Moody’s dice que el tiempo se acaba para la reforma fiscal.
Sí, hay una verdadera urgencia. Cuando salimos al mercado internacional a emitir bonos, hace casi un año, hicimos una presentación a los inversionistas y a las calificadoras y el criterio en general fue positivo. Pero hubo una alerta sobre la situación fiscal. Ellos hablaban sobre la presentación de un plan para resolver a la brevedad posible el endeudamiento y el déficit.
En Moody’s no solo esperan que se presente, sino que se apruebe.
Por supuesto. Quieren que les demos confianza de que se elabore el proyecto y se discuta en febrero tan pronto haya un gobierno electo. Existe compromiso de presentar en marzo del 2014 el plan, pero debe ser consultado con la nueva administración. Nosotros nos hemos reunido con los equipos económicos de los candidatos y todos están de acuerdo en este tema.
¿Cuál sería la consecuencia si se baja la calificación del país?
La más directa es que el costo de financiarnos en el exterior subiría. Esto es muy significativo porque un aumento de uno o dos puntos porcentuales en la tasa de interés (que se paga a los acreedores) son millones de colones sobre la deuda externa, con un impacto directo en las finanzas públicas del Gobierno Central.