista Miguel Loría, si no se llega a un acuerdo fiscal pronto va a continuar la incertidumbre con respecto a decisiones de inversión y consumo.
“Esto podría llevar la economía de vuelta a una recesión pero quizás no tan aguda como la del 2008. El sector externo hoy está más fuerte porque Estados Unidos se está recuperando”, consideró Loría.
Gonzalo Delgado, presidente de la Unión de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep), opinó que actualmente el país no se encuentra en una crisis.
“En 2008, era una crisis mundial y lo que vivimos actualmente es una situación compleja interna”, consideró Delgado. No obstante, aseveró que la inacción si podría llevarnos a caer en una crisis profunda y seria.
“En lo que si pudiésemos coincidir es que las soluciones deben ser rápidas para minimizar los efectos de la actual situación”, añadió Delgado.
Por su parte, el economista Luis Mesalles, opinó que si no se resuelve la situación fiscal, el país se dirigirá a una situación económica complicada (recesión, desempleo, inflación, devaluación y tasas de interés elevadas)y sería una situación más complicada que la del 2008 y 2009.
Se intentó conocer también la opinión del Banco Central y de la coordinadora del equipo económico, Edna Camacho, pero no fue posible.