Elian Villegas, su nombre es sin tilde, aclara, es elocuente al compartir su historia de vida. Su paso por el sector público lo concluyó como ministro de Hacienda (2020-2022). Su mamá, Norma Valverde Marín, fue asistida durante su nacimiento y el de sus dos hermanos mayores, por su abuela materna, Ángela, quien era la partera del pueblo.
Nació hace 55 años en Potrero Grande de Buenos Aires, en Puntarenas. Un llano que en ese tiempo tenía escasas vías de comunicación, señala el exfuncionario.
Sus primeros años los pasó observando a su papá, Esaú Villegas, en las labores del campo y a su mamá en labores domésticas propias de un hogar rural: cocinar con leña, lavar en el río cercano y llevar a caballo el almuerzo a su esposo, quizás regresando con un alimento de los cosechados, mientras él estaba en la faena.
Mientras su mamá llevaba la comida a su papá, recuerda que quedaba al cuidado de sus hermanos José Luis y Eddy, en un corredor protegido por barandas de madera y piso de tierra. En ese lapso, les dejaba una botella con agua dulce como sustento para los tres hermanos. Décadas después dirigiría las finanzas públicas de Costa Rica, desde su oficina en el sexto piso del edificio ubicado en la avenida segunda de San José.
Su mamá, fallecida hace cuatro años, le comentaba que Juana Pirola lo asistió por enfermedad en San Vito de Coto Brus.
La familia luego se mudó hacia Cartago; el frío no fue bien recibido y decidieron establecerse un mes después en Repunta, poblado del distrito Daniel Flores, en Pérez Zeledón, Villegas tenía ya cinco años.
También recuerda los momentos en que miraba televisión desde la ventana de la casa de una vecina para ver Plaza Sésamo, en una zona donde no había tendido eléctrico así que se proveía energía con una planta de diésel. Eran los inicios de los años 70. En Repunta vivió hasta que concluyó el colegio. Durante esta época, comenzó su acercamiento con los números, a pesar de que eligió las leyes como su carrera universitaria.
— ¿Cómo se acerca a los números siendo abogado?
— Durante la escuela y el colegio teníamos una pulpería. Yo siempre estaba a cargo durante las vacaciones o tenía un ratito libre, porque eso le permitía a mamá dedicarse al trabajo de la casa; era mucho trabajo. Mis compañeros de la escuela decían que era un trabajo fácil y que me la pasaba de rico, porque ellos (mis compañeros) se iban a trabajar con el ganado, el tabaco o el café. Era un pequeño pueblo rural. Normalmente estaba desde las seis de la mañana hasta las cinco o seis de la tarde en la pulpería. Cuando había mucha gente que atender, entonces llamaba a mamá. Desde los ocho años atendía a los vendedores, hacía los pedidos. Desde muy joven, ya desde esa época, me entretenían los números.
— Se inició entonces desde temprano en el campo de la administración…
— (Sonríe). Tuve un par de enfermedades cuando era niño, tuve problemas de epilepsia. Desde Pérez Zeledón, venía a citas al Hospital Nacional de Niños. Venía con papá, y era bonito porque llegábamos un día antes; era como un paseo. Nos hospedábamos en el Hotel Musoc, que quedaba cerca del hospital. A veces íbamos a comprar ropa a las distribuidoras salvadoreñas en la zona, porque la pulpería también llevaba la moda al pueblo. Esto fue hace unos 45 años, más o menos. También solíamos ir a comer pollo frito, en diagonal a la Iglesia La Merced, eso era lo más delicioso que podía haber. Esta rutina duró hasta un tiempo cercano a mi etapa en el colegio, después, llegó el momento de tomar la decisión sobre qué iba a estudiar.
— ¿Por qué no estudió una carrera relacionada con su experiencia de vida en ese momento?
— En aquel momento estuve entre dos carreras. Estuve pensando en estudiar Economía o Derecho; cualquiera de las dos. Al final, me inscribí en la UCR (Universidad de Costa Rica) en Economía. Sin embargo, antes de comenzar a estudiar, tomé la decisión de estudiar Derecho. Esto provocó que no pudiera ingresar directamente a Derecho, ya que había inscrito Economía. Durante un año, cursé materias generales, completando todo el ciclo básico, y empecé con Ciencias Políticas...
— De Economía a Derecho y después otra carrera, estaba indeciso…
— Es que al año siguiente entré a Derecho y seguí con Ciencias Políticas. Llegué hasta tercer año más o menos, luego me enfoqué en Derecho y empecé a trabajar.
— ¿Cómo logró la experiencia financiera?
— Hice el curso de corredor de bolsa en algún momento; digamos que algunas cosas de números también se abordaron. Tuve como profesor a Javier Cascante (exjerarca de Sugef), a Rodrigo Matarrita y a otras personas. Siempre he tenido, creo yo, una facilidad para comprender los números y establecer relaciones entre ellos. Esto hace que trabajar en ciertas áreas sea más sencillo. Cuando me explican algo, hago un esfuerzo mayor por entenderlo y no dudo en hacer preguntas si es necesario. Creo que el hecho de no haber sido economista propiamente me ayudó en mi trabajo en Hacienda. Eso me hizo más receptivo, capaz de decir “no” cuando es necesario. Eso es fundamental, decirle “no” al Presidente, a todos los ministros, porque si el “no” se lo secuestraron, entonces no va a funcionar. Pero tampoco se puede decir “no” todo el tiempo.
