Fitch Ratings modificó la perspectiva de la calificación crediticia de Costa Rica, de negativa a estable, debido a una recuperación significativamente mejor de la prevista en la situación fiscal y la actividad económica en el 2021, luego del shock asociado con la pandemia.
“Las expectativas fiscales de Fitch han mejorado luego de un sólido resultado de 2021, respaldado por un sólido desempeño de ingresos adherido a un tope de gastos, mientras que la reciente aprobación de la Reforma del Empleo Público respalda el cumplimiento de la Facilidad de Fondo Extendido (EFF) del Fondo Monetario Internacional (FMI)”, se destaca en un comunicado divulgado este viernes 11 de marzo.
La agencia estadounidense mantuvo la nota “B” a Costa Rica porque aún refleja debilidades en las finanzas públicas y un estancamiento político en la aprobación de reformas fiscales. Según la metodología de la entidad, esa calificación implica que existe un considerable riesgo de impago si la situación financiera del emisor varía notablemente.
Las calificaciones de riesgo de los países son tomadas en cuenta por inversionistas para exigir un mayor o menor rendimiento en las emisiones de deuda colocada por los países y las empresas que operan en ellos.
Elian Villegas, ministro de Hacienda, dijo que la decisión de Fitch envía el mensaje a los inversionistas locales e internacionales de que el proceso de consolidación fiscal es el correcto.
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“Las calificadoras, Moody’s primero y luego Fitch, reconocen que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y los esfuerzos llevados para incrementar la recaudación y reducir el gasto público; así como un análisis adecuado de la cantidad de deuda que se contrata, es el camino adecuado para una economía como la costarricense y, por tanto, el nivel de riesgo viene disminuyendo”, afirmó Villegas.
Añadió que el mensaje enviado por Fitch este viernes a la comunidad financiera internacional, es que el precio por el riesgo de Costa Rica es menor, es decir, que la tasa de interés es inferior.
El 8 de diciembre, Moody’s tomó una decisión idéntica, cuando acordó pasar la nota de riesgo del país “negativa” a nivel “estable”, y reafirmó la nota actual de largo plazo en B2, a raíz de una reducción del déficit fiscal del Gobierno Central y la recuperación de la economía del país.
Aciertos y pendientes
Fitch proyecta que durante este año el endeudamiento del Gobierno Central se estabilizará en y disminuirá gradualmente, durante los próximos cinco años, sin tomar en cuenta los proyectos pactados con el Fondo Monetario. “La implementación total de las medidas fiscales incluidas en el programa del FMI permitiría una reducción más rápida de la deuda”, argumentó la entidad.
El año pasado, el endeudamiento del Gobierno fue equivalente al 68,3% del producto interno bruto (PIB), en comparación con el 56,4% del 2019.
La calificadora consideró que la regla fiscal, creada en la Ley de Fortalecimiento de Finanzas Públicas en el 2018, es una de las razones fundamentales de los resultados fiscales del país. De hecho, para este año proyecta que se cerrará con un superávit primario (antes del pago de intereses de la deuda) de 0,4% de la producción, mientras que la previsión del FMI es del -0,3% del PIB.
“La regla fiscal ha sido fundamental en los esfuerzos de consolidación fiscal y su implementación estricta será esencial para una mayor consolidación fiscal. La regla limita el crecimiento del gasto a fracciones del crecimiento del PIB nominal promedio de los últimos cuatro años. El cumplimiento del tope de gasto podría ser políticamente difícil, en particular a medida que la regla fiscal se vuelve más estricta dado que la deuda del Gobierno Central con respecto al PIB supera el 60%”, sostuvo Fitch.
La agencia estadounidense también resaltó la reciente aprobación de la Ley Marco de Empleo Público porque “reducir la cuantiosa masa salarial” ayudará a bajar el peso de las remuneraciones en el gasto del Gobierno, que actualmente representan un tercio de los egresos.
Entre los riesgos señalados por Fitch están el estancamiento político en la toma de decisiones para mejorar la posición fiscal de Costa Rica y que los candidatos José María Figueres y Rodrigo Chaves mostraron menos interés en aprobar iniciativas legales para favorecer los ingresos del Gobierno mediante impuestos.
“Persiste el estancamiento político e independientemente del resultado de la segunda vuelta (el 3 de abril), el próximo presidente tendrá que depender de las alianzas políticas para asegurar la aprobación de cualquier legislación, ya que los resultados de las elecciones al Congreso dividieron los 57 escaños entre seis partidos políticos”, sostuvo Fitch.
Por último, la calificadora proyecta un crecimiento de la economía costarricense de 3,7%, para este año, y de 3,5%, para el 2023; principalmente porque las condiciones del mercado laboral mejoran lo cual impulsa el consumo de los hogares.
Pero sí señaló las dificultades inflacionarias que tendrá el país por la subida en los precios de materias primas, combustible y bienes de consumo final como parte de los efectos de la invasión de Rusia a Ucrania.