El expresidente del Banco Central Central y exministro de Hacienda, Francisco de Paula Gutiérrez Gutiérrez falleció este domingo 21 de marzo.
“Me autoriza la la familia de Francisco de Paula a decir que él murió de efectos colaterales de la covid-19. Esta pandemia no ha terminado y necesitamos seguir cuidándonos unos a otros”, afirmó Rodrigo Bolaños, también expresidente del Banco Central y colega cercano de Gutiérrez.
Gutiérrez fue uno de los economistas más influyentes en la vida económica reciente de Costa Rica. Intervino tanto desde su puesto como ministro de Hacienda (de junio del 1996 a mayo del 1998), como de presidente del Banco Central de Costa Rica (de noviembre 2002 a junio 2010).
Sin embargo, desde donde estuviera, sus observaciones sobre las políticas nacionales eran constantes.
Gutiérrez nació el 15 de julio de 1949. Su padre, Jorge Gutiérrez, fue cajero del Banco Central, institución a la que él llegaría luego como presidente, y su abuelo fue ministro de Hacienda con el expresidente Rafael Ángel Calderón Guardia, (entre 1940 y 1944), puesto que también Gutiérrez ocupó, según contó el mismo, en una entrevista con este diario, en 1999.
“Vivíamos en casa de los abuelos maternos. Era una casa con mucha gente, muy bulliciosa y alegre. Papi y mami nos enseñaron a respetar nuestras diferencias y a defender las raíces comunes. Y eso ha marcado mi vida, pero también nos inculcaron la conciencia social. Mi abuelo fue ministro de Hacienda de Calderón y estudiamos mucho la justicia social de la Iglesia”, contó Gutiérrez en esa entrevista.
“Quería estudiar química, pero mi abuelo me recomendó algo de ciencias sociales. La Economía mezclaba lo social con la exactitud y allí me quedé”, añadió en esa ocasión.
Gutiérrez obtuvo una licenciatura en Economía en la Universidad de Costa Rica y una maestría y un doctorado en esta rama en la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos.
Estuvo casado con Patricia Toledo con quien tuvo dos hijos, Marco Vinicio y Esteban y deja dos nietos.
Gutiérrez, quien tenía 71 años, es uno de los principales arquitectos de la baja inflación que tiene hoy el país.
Como ministro de Hacienda, firmó un acuerdo, pocas horas antes de dejar el puesto, con el entonces presidente del Banco Central, Rodrigo Bolaños, para que, a partir de 1999, se comenzaran a pagar las pérdidas del instituto emisor con el fin de liberarlo y que pudiera centrarse en su función principal: controlar la inflación.
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Más tarde, en el 2002, le correspondería, como presidente del Banco Central, la tarea de bajar la inflación que en aquel momento rondaba el 10%. Para junio del 2010, cuando dejó la entidad, la inflación era de 5,68%.
Como parte de las acciones para concentrar al Banco Central en esta tarea, Gutiérrez lideró la migración del sistema de minidevaluaciones al de bandas cambiarias, en octubre del 2006, con el fin de encaminar a la autoridad monetaria a un sistema de metas de inflación en el cual este es el objetivo primordial y el resto de la política se sujeta a ella.
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Gutiérrez se caracterizó por ser jovial, sonriente, intercalar bromas en medio de sus exposiciones, pero también hablar con tono fuerte y firme sobre sus ideas y no le temblaba el pulso para decir sus verdades con franqueza.
“Hay que discutir de frente los problemas y las opciones. Digo las cosas como son y puede que a veces me equivoque, pero yo esperaría que la gente perciba que no tengo segundas intenciones”, contó Gutiérrez en una entrevista publicada en este diario, en el 2005, cuando La Nación lo eligió Personaje del Año.
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En dicha publicación contó que de los dos años en que fungió como ministro de Hacienda heredó una hipertensión que lo obligó a reestructurar ciertas cosas en su vida, en cuenta la forma en que administraba el estrés.