— ¿Durante la universidad tuvo alguna participación política? Porque de acuerdo a su currículo, a los 20 años laboró como asistente de un diputado.
— Tuve una experiencia intensa en la U y es que estando en Ciencias Políticas, un día una compañera que estaba en temas de política estudiantil me dijo: “¿mirá no querés ser parte del Tribunal Estudiantil Universitario?”. Le dije está bien, me propuso y me escogieron, fue muy intenso porque en esa oportunidad, por una resolución, dejamos por fuera a un partido político, que representaba a Liberación Nacional en la universidad, por problemas de padrones y firmas. Recordemos que en la universidad eran las ligas menores de la política nacional, entonces se nos armó una situación muy intensa, al punto que tuve que dejar de asistir a clases como por 15 días y volver hasta que pasaron las elecciones, cuando regresé en cuestión de dos semanas tuve que dar como 10 exámenes porque llevaba dos carreras, gracias a Dios todo salió bien. Ese año quedó electo Paul Rueda Leal (actual magistrado de la Sala Constitucional) como presidente, con un partido que era nuevo.
— ¿Cómo llegó a ser asistente del diputado?
— Decidí que era momento de empezar a trabajar. Me pusieron en contacto con don Jorge Rossi en noviembre de 1988. En ese entonces, él era diputado en la Asamblea Legislativa (por el Partido Liberación Nacional, PLN). Comencé a trabajar en la Asamblea en diciembre de ese mismo año.
”Yo vivía en una residencia universitaria en Miravalles que don Jorge visitaba mucho, por ser cercano al Opus Dei, yo no soy ni lo he sido, pero la residencia era del Opus Dei y me contactaron con él y estuve trabajando hasta que terminó su periodo, en mayo del 90, luego seguí un periodo completo más en la Asamblea con don Carlos Manuel Rojas (exdiputado PLN) como asistente, luego me fui a Comercio Exterior un año, luego abrí mi oficina, posteriormente estuve en la Superintendencia General de Valores (Sugeval) un par de años, de ahí estuve en el sector privado por un buen rato, hasta que regresé a la parte pública en 2014, en la junta directiva del INS (Instituto Nacional de Seguros).
”En abril de 2015, cuando don Sergio Alfaro deja la presidencia ejecutiva del INS, me recomendó con don Luis Guillermo (Solís, expresidente de Costa Rica 2014-2018), conversó conmigo y arranqué el 1.º de mayo, luego seguí con don Carlos Alvarado (expresidente de Costa Rica 2018-2022) dos años más hasta que a fines de mayo de 2020 me pidió que lo acompañara como Ministro de Hacienda a partir del 1.º de junio”.
— ¿Actualmente a qué se dedica?
— Estoy como consultor del sector financiero, abogado en temas de mercado financiero…
— Entonces está ejerciendo el Derecho…
— Sí, soy abogado, aunque soy notario público no me dedico al notariado. En las consultorías lo que uno ve mucho son temas de banca de inversión, calificadoras de riesgo, sobre algunos contratos, situación de ese tipo, estoy dedicado 100% a la parte privada. Al salir (del sector público) es bastante difícil porque uno sale sin nada, no tiene clientes, es un proceso donde uno arranca de cero, buscando clientes nuevos y ofreciendo sus servicios y bueno, en eso estamos.
— ¿Al salir del Gobierno tuvo las prestaciones de ley?
— Uno como ministro preaviso no tiene. Mi salario era muy bajo en Hacienda…
— ¿Cuánto era?
— A mi me llegaban ¢1,5 millones por mes. Al final, las prestaciones por dos años fueron como ¢3 millones. Pagan vacaciones y aguinaldo proporcional, además de salario escolar proporcional.
— Su familia
— Cuando yo trabajaba en Sugeval, el superintendente, don Adolfo Rodríguez, me dijo: mirá vamos a entrevistar a una muchacha para ver si trabaja conmigo como jefe de Despacho y medio tiempo te ayude a vos en Oferta Pública, la entrevistamos, al final trabajó tiempo completo con ella pero se quedó a tiempo por completo conmigo (risas). Villegas está próximo a cumplir 24 años de casado con Patricia Mata, con quien ha procreado a tres hijos varones de 21, 18 y 13 años.
— Pasatiempos
— Ahorita estoy corriendo, empecé hace varios años y hace unos meses lo agarré más en serio. En abril hice una carrera de media maratón, de 21 kilómetros, en Las Vegas y si Dios quiere, en abril próximo, estaré haciendo la maratón de Londres, es la meta que tengo, para eso practico cinco días a la semana, normalmente en la madrugada.
— Actividad política
— Soy simpatizante del PAC (Partido Acción Ciudadana), obviamente, pero en este momento no tenemos representación legislativa y no estoy muy involucrado en actividades.
— Actividad religiosa
— Católico, de vez cuando tengo chance voy.
— La historia de su nombre
—Mamá me había dicho que era un nombre que mi abuelita materna le había sugerido a ella. En realidad mi nombre completo es Elian Jorge de la Trinidad. En mi casa yo era Jorge, Jorgito, etc., pero en la escuela y en el colegio era Elian. Después me empezaron a decir Elián, cuando salió la historia del balserito (de Cuba) Elián González, el mío es sin tilde. Ya el Jorge lo perdí hasta en la familia.