Las calificadoras de riesgo Fitch Ratings, Moody’s y Standard and Poor’s (S&P) están a la espera de que Costa Rica pacte un ajuste fiscal, para hacer sostenible el endeudamiento público, y tomar una decisión sobre la calificación de riesgo soberana del país.
Así lo confirmó a La Nación Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central de Costa Rica (BCCR), después de referirse al comentario difundido por Fitch, este martes 22 de diciembre, en el cual advirtió sobre la posibilidad de una baja en la nota crediticia debido a los desequilibrios en sus finanzas públicas.
“Las calificadoras han estado revisando la situación de nuestro país y emiten sus comunicados entre diciembre y enero, y es posible que otras agencias se manifiesten en otros días. En general, señalan que están a la espera del acuerdo político y legislativo para llevar adelante el ajuste fiscal”, explicó Cubero.
El jerarca dijo que las calificadoras no han tomado una decisión definitiva sobre la nota de riesgo del país, pues esperan el resultado de las negociaciones de enero próximo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Primero se debe tener un acuerdo con la Asamblea Legislativa sobre las medidas viables o no, para el Gobierno plantearlas al FMI. Llevar adelante la negociación con el Fondo para lograr un acuerdo y, eventualmente, lograr el programa de apoyo financiero del Fondo”, explicó Cubero sobre la secuencia que debe seguirse.
El presidente del BCCR destacó que el empréstito con el FMI, por $1.750 millones, también requerirá de la aprobación en el Congreso.
El equipo económico del Gobierno es el encargado de negociar y proponer las reformas necesarias para lograr la sostenibilidad de las finanzas públicas.
Este órgano lo conforman Pilar Garrido, jerarca del Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica (Mideplán); Elian Villegas, ministro de Hacienda, y Cubero, como presidente del BCCR.
Costa Rica iniciará en la segunda semana de enero las conversaciones con el FMI para buscar el aval a su plan de ajustes.
El Gobierno planteará al Fondo, después de las mesas de diálogo, un ajuste equivalente al 3% del producto interno bruto (PIB).
Un 0,8% del PIB provendría de nuevos impuestos; el 1,5%, de la producción de recortes de gastos, y el 0,5% del PIB, de la eliminación de exenciones fiscales y la redistribución de excedentes de empresas públicas.
Este año, se prevé que cierre con un endeudamiento público equivalente al 70% de la producción y se eleve hasta el 80% en el 2021.
Bajo la lupa
La calificadora Fitch Ratings aseguró este martes 22 de diciembre, que Costa Rica y El Salvador son los países de la región con el mayor riesgo de enfrentar una baja de su calificación crediticia debido a los desequilibrios en sus finanzas públicas.
“La recesión económica, las presiones fiscales derivadas de la pandemia y las crecientes preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda presentan riesgos a la baja, en particular, para El Salvador y Costa Rica, cuyas calificaciones están en perspectiva negativa”, advirtió Fitch en un comentario sobre la situación de los soberanos de América Central.
El comunicado de la agencia estadounidense destaca que las citadas dos naciones, con calificación “B“, son las que enfrentan los mayores desafíos financieros en Centroamérica y el Caribe, debido a su frágil situación fiscal y sus limitadas fuentes de financiamiento.
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La nota B, según la metodología de Fitch, implica un riesgo significativamente elevado de incumplimiento de compromisos financieros.
Debajo de esta calificación está la “CCC” que implica que el incumplimiento de compromisos financieros es una posibilidad real.
Las calificaciones de riesgo de Fitch u otras agencias, como Moody’s y S&P, son tomadas en cuenta por inversionistas para exigir un mayor rendimiento en las emisiones de deuda colocada por los países.
La agencia destacó que los países, incluido también Nicaragua, se enfrentan a una combinación de baja recaudación de impuestos, amplios déficits, y altos costos de endeudamiento o cargas de deuda elevadas y en aumento.
“Los persistentes déficits fiscales amplios y el rápido aumento de la deuda de Costa Rica, la dependencia de El Salvador de mercados de capital internos poco profundos y una alta carga de deuda, y las limitadas fuentes de financiamiento de Nicaragua, hacen que estos países sean más vulnerables a la crisis”, destacó Fitch.
La calificadora enfatizó en que los riesgos de la sostenibilidad de la deuda pública se elevaron, durante este año, de manera más significativa en Costa Rica.
Las razones del deterioro fueron la creciente carga de la deuda, la capacidad limitada del Poder Ejecutivo para bajar el déficit y las preocupaciones financieras.
Fitch destacó que, para el 2021, el país tendrá altas necesidades de financiamiento a raíz de vencimientos elevados y a que deberá obtener recursos para enfrentar los gastos corrientes.
“Las altas necesidades de financiamiento en el contexto de su limitada capacidad de financiamiento restringen sus calificaciones”, destacó la agencia.
Para el próximo año, Costa Rica requiere, según las proyecciones del Ministerio de Hacienda, pedir prestado un monto equivalente al 15,7% del producto interno bruto (PIB).
De ese total, un 8,8% de la producción será necesario a raíz del déficit fiscal (faltante entre ingresos y gastos) y un 6,9% del PIB, por amortización de la deuda pública.
Fitch prevé que Costa Rica y El Salvador intenten obtener créditos convencionales del Fondo Monetario Internacional (FMI) durante el próximo año.
El organismo multilateral brindó, en el 2020, líneas de crédito rápido a ambos países para atender las consecuencias de la crisis de la covid-19.