Gutiérrez participó en las páginas de opinión de este diario. El 20 de noviembre pasado escribió el artículo: ¿Ajuste o deuda?, en el cual exponía del problema fiscal, del cual siempre se ha mantuvo vigilante.
“Le hemos ya jalado el rabo a la ternera muchas veces y el tiempo para actuar responsablemente, antes que el mercado nos obligue a hacerlo, está acabándose”, escribió en ese momento.
Gutiérrez se desempeñaba, hasta este año, como profesor de Incae Business School, donde también fue decano entre los años 1991 a 1994, y director de la Maestría en Economía Empresarial (de 1987 a 1990). También fue profesor en la Universidad de Costa Rica.
Participaba en la empresa Consejeros Económicos y Financieros (Cefsa), junto con reconocidos economistas que también han participado en la función pública: Fernando Naranjo, Luis Liberman, Félix Delgado, Alberto Trejos y Dennis Meléndez.
En el ámbito privado, fue parte de gran cantidad de juntas directivas, entre ellas, el Grupo Financiero Sama, la Industria Nacional de Cemento, el semanario El Financiero, el Banco de Cofisa, la Fundación para el Desarrollo Económico y Social (Fundes), la Asociación Costarricense para Organizaciones de Desarrollo (Acorde), las empresas Atlas Eléctrica, Ricalit y Productos de Concreto y el Banco de Fomento Agrícola.
Colegas y amigos
Algunos de sus colegas y amigos recordaron con cariño el legado y humor de “Guti”, como le llamaban.
“Fue primero un amigo entrañable, un ciudadano de gran calibre, gran pérdida. El país le debe mucho de lo que hizo desde el Ministerio de Hacienda y, desde el Banco Central, le tocó toda la famosa crisis del 2008, y tenía mucho que darle al país, es una pérdida sensible”, dijo Eduardo Lizano, expresidente del Banco Central, quien precisamente entregó ese puesto a Gutiérrez en el 2002.
Rodrigo Bolaños, quien recibió la presidencia del Banco Central de manos de Gutiérrez, explicó que desde la presidencia del Banco Central dejó aportes muy importantes.
Citó que, como lo había hecho en Hacienda con el plan para reducir la deuda pública de 1996-1997, estudió nuestro sistema monetario muy a fondo y fomentó la discusión pública de su reforma, e inició los cambios y la transición a las actuales metas de inflación, lo que implicó mayor flexibilidad cambiaria, cambio que fue fundamental para bajar las tasas de inflación.
“Su enorme credibilidad permitió realizar esos cambios monetarios y cambiarios de fondo sin mayores contratiempos”, indicó Bolaños.
El actual presidente del Banco Central, Rodrigo Cubero, también destacó los aportes académicos y de política pública de Gutiérrez.
“Entre otras muchas contribuciones, fue bajo el liderazgo de don Francisco como presidente del Banco Central que iniciamos el tránsito hacia el actual régimen de metas de inflación y que el país se enrumbó a una era de baja inflación”, indicó.
“Como intelectual público, fue siempre una voz de razón, de prudencia, de sabiduría, que va a ser muy extrañada. Pero su legado va más allá de lo profesional: don Francisco fue un extraordinario ser humano”, dijo Cubero.
El jerarca añadió que la triste noticia llega apenas pocas horas después de otra muy lamentable: el fallecimiento de don Bernal Jiménez Monge, a quien calificó como economista de gran calado y también expresidente del Banco Central.
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“Desde el Banco Central, la política, la academia y la empresa privada, don Bernal siempre luchó con pasión y ahínco por mejorar el destino del país. Con generosidad, franqueza y respeto, me ofreció sus sabios consejos”, dijo Cubero.
“Desde el Banco Central, rendimos tributo a la memoria de don Bernal y don Francisco y extendemos nuestras sentidas condolencias a sus familias”, añadió el actual presidente